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Desde finales de los años 70, la brecha promedio para la edad de jubilación se ha ampliado entre los hombres graduados de universidad y quienes solo tienen un diploma de la secundaria, siendo las personas con más escolaridad las que continúan trabajando unos tres años más, según un estudio publicado por el Center for Retirement Research de Boston College.
Los hombres egresados de universidad generalmente se jubilan a los 65.7 años y los egresados de la secundaria a los 62.8 años; una disparidad de 2.9 años, según el autor del estudio y economista investigador Matthew S. Rutledge, quien recopiló datos de la Oficina del Censo desde 1976 hasta el 2016. Hace cuatro décadas, la brecha era de tan solo seis meses.
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Según el estudio, el panorama es más complicado para las mujeres debido al cambio en su participación en la fuerza laboral durante la segunda mitad del siglo XX. Pero al igual que con los hombres, la brecha en las edades de jubilación por escolaridad ha crecido “substancialmente”, escribió Rutledge.
La diferencia puede tener un gran impacto en el ingreso de jubilación, explicó Rutledge en un correo electrónico. Quienes dejan de trabajar y reclaman los beneficios del Seguro Social a menor edad reciben menores beneficios. También pierden la oportunidad de acumular más ahorros, además de los fondos equivalentes del empleador, en sus cuentas de jubilación. Y pierden beneficios de seguro médico proporcionado por el empleador.
Rutledge dijo que muchos trabajadores con menos escolaridad dejan de trabajar a menor edad porque son más propensos a tener problemas de salud. Sus trabajos tienden a exigirles con mayor frecuencia que levanten cosas pesadas, que hagan movimientos repetitivos y que estén de pie, lo que hace más difícil seguir trabajando a medida que envejecen. Además, suelen tener menos posibilidad de cambiar sus horarios o de tomar tiempo libre, lo que dificulta aún más realizar una transición gradual a la jubilación.
En contraste, “las personas con más escolaridad tienen mayor poder de negociación dentro de sus empresas para conseguir una jubilación parcial o reducir sus cargas de trabajo y responsabilidades, porque aun en esas funciones menores se les considera lo suficientemente valiosos para mantenerlos”, expresó Rutledge.
Él dice que los trabajadores con menos escolaridad deben empezar a pensar con tiempo sobre la jubilación para lograr un cambio eventual a trabajos físicamente menos agotadores.
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