Vida Sana
Cuando tenía 30 años, me mudé a Sudáfrica en busca de aventura y la oportunidad de perseguir mi sueño de convertirme en corresponsal extranjera. Nunca había estado en Sudáfrica antes, y todo lo que sabía sobre el país lo había leído en un libro de viajes. Sin pensármelo dos veces, compré un boleto de avión, empaqué dos maletas y me lancé a una nueva vida.
Casi 30 años después, estoy planeando otra vez mudarme a un nuevo país —Portugal— pero esta vez decidí visitarlo antes de trasladarme allí. No soy la primera persona que ha considerado mudarse a Portugal. En los últimos años, Portugal figura como uno de los destinos de jubilación más populares en numerosas listas, y actualmente ocupa el segundo puesto en la encuesta anual del índice global de jubilación de la revista International Living (el primer puesto lo ocupa Costa Rica). Casi 10,000 estadounidenses vivían en Portugal en el 2022, según el Gobierno portugués.
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No es sorprendente, dado el clima soleado durante todo el año y los inviernos suaves de Portugal, su atención médica asequible (el sistema de salud pública es gratuito para los residentes), su calificación como uno de los países más seguros del mundo (el número 7 en el índice de paz mundial) y una alerta de viaje de nivel 1 del Departamento de Estado de EE.UU.
La facilidad para obtener visas y el costo de vida relativamente bajo también son factores a su favor.
Jennifer Stevens, la editora ejecutiva de la revista International Living, dice que una pareja puede vivir en Portugal con $2,500 a $3,000 al mes, si bien las ciudades más grandes como Lisboa y la región del Algarve se situan en el extremo superior de la escala. "Puedes salir a comer sin gastar demasiado dinero", explica.
Jen Wittman, de 49 años, una estadounidense que se mudó con su familia a Portugal (sin haber viajado allí antes) en el 2021, observa grandes variaciones en los precios según la zona. "El interior y las localidades más pequeñas son mucho más asequibles que, digamos, Lisboa o el Algarve u Oporto", dice.
A pesar de la popularidad del país entre los jubilados, Portugal puede ser un desafío para las personas con problemas de movilidad. Las calles de adoquines y las aceras resbaladizas decoradas con mosaicos —que se encuentran en todo el país— pueden dificultar el desplazamiento, y el país no es universalmente accesible. Las ciudades más grandes y los hoteles tienen más probabilidades de ser accesibles al disponer de rampas y ascensores.
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Planea unas vacaciones en Portugal
Al planificar un viaje para descubrir cómo sería vivir en Portugal, es bueno identificar primero el estilo de vida que deseas. ¿Quieres vivir en un pequeño pueblo o en una ciudad? ¿Y tiene que ser una ciudad apta para caminar? ¿Quieres vivir cerca de la playa o en el interior? ¿Quieres conducir un automóvil o usar el transporte público?
Ya sea que viajes en avión, tren o automóvil, elige un punto de partida y empieza tu recorrido. Terry Coles, de 63 años, se mudó a Portugal con su esposo en el 2018 después de vivir en numerosos países. Ella sugiere volar a un extremo del país, alquilar un auto y conducir hasta el otro extremo, parando en todos los pequeños pueblos en el camino.
