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Lo último por la COVID-19
El museo (en inglés) ha tomado extensas medidas para proporcionar un ambiente seguro y sin contacto para los visitantes, tales como entradas con horario específico y límites en el número de visitantes, minuto a minuto, en cada galería. El museo, el café y la tienda no aceptan dinero en efectivo y están habilitados para el pago con tarjeta de crédito sin contacto (solo Visa). El uso de mascarillas es opcional para el público que se ha vacunado completamente contra la COVID-19. Visita el sitio web para informarte sobre los últimos protocolos.
En la mayoría de los museos le llamarían la atención a un visitante si este se pone a correr, pero eso no sucede en el Museo Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos, ubicado en el centro de Colorado Springs, Colorado. Allí, no solo te animan a correr, sino también a correr a toda velocidad en una pista de 25 metros, mientras uno intenta alcanzar a una versión de tamaño real del atleta olímpico Jesse Owens en 1936, que corre virtualmente en una pantalla junto al visitante. Para probarlo, me agacho detrás de la línea de salida y me lanzo disparado al escuchar el pistoletazo de largada. Para cuando he dado mis primeros pasos, mi oponente ya está casi en la línea de llegada. En el auténtico espíritu de los Juegos Olímpicos, no me rindo, aunque he quedado muy rezagado.
Esta instalación de 60,000 pies cuadrados que se inauguró el pasado mes de julio es mucho más que una colección de recuerdos deportivos: te guía por un recorrido que sigue a atletas de talla mundial, desde el entrenamiento hasta la competición y, finalmente, el podio. El museo, que es la adición perfecta a la "ciudad olímpica" de Colorado Springs —sede del Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense y del Centro de Entrenamiento Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos— se promociona a sí mismo como uno de los museos más interactivos y accesibles del mundo. La experiencia no decepciona.
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Canaliza tu atleta interior en una pista de eslalon virtual, equipado con bastones de esquí y sorteando las curvas en una pantalla que tienes delante, o prueba tu suerte con el tiro con arco y dispara flechas a una diana LED. Tus puntuaciones, junto con fotos, videos y otros momentos destacados de tu visita, se recopilarán en un almacén digital al que puedes acceder escaneando con tu teléfono inteligente el chip de RFID (identificación por radiofrecuencia) que figura en tu tarjeta de visitante (en inglés).
El museo utiliza esta tarjeta, que sirve también como recuerdo, para personalizar cada visita. Al llegar, debes indicar si tienes necesidades especiales debido a alguna discapacidad y cuáles son tus deportes favoritos. Entonces, la tecnología RFID permite ajustar la experiencia a esas preferencias cuando te acercas a una exhibición y puede, por ejemplo, proporcionar una interpretación de audio más detallada si tienes una discapacidad visual. En mi caso, recibí más información sobre gimnasia y fútbol, mis dos deportes olímpicos favoritos.
Descripción general
El museo, una atractiva estructura cubierta en su exterior con unos 9,000 paneles relucientes con forma de rombo, no solo celebra a los ganadores. También experimentarás las decepciones que los atletas olímpicos han sufrido a lo largo de los años, y podrás ver exhibiciones que celebran el espíritu de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Doce galerías de exposición —una de ellas cambiante y las demás permanentes— siguen un arco narrativo que empieza con la historia de los Juegos y continúa después con el entrenamiento y la preparación de los atletas, experiencias competitivas interactivas y ceremonias de entrega de premios.
Verás más de 260 artefactos repartidos por todo el museo, entre ellos la inconfundible banda elástica blanca de la gimnasta Shannon Miller, una de las zapatillas doradas con clavos del velocista Michael Johnson, la pierna prostética y una zapatilla para correr del atleta paralímpico John Register y los esquís de madera Kastle que utilizó Billy Kidd en 1964 cuando se convirtió en el primer estadounidense en ganar una medalla en esquí alpino.
La tecnología de vanguardia realza los artefactos y los recuerdos, y ofrece a los visitantes la oportunidad de ver videos y escuchar grabaciones de audio en cada galería.
La experiencia
Es fácil atravesar el atrio con prisa, pero tómate el tiempo y detente junto a los quioscos grandes para leer las biografías de los 154 miembros del Salón de la Fama de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Estados Unidos, entre ellos el boxeador Muhammad Ali y la esquiadora paralímpica Candace Cable.
Desde el atrio, toma el ascensor hasta el último piso para empezar tu descenso por los tres niveles de salas de exhibiciones. Las amplias rampas de pendiente suave crean un camino continuo que ofrece una experiencia excepcionalmente accesible para las personas en sillas de ruedas.
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