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Dolor de cabeza por hipertensión: ¿mito médico o motivo real de preocupación?

Conoce la posible relación entre la hipertensión arterial y los dolores de cabeza.


spinner image Una mujer se sostiene la cabeza y parece sentir dolor, aparece un apretón alrededor de su cabeza.
Sarah Rogers (Fuente: Getty Images(2))
Foto Collage: Sarah Rogers;(Fuente: Getty Images(2))

Algunos  médicos dicen que con frecuencia los pacientes les dicen que saben cuándo les está subiendo la presión arterial porque comienzan a tener dolores de cabeza. Sin embargo, la mayoría de las pruebas científicas indican que la relación entre la hipertensión arterial y los dolores de cabeza es precaria, sobre todo en la hipertensión leve (estadio 1) y moderada (estadio 2). Y aunque una persona que sufre de tensión arterial extremadamente elevada podría comenzar a sentir un dolor de cabeza súbito e intenso, junto con otros síntomas graves, este escenario es mucho menos frecuente gracias a los adelantos en los medicamentos para la hipertensión y al control domiciliario. 

Según la Asociación Americana del Corazón (AHA), la presión arterial alta no presenta signos ni síntomas en la mayoría de las personas. Sin embargo, ese mito común persiste, dice el Dr. Paul Whelton, presidente de la Liga Mundial de Hipertensión y profesor de Salud Pública Global en la Facultad de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane. “Ha existido ciertamente [desde que] yo empecé mis prácticas en 1970 y ha mantenido su prevalencia. No es descabellado anticipar... que si la presión fuera alta, nos dolería la cabeza”.  

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Pero la realidad es que los dolores de cabeza pueden deberse a muchas causas diferentes que a menudo son difíciles de precisar. Y la única forma de medir con precisión la presión arterial es cuando te la toman en la consulta del médico y haces tú mismo el seguimiento en casa con un tensiómetro de buena calidad.  

El control de la presión arterial en casa es fundamental

“Estamos alentando mucho a la gente, sobre todo a las personas mayores, porque la hipertensión es muy prevalente, a que tengan un tensiómetro en casa para poder determinar su presión arterial promedio”, dice la Dra. Beverly Green, investigadora principal del Kaiser Permanente Washington Health Research Institute. Green es miembro del BP Advisory Group (en inglés), un grupo asesor sobre presión arterial creado conjuntamente por la Asociación Médica Estadounidense (AMA) y la Asociación Americana del Corazón, y miembro de esta última. 

El sitio web validatebp.org (en inglés) de la AMA ofrece una lista de dispositivos cuya precisión ha sido validada y muestra una gama de opciones de precios.  

Según las recomendaciones más recientes, casi todos los adultos mayores van a estar en la categoría de presión arterial elevada. “Es fantástico que estamos viviendo más tiempo, pero la hipertensión es un fenómeno natural del envejecimiento y no es muy buena para nosotros”, dice Green.  

Según las pautas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) y del American College of Cardiology publicadas en 2017, las lecturas de presión arterial inferiores a 120 (sistólica)/80 (diastólica) se consideran normales. Las lecturas superiores a 130/80 son indicativas de presión arterial alta, también conocida como hipertensión.

Hipertensión, el asesino silencioso 

“En general, solíamos utilizar el término 'hipertensión, el asesino silencioso' porque una persona podía tener elevaciones sustanciales de la presión arterial que aumentaban el riesgo de infarto de miocardio, derrame cerebral e incluso de muerte, sin presentar síntomas evidentes”, dice el Dr. Keith C. Ferdinand, titular de la cátedra de Cardiología Preventiva y profesor de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane. 

Aunque el típico dolor de cabeza no suele estar relacionado con la hipertensión y sí con la ansiedad, el estrés u otros trastornos, la hipertensión puede provocar una sensación de opresión en la cabeza junto con otros síntomas, como falta de aire y dificultad para hacer ejercicio, añade Ferdinand.  

“No consideramos que [los dolores de cabeza] sean una forma de determinar si una persona padece hipertensión porque sabemos que, en la mayoría de los casos, cuando la presión arterial está ligeramente elevada, los síntomas son escasos o nulos”, dice Ferdinand. Sin embargo, si el paciente adopta un estilo de vida adecuado y realiza intervenciones terapéuticas que incluyan hacer ejercicio aeróbico, evitar el estrés, dejar de fumar, perder peso y tomar medicamentos para la hipertensión, a menudo informará que siente menos opresión generalizada en la cabeza y menos fatiga.  

Si bien en general los dolores de cabeza no siempre acompañan a la hipertensión arterial, hay algunas situaciones de emergencia en las que un dolor de cabeza intenso es uno de los síntomas. 

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Casos en que la hipertensión puede provocar una emergencia

En casos de emergencias hipertensivas, es posible que se presente un dolor de cabeza súbito; estas emergencias ocurren cuando la hipertensión subyacente del paciente se ha acelerado y existe riesgo de sufrir daños orgánicos.  Esto se suele caracterizar por el daño microvascular, que es una lesión de las arterias muy pequeñas de uno o varios órganos vitales, como el corazón, el cerebro, los riñones o los ojos. En muchos pacientes, esta situación se presenta cuando han dejado de seguir un régimen para controlar la hipertensión. En este caso, una tensión arterial sumamente alta, de 180/120 o más, puede ir acompañada de síntomas adicionales como visión borrosa, náuseas o vómitos, cambios en el estado mental, dolor en el pecho, entumecimiento y tos.

“La presión arterial muy alta que se asocia con la progresión activa de daño orgánico constituye una emergencia”, dice Whelton. En esas situaciones, el equipo médico buscaría hemorragias oculares y otras señales, como náuseas o visión borrosa, de que está ocurriendo un daño orgánico activo.

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“Es cuando el cuerpo te dice que ese nivel de presión arterial está causando un problema, allí es cuando te preocupas y llevas a alguien a la sala de emergencias”, añade Whelton.

En esas situaciones de emergencia los médicos intentarán reducir la tensión arterial inmediatamente con medicación oral o por vía intravenosa, en un entorno en el que se pueda vigilar cuidadosamente al paciente, como el departamento de emergencias, para asegurarse de que la presión arterial no baje demasiado.

Whelton advierte que, aunque tengan medicación a mano, las personas no deben intentar reducir la presión arterial en casa durante una emergencia hipertensiva. Reducir la presión arterial con demasiada rapidez podría afectar el flujo sanguíneo que llega al cerebro y provocar efectos secundarios no deseados y potencialmente peligrosos.

Hipertensión no controlada

Cómo tratar el dolor de cabeza si sufres de hipertensión arterial

Aunque es improbable que la hipertensión sea la causa del dolor de cabeza, la forma de tratarlo podría, de hecho, elevar la presión arterial. Algunos medicamentos de venta libre pueden aumentar la presión arterial. Entre ellos se cuentan el ibuprofeno y el naproxeno, que son antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Se venden con nombres como Advil, Motrin y Aleve. Si tienes hipertensión, es importante que hables con tu médico sobre todas las opciones de analgésicos.

Una situación más típica es la hipertensión no controlada, también llamada urgencia hipertensiva. Esto puede ocurrir cuando la presión arterial es de 180/120 o más, pero la persona no muestra ningún otro síntoma de daño orgánico en curso. “[En esa situación] no reducimos la presión inmediatamente porque eso es más peligroso que beneficioso”, dice Whelton.

La urgencia hipertensiva suele ocurrir cuando una persona a la que se le ha recetado un medicamento para la presión arterial no lo toma o deja de tomarlo durante algún tiempo. Los médicos volverán a establecer el medicamento y tratarán de abordar cualquier impedimento que tenga el paciente para tomarlo, incluidos el costo, la accesibilidad, los efectos secundarios o los inconvenientes. Si bien esta situación puede no ser una emergencia, sigue siendo muy importante consultar al médico o a otro proveedor de atención médica si te preocupan los valores de tu presión arterial. Los dolores de cabeza inusuales o repentinos también deben consultarse con el médico.    

Otras causas de dolor de cabeza relacionadas con la hipertensión arterial

Aneurisma

Un dolor de cabeza intenso también es síntoma de la ruptura de un aneurisma cerebral. El aneurisma cerebral se forma cuando un vaso sanguíneo se hincha en el cerebro; se trata de algo que puede ser común y no causar daño (en inglés), a menos que se rompa. Sin embargo, cuando un aneurisma se rompe, “simplemente te golpea como un martillo…. Por lo general los pacientes lo describen como el dolor de cabeza más fuerte que han sentido nunca. Suele ir asociado con náuseas y vómitos”, dice Whelton.  

Accidente cerebrovascular isquémico

Un accidente cerebrovascular isquémico ocurre por la obstrucción de una arteria en el cerebro o que lleva sangre al cerebro, como la arteria carótida, que se encuentra en el cuello.  La falta de flujo sanguíneo al cerebro puede provocar un accidente cerebrovascular, sobre todo si la arteria está totalmente obstruida. La obstrucción puede deberse a la acumulación de colesterol (llamada placa) o a un coágulo que se haya formado en otra parte del cuerpo y haya pasado a una arteria. La hipertensión aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos.

Accidente cerebrovascular hemorrágico

La hipertensión es una de las causas principales de los derrames o accidentes cerebrovasculares hemorrágicos, que ocurren cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe y la sangre se derrama en el cerebro o en el saco que lo rodea. Alrededor del 13% de los accidentes cerebrovasculares son hemorrágicos; el resto son isquémicos.  “Entonces, cuando se produce la ruptura y la sangre sale, inevitablemente va a haber un dolor intenso en la cabeza”, dice Whelton. Otros síntomas pueden ser músculos caídos a uno o ambos lados de la cara, debilidad en un brazo, pierna o lado del cuerpo, y sensación de mareo. Reducir la presión arterial es la mejor manera de prevenir un primer derrame cerebral y cualquier  derrame subsiguiente, añade.  

Estas situaciones se consideran emergencias y debes llamar al 911 inmediatamente.

spinner image Una manga de presión arterial que muestra una presión arterial alta de 180/120.
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Sarah Rogers (Fuente: Getty Images(2))

¿De dónde surge el mito del dolor de cabeza por hipertensión?

El mito del dolor de cabeza por hipertensión podría haber comenzado con la muerte del presidente Franklin Delano Roosevelt en 1945. Tras lidiar con numerosos problemas de salud, incluida la hipertensión, Roosevelt pronunció sus famosas últimas palabras: “Tengo un dolor terrible en la nuca”. La causa de su muerte fue una hemorragia cerebral, algo que usualmente es provocado por la presión arterial elevada.

 “En aquella época no existía un tratamiento para la hipertensión como existe ahora”, explica Green. Hoy en día este tipo de dolores de cabeza relacionados con urgencias no se ve con mucha frecuencia porque son más las personas que controlan regularmente su tensión arterial y toman medicamentos, añade.

Tras la muerte de Roosevelt, el 16 de junio de 1948 el presidente Harry Truman promulgó la Ley Nacional del Corazón, que asignaba fondos para un estudio epidemiológico del corazón de 20 años de duración, el cual se convirtió en el Estudio Cardíaco de Framingham. También estableció el Instituto Nacional del Corazón, ahora conocido como Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).

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