Vida Sana
Dinero, medicamentos, tecnología y transporte. Repite estas cuatro palabras hasta que las memorices. Son la clave para tomar una decisión importante.
Después de los 50 años, aproximadamente, todos tenemos problemas ocasionales para encontrar una palabra y experimentamos lapsos de memoria. Lo que nos resulta difícil decidir es si esos lapsos indican la necesidad de que un médico evalúe nuestra capacidad cognitiva. Como médico e investigador en el área del envejecimiento y la cognición durante más de veinte años, he descubierto algunas claves que pueden ayudar a las personas mayores —y a sus amigos y familiares— a tomar esa decisión.
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Pagar las cuentas, tomar los muchos medicamentos que recetan los médicos, usar el control remoto, salir de la casa... las tareas de la vida diaria presentan numerosas pruebas de nuestras facultades cognitivas en la vida real. Fallos, errores o la declinación sutil en el desempeño de actividades bien ensayadas de la vida diaria pueden ser señales de cambios cognitivos que requieren atención médica.
El hecho es que estas actividades utilizan elegantes tramas de facultades cognitivas. Tomemos, por ejemplo, el pago de una cuenta. Hay que realizar varios pasos: abrir el sobre, sacar la chequera o iniciar sesión en la computadora o la aplicación, completar los datos, enviar el pago. Cada una de estas tareas pone a prueba nuestra capacidad de prestar atención y recordar hechos (como dónde dejamos la chequera, o cuál es la contraseña de la aplicación), comprender y manipular información y seguir los pasos en una secuencia determinada.
Por cierto, los problemas para realizar actividades diarias pueden ser causados por cambios físicos en vez de cognitivos. La pérdida de audición de los sonidos de alta frecuencia, la visión borrosa que ocasionan las cataratas y la fatiga de los músculos débiles por lo común causan una declinación lenta pero constante en el desempeño de las tareas diarias. Lo que es más, los problemas cognitivos y físicos a menudo nos afectan al mismo tiempo.
Otra señal común de advertencia es repetir las preguntas o las historias: hacer una pregunta, escuchar la respuesta y volver a hacer la misma pregunta quince minutos más tarde. O contar la historia de un evento reciente, como la visita de los nietos la semana anterior, y luego repetirla. Todos tenemos nuestras anécdotas favoritas, pero repetir historias nuevas puede ser motivo de preocupación.
Otro motivo de preocupación es olvidarse de qué día de la semana es (preguntar un viernes: "¿hoy es lunes o martes?"). En una época, olvidarse de la fecha ("¿hoy es 5 o 6?") era una señal sutil, pero ese hábito está desapareciendo a medida que los teléfonos inteligentes y las computadoras reemplazan la necesidad de llevar la cuenta de las fechas (este es un buen ejemplo de cómo la tecnología puede ayudarnos a pesar de que haya cambios en nuestra facultad cognitiva).
Estas señales significan que es necesario consultar a un médico, específicamente un profesional capacitado para "trabajar con adultos con problemas de memoria" (recomiendo hacer la pregunta al concertar la cita). La tarea del médico es decidir si los cambios en el manejo del dinero, los medicamentos, la tecnología o el transporte (como olvidar la ruta del autobús preferido), la repetición de preguntas o historias, o el hecho de tener problemas para ubicarse en el tiempo son signos de demencia, de deterioro cognitivo leve o de envejecimiento cognitivo.
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