Vida Sana
Las leches a base de plantas son alternativas crecientes a las opciones lácteas, con variedades que van más allá de la más popular, la leche de almendras.
Las leches no lácteas atraen a quienes son intolerantes a la lactosa (un trastorno que afecta a las personas a medida que envejecen) o son alérgicos a las típicas opciones lácteas, al igual que a los veganos, quienes evitan todo producto lácteo.
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Muchas personas se vuelven intolerantes a la lactosa a medida que envejecen porque la enzima lactasa, la cual convierte la leche en azúcar, disminuye. Debido a esto, quienes toman leche tienden a buscar una alternativa que no provoque gases, hinchazón, indigestión u otros problemas gástricos, dice Robyn Goldberg, dietista y nutricionista certificada, residente de Los Ángeles y autora de The Eating Disorder Trap.
Cómo se elaboran la leche de avena y la leche de almendras
Para elaborar la leche de avena, se remojan hojuelas de avena en agua, se bate la mezcla a alta velocidad y luego se pasa la leche por un colador. Se le pueden agregar saborizantes, como extracto de vainilla, cacao o cacao en polvo o bayas, para cambiar el sabor, y a menudo se añade aceite para agregar grasa.
Oatly!, una de las marcas más vendidas de leche de avena, señala que agrega un ingrediente llamado fosfato dipotásico, un regulador de acidez que evita que la leche se separe al calentarse.
La leche de almendras se elabora de una manera similar: se remoja, se bate, se cuela y se agregan saborizantes. También se puede elaborar con solo añadir agua a la mantequilla de almendras. Una advertencia para quienes son conscientes del medio ambiente: en comparación con la leche de avena, el cultivo de las almendras requiere mucha más agua, lo cual ejerce presión sobre los recursos naturales.
Y aunque la leche de almendras fue la primera alternativa en ganar popularidad, gracias al gran esfuerzo de mercadeo realizado por los proveedores, la leche de avena —la cual no se introdujo en Estados Unidos hasta el 2018— está arrebatándole una parte del mercado. Sus ventas aumentaron más que las de sus competidores en el último año, afirma Tabitha Sewell, gerente de la categoría de bebidas lácteas, no lácteas y refrigeradas de KeHE, un distribuidor de alimentos.
En el 2019, “otros y mezclas”, una categoría de distribución de leche, generó ventas de casi $400 millones y un crecimiento del 54%, y la leche de avena representa la mayoría de esas ventas, dice Sewell.
Aunque puede parecer que el número de alternativas en el mercado es ilimitado (coco, soya, arroz, cáñamo, entre otras), la leche de vaca sigue siendo la opción más popular, con ventas de $16,000 millones. Juntas, las demás alternativas vendieron menos de $5,000 millones. Sin embargo, se pronostica una disminución de las ventas de la leche de vaca de unos $3,000 millones para el 2025 debido a que cada vez más personas eligen otras opciones, según Sewell. “La leche de almendras seguirá ocupando un gran segmento de la categoría, pero la leche de avena rápidamente se está convirtiendo en la segunda variedad más popular en EE.UU.”. La leche de almendras generó ventas de $1,300 millones y representa el 61% del mercado de las leches alternativas.
Les pedimos a los expertos que explicaran los beneficios nutricionales de las alternativas populares.
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