Vida Sana
Algunos médicos dicen que con frecuencia los pacientes les dicen que saben cuándo les está subiendo la presión arterial porque comienzan a tener dolores de cabeza. Sin embargo, la mayoría de las pruebas científicas indican que la relación entre la hipertensión arterial y los dolores de cabeza es precaria, sobre todo en la hipertensión leve (estadio 1) y moderada (estadio 2). Y aunque una persona que sufre de tensión arterial extremadamente elevada podría comenzar a sentir un dolor de cabeza súbito e intenso, junto con otros síntomas graves, este escenario es mucho menos frecuente gracias a los adelantos en los medicamentos para la hipertensión y al control domiciliario.
Según la Asociación Americana del Corazón (AHA), la presión arterial alta no presenta signos ni síntomas en la mayoría de las personas. Sin embargo, ese mito común persiste, dice el Dr. Paul Whelton, presidente de la Liga Mundial de Hipertensión y profesor de Salud Pública Global en la Facultad de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane. “Ha existido ciertamente [desde que] yo empecé mis prácticas en 1970 y ha mantenido su prevalencia. No es descabellado anticipar... que si la presión fuera alta, nos dolería la cabeza”.
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Pero la realidad es que los dolores de cabeza pueden deberse a muchas causas diferentes que a menudo son difíciles de precisar. Y la única forma de medir con precisión la presión arterial es cuando te la toman en la consulta del médico y haces tú mismo el seguimiento en casa con un tensiómetro de buena calidad.
El control de la presión arterial en casa es fundamental
“Estamos alentando mucho a la gente, sobre todo a las personas mayores, porque la hipertensión es muy prevalente, a que tengan un tensiómetro en casa para poder determinar su presión arterial promedio”, dice la Dra. Beverly Green, investigadora principal del Kaiser Permanente Washington Health Research Institute. Green es miembro del BP Advisory Group (en inglés), un grupo asesor sobre presión arterial creado conjuntamente por la Asociación Médica Estadounidense (AMA) y la Asociación Americana del Corazón, y miembro de esta última.
El sitio web validatebp.org (en inglés) de la AMA ofrece una lista de dispositivos cuya precisión ha sido validada y muestra una gama de opciones de precios.
Según las recomendaciones más recientes, casi todos los adultos mayores van a estar en la categoría de presión arterial elevada. “Es fantástico que estamos viviendo más tiempo, pero la hipertensión es un fenómeno natural del envejecimiento y no es muy buena para nosotros”, dice Green.
Según las pautas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) y del American College of Cardiology publicadas en 2017, las lecturas de presión arterial inferiores a 120 (sistólica)/80 (diastólica) se consideran normales. Las lecturas superiores a 130/80 son indicativas de presión arterial alta, también conocida como hipertensión.
Hipertensión, el asesino silencioso
“En general, solíamos utilizar el término 'hipertensión, el asesino silencioso' porque una persona podía tener elevaciones sustanciales de la presión arterial que aumentaban el riesgo de infarto de miocardio, derrame cerebral e incluso de muerte, sin presentar síntomas evidentes”, dice el Dr. Keith C. Ferdinand, titular de la cátedra de Cardiología Preventiva y profesor de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane.
Aunque el típico dolor de cabeza no suele estar relacionado con la hipertensión y sí con la ansiedad, el estrés u otros trastornos, la hipertensión puede provocar una sensación de opresión en la cabeza junto con otros síntomas, como falta de aire y dificultad para hacer ejercicio, añade Ferdinand.
“No consideramos que [los dolores de cabeza] sean una forma de determinar si una persona padece hipertensión porque sabemos que, en la mayoría de los casos, cuando la presión arterial está ligeramente elevada, los síntomas son escasos o nulos”, dice Ferdinand. Sin embargo, si el paciente adopta un estilo de vida adecuado y realiza intervenciones terapéuticas que incluyan hacer ejercicio aeróbico, evitar el estrés, dejar de fumar, perder peso y tomar medicamentos para la hipertensión, a menudo informará que siente menos opresión generalizada en la cabeza y menos fatiga.
Si bien en general los dolores de cabeza no siempre acompañan a la hipertensión arterial, hay algunas situaciones de emergencia en las que un dolor de cabeza intenso es uno de los síntomas.
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