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¿Tomas demasiado de este analgésico común?

Dado que este ingrediente está presente en más de 600 medicamentos, es fácil excederse.


spinner image Una mujer se dispone a tomar un analgésico
AARP; (Fuente: GETTY IMAGES)

No superarías a propósito la dosis de un analgésico. Pero si recurres regularmente a un analgésico común para tratar cualquiera de tus dolencias, ya sea la artritis o el dolor de espalda, la gripe o las alergias estacionales, es posible que sin darte cuenta estés haciendo precisamente eso.

El acetaminofén o paracetamol (también conocido como Tylenol) no es simplemente un remedio independiente para, por ejemplo, el dolor de cabeza, el dolor de espalda o los dolores musculares ocasionales; también se incluye habitualmente en medicamentos que tratan los problemas de salud mencionados y otros. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), más de 600 fármacos —tanto recetados como de venta libre— contienen acetaminofén para ayudar a frenar el dolor y reducir la fiebre.   

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Y aunque es fácil suponer que todo lo que se vende en la farmacia carece de la potencia necesaria para causar daños graves, lo cierto es que "el hecho de que sea de venta libre no significa que sea un medicamento seguro", afirma el Dr. Mohammed Issa, profesor adjunto de la Facultad de Medicina de Harvard y director médico del Centro para el Control del Dolor del Brigham and Women’s Faulkner Hospital. "Muy poco o demasiado de cualquier cosa puede ser peligroso, incluso un medicamento de venta libre como el acetaminofén".

A continuación, te explicamos lo que necesitas saber.

¿Tiene el acetaminofén más riesgos que otros analgésicos? 

En una palabra: no. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin) y el naproxeno (Aleve, Naprosyn) conllevan riesgos. En concreto, pueden irritar el estómago y el revestimiento intestinal, y aumentar el riesgo de ataques cardíacos y derrame cerebral, afirma el Dr. George Le, profesor adjunto de la Facultad de Medicina Baylor, en Houston. Pero se necesita una gran cantidad para sufrir una sobredosis de estos analgésicos.

"El acetaminofén es objeto de una atención mucho mayor debido a la idea de que es el analgésico más seguro que existe", explica Issa. "Debido a esa noción, los pacientes lo usan y [a menudo] lo sobreutilizan y abusan de él".

A diferencia de los AINE, el acetaminofén se procesa en el hígado. Así que —no es de extrañar— si tomas demasiado, tu hígado paga el precio. Según los Institutos Nacionales de la Salud, la toxicidad del acetaminofén es la principal causa de trasplantes de hígado en EE.UU. También es responsable de 56,000 visitas a la sala de emergencias y 500 muertes al año en el país, la mitad de ellas por sobredosis involuntarias.

¿Cuánto es demasiado?

La dosis máxima de acetaminofén para un adulto sano promedio es de 4,000 miligramos (mg) al día. Pero esa es una pauta general, dice Issa. En las personas mayores, el máximo diario puede ser tóxico para el hígado.

"Si lo tomas durante un largo periodo [...], yo recomendaría menos que eso, tal vez incluso 3,000 mg al día, sobre todo si tienes enfermedades coexistentes que aumentan el riesgo de daño hepático, ya que empiezas a acumular compuestos tóxicos en el organismo", afirma Issa. "Cuanto mayor sea la cantidad de estos compuestos tóxicos, más daño sufrirá el hígado".

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Cuándo acudir al médico

Los síntomas de una sobredosis de acetaminofén incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal y, a medida que avanza, coloración amarillenta de los ojos y la piel, dice Le.

"Es posible que no se presenten síntomas específicos de entrada, pero al cabo de dos o tres días un dolor en la parte superior derecha del abdomen", entre las costillas y el ombligo, aparece, y el blanco de los ojos se vuelve amarillo, todo lo cual sugiere daño hepático.

Pero aquí es donde las cosas se complican: algunas personas no presentan síntomas; en otras, los síntomas pueden tardar varios días en aparecer. E incluso cuando se manifiestan, pueden parecerse a los de la gripe o el resfriado, por lo que es fácil pasarlos por alto.

"Una vez que se empieza a ver esa decoloración amarillenta, es más evidente que la lesión hepática está empezando a producirse", dice Issa. "Por eso es importante estar atento a los primeros signos de alerta, para poder buscar atención médica antes de que se produzca un daño hepático en estado avanzado".

Sé cauteloso 

Para evitar los riesgos que conlleva tomar demasiado acetaminofén:

Lee la letra pequeña. Antes de comprar un analgésico determinado, lee la etiqueta de información sobre el fármaco para comprobar si el acetaminofén figura entre sus ingredientes, sobre todo si utilizas varios analgésicos a la vez. Si demasiados de los medicamentos que tomas contienen acetaminofén, habla con tu médico sobre si es conveniente sustituir uno o más por un AINE.

"Hay tantos compuestos que contienen acetaminofén, pero que no se anuncian, y ni siquiera los conocemos", afirma Issa. "Con cualquier medicamento que tomemos, es realmente importante ver si incluye acetaminofén, porque debe contarse en la cantidad total de acetaminofén que se considera segura".

Haz cuentas. Mira la etiqueta de todos los analgésicos que estés tomando y toma nota del número total de miligramos de acetaminofén. Cuando tomes acetaminofén solo, ten en cuenta que cada cápsula o comprimido puede contener entre 325 y 650 miligramos del fármaco. Si se toman pastillas con niveles altos del medicamento, puede ser fácil superar involuntariamente la dosis máxima.

Averigua si tus medicamentos interactúan entre ellos. Cuando tu médico te recete un nuevo medicamento, pregúntale si contiene acetaminofén, ya que a menudo se incluye en combinación con ciertos fármacos (los opioides y el antihistamínico difenhidramina, por ejemplo). Recuérdale a tu médico todo lo demás que estés tomando, tanto medicamentos con receta como de venta libre, así como suplementos. Con respecto a los medicamentos recetados que ya están en tu botiquín, busca una lista de ingredientes en la etiqueta del envase. Si no la encuentras, llama a tu farmacia. "Algunos fármacos pueden interactuar con el acetaminofén, como los medicamentos anticonvulsivos, los anticoagulantes y los suplementos como la hierba de San Juan", señala Le.

Evita el alcohol. Las personas que toman acetaminofén y beben alcohol en exceso le están pidiendo a su hígado que trabaje horas extras. "Una de las causas más comunes de insuficiencia hepática en todo el mundo se da en personas que beben mucho alcohol y toman acetaminofén", afirma Issa. El consumo de alcohol hace que el hígado convierta una mayor cantidad del acetaminofén que tomas en subproductos tóxicos. Si bebes, limítate a la cantidad recomendada por las Guías Alimentarias para Estadounidenses: no más de dos bebidas al día para los hombres y una al día para las mujeres.

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