Vida Sana
En el lejano oeste de Texas, en el desierto de Chihuahua, las montañas más altas del estado se erigen como una fortaleza en bloques en el desolado territorio del Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe (en inglés). Estas montañas forman parte de un arrecife fosilizado de 400 millas —en su mayor parte enterrado— y emergen de los áridos matorrales como la mandíbula de un esqueleto gigante. Los picos escarpados e imponentes alcanzan 3,000 pies de altura y constituyen la atracción principal de este remoto parque de 86,416 acres. Sin embargo, una vez que apartas la mirada de la majestuosa silueta y exploras los rincones y las grietas de esta escarpada región, descubres una gran variedad de detalles.
Las dunas de arena de un lago salado seco resplandecen como olas en el extremo oeste del parque, las grietas entre muros escarpados atraviesan su interior y los frondosos bosques despliegan un colorido y resplandeciente espectáculo cada otoño en el extremo norte. Por esta zona deambulan gatos monteses, pecaríes y leones de montaña; habitan 16 especies de murciélagos; y el aroma del enebro se esparce en el aire de las tierras altas.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Sin embargo, este es uno de los parques nacionales menos visitados del país, ya que en el 2021 recibió unos 243,000 visitantes con fines recreativos. La mayoría de los días, una vez que te alejas de la sede del parque es más probable que veas un ciervo mula que a otra persona.
Hace más de 270 millones de años, estos asombrosos paisajes comenzaron a formarse cuando un mar poco profundo cubrió la región y se formó un arrecife. El mar finalmente se evaporó y las fuerzas tectónicas elevaron una sección del arrecife fosilizado hace unos 80 millones de años, lo que originó altísimos picos.
La escarpada silueta de un acantilado de piedra caliza de 1,000 pies llamado Capitán, el rasgo más icónico del parque, ha sido durante siglos un lugar de paso para quienes vivieron y exploraron este escarpado territorio. El paisaje no ha cambiado mucho desde entonces. Y a 8,751 pies de altura, el pico Guadalupe contempla el resto de este inmenso estado.
“Las montañas fueron el último refugio de los apaches mescaleros en las décadas de 1870 y 1880, y esta tierra es sagrada para ellos”, explica Chris Barr, exdirector provisional de servicios para los visitantes del Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe. “Los rancheros blancos consideraron que era un lugar de oportunidades, donde uno podía poseer tierras y forjarse un nombre”.
No hay muchas comodidades. Una autopista bordea los confines al este del parque, y un puñado de caminos secundarios conducen a senderos y puntos de acceso dentro de sus límites. No encontrarás ni un solo restaurante ni hotel, pero si te aventuras por este terreno azotado por el viento, descubrirás sorpresas tan gratificantes como las vistas.
Planea tu visita
Datos sobre el parque
Ubicación: el lejano oeste de Texas
Superficie: 86,416 acres
Pico más alto: pico Guadalupe, 8,751 pies
Punto más bajo: Salt Basin Dunes, 3,640 pies
Millas de senderos: más de 80
Atracciones principales: senderismo y observación del follaje
Costo de la entrada: $10 por persona de 16 años o más por un pase de siete días (con un pase para adultos mayores, entran gratis hasta tres adultos)
Mejor forma de verlo: caminatas por los senderos
Mejor momento para visitar: otoño, cuando las temperaturas son moderadas y las hojas de McKittrick Canyon cambian de color; y primavera, antes de que llegue el calor
El parque se encuentra justo al sur de la frontera entre Nuevo México y Texas, a unas 32 millas al suroeste del Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad. Puedes llegar en avión a El Paso (103 millas al oeste del parque) o a Midland-Odessa (unas 180 millas al este), y luego conducir hasta este lejano parque.
La sede principal del parque se encuentra en la zona este, en el centro de visitantes Pine Springs. Aquí puedes pagar las entradas, conversar con los guardaparques y comprar libros, mapas y guías turísticas. En McKittrick Canyon, al noreste del parque, hay otro centro de visitantes dotado de personal durante las épocas de mayor actividad, como en abril, cuando los estudiantes tienen vacaciones de primavera, y a fines de octubre y principios de noviembre, cuando las hojas cambian de color y el parque recibe una mayor cantidad de visitantes.
Entre el nivel más bajo del parque en las dunas Salt Basin Dunes y el más alto en el pico Guadalupe, las condiciones meteorológicas pueden variar notablemente. En verano, por ejemplo, las temperaturas oscilan entre los 60 y los 90 grados, y en invierno, entre los 30 y los 50 grados. En primavera y otoño, suelen situarse entre los 60 y los 70 grados, lo que generalmente propicia las condiciones perfectas para el senderismo. Las plantas florecen y la fauna es más activa en primavera, y el follaje otoñal comienza su despliegue desde mediados de octubre hasta principios de noviembre. Sin embargo, debes estar preparado para los vientos, que pueden alcanzar hasta 70 mph, y las ocasionales nevadas leves en invierno y a principios de primavera.
“Cada época del año supone una experiencia diferente en este lugar”, señala Barr. “En verano tienes el lugar para ti solo, pero hace calor. Todos los senderistas deben llevar al menos un galón de agua por persona. Y el verano es la estación de los monzones, así que se producen tormentas por las tardes. El último lugar donde conviene estar es la cumbre de Texas (el pico Guadalupe) en medio de una tormenta eléctrica”.