Vida Sana
La profesora de arte Jennifer Foreman de Grassi Williams, de 75 años, ha visto la influencia positiva que tiene la pintura, el color, la arcilla y la creatividad en los niños y jóvenes. Hace 45 años, Williams ideó una forma de llevar el arte a los estudiantes a través de una escuela ambulante que denominó proyecto Van Go. Desde entonces, ha estado impartiendo lecciones de arte en una furgoneta a escuelas rurales en los estados de Idaho y Nevada. En el 2016, Williams fue incluida en el Salón de la Fama Nacional de Maestros.
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Jennifer Foreman de Grassi Williams: cuando comencé a trabajar como maestra de arte en 1972, mi clase era donde acomodaban a los estudiantes con los que nadie sabía qué hacer, los que tenían cortes de cabello estilo mohawk o tatuajes, los que vivían en sus autos. A veces, el salón de arte era donde hacíamos obras de arte. Otras veces era el lugar donde intentamos resolver sus vidas.
Williams notó el impacto de sus lecciones: "todos empezaron a hacer arte y a relacionarse entre sí. Fue algo mágico".
Durante muchos años viví en la zona rural de Idaho, y muchos de mis estudiantes llegaban de ciudades a una hora o más de distancia. Unos cuantos habían asistido a una escuela de una sola aula en un pequeño lugar llamado Prairie, donde no había maestros —ni materiales— de arte. Y estos niños me preguntaban si podíamos llevar arte a los niños más pequeños de su ciudad. Así que organicé un día libre, subí a mis estudiantes a mi camioneta, empaqué almuerzos y materiales de arte, y fuimos a Prairie. Después de millas de vida silvestre, llegamos a la escuela. Los niños corrieron a abrazarnos. Mis estudiantes —a quienes rara vez se los consideraba importantes— se convirtieron en reyes y reinas. Todos empezaron a hacer arte y a relacionarse entre sí. Fue algo mágico.
Eso dio lugar al proyecto Van Go, la escuela de arte ambulante que he estado administrando durante 45 años. Visitamos escuelas en lugares remotos y llevamos un día completo de clases de arte, gratis. Cuando todavía trabajaba para el sistema escolar, mis estudiantes y yo hacíamos hasta dos docenas de viajes como ese al año. Ahora que estoy jubilada, probablemente hago dos o cuatro viajes al año. Como no tengo estudiantes de escuela secundaria, lo hago con tres exalumnos que se han convertido en maestros de arte. Hemos ido a casi todas las pequeñas escuelas de un aula en Idaho y algunas en Nevada.
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