Vida Sana
Ubicado en las dunas doradas de los Outer Banks —una cadena de islas barrera y cordones litorales frente al océano Atlántico salpicada de pequeñas ciudades costeras— en Carolina del Norte, el Monumento Nacional de los hermanos Wright (en inglés) atrae a los curiosos. Aquí se alberga un centro de visitantes y un museo, administrados por el Servicio de Parques Nacionales, donde se cuenta el fascinante relato de los dos pioneros de la aviación en este país, que hicieron historia cuando se elevaron por el cielo en 1903 en su planeador de fabricación casera con una envergadura de 40 pies. Al entrar a esta atracción de un solo piso y 9,600 pies cuadrados, con una abundancia de luz que entra por los ventanales arqueados y un techo abovedado de vidrio, quizás pienses que tú también estás flotando en el cielo.
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Sentirás como que has viajado en el tiempo, a un pasado de fotografías en blanco y negro, diarios manuscritos y dibujos a lápiz. En la sala de exposiciones (Exhibit Hall), recorre la vida y el trabajo de los hermanos, empezando desde su infancia en Dayton, Ohio, donde crecieron con un padre que era obispo y una madre con talentos mecánicos, quien los ayudaba a arreglar sus juguetes y despertó su interés por la mecánica. Como adultos, Orville y Wilbur tenían una tienda de bicicletas en Dayton, donde desarrollaron su máquina voladora. A finales de la década de 1800, el concepto de usar tu propio cuerpo para impulsar una bicicleta era una novedad electrizante que inspiró a los hermanos a soñar con maniobrar un planeador impulsado por el viento.
A medida que exploras las exposiciones, descubrirás que el viento los transportó a las orillas de Carolina del Norte, donde la confluencia de dos poderosas corrientes marinas —la del Golfo (cálida) y del Labrador (fría)— crean intensas corrientes de aire. Las cartas que los hermanos intercambiaron con su hermana, y leal defensora, Katharine, revelan cómo trabajaron con una familia de Carolina del Norte para establecer un campamento entre las dunas. Durante cuatro años de éxitos y fracasos, alternaron entre realizar pruebas con el planeador y regresar a Dayton para mejorarlo, y finalmente añadieron un motor de gasolina ligero diseñado a medida.
Planea tu visita
Ubicación: 1000 N. Croatan Highway, Kill Devil Hills, Carolina del Norte
Cómo llegar: desde el aeropuerto principal más cercano, en Norfolk, Virginia, conduce 82 millas al sureste para dirigirte al monumento, mayormente por la carretera N.C. 168 y la ruta nacional 158. Te llevará aproximadamente una hora y media, tal vez más durante las temporadas altas de viajes.
Horario: abierto todos los días, de 9:30 a.m. a 5 p.m.
Entrada: $10 (el Servicio Nacional de Parques administra el museo, así que la entrada es gratis para quienes tienen un pase para adultos mayores)
Mejor momento para visitar: los Outer Banks están muy concurridos en el verano y generalmente durante las principales temporadas festivas, especialmente en Navidad y Año Nuevo. Para evitar las multitudes, visita el museo en la temporada baja.
Accesibilidad: el edificio del museo es plano, sin escaleras, y la mayoría del terreno de los alrededores también es plano. El museo tiene unas cuantas sillas de ruedas disponibles a petición, pero no proporciona andadores. Cuenta con estacionamiento, que está a corta distancia a pie del edificio.
Qué llevar: el sol puede ser intenso (al igual que el viento), así que lleva protector solar, un sombrero y agua, especialmente para las caminatas guiadas por guardaparques durante la época veraniega, que es calurosa y húmeda. En las temporadas más frescas, vístete con varias capas de ropa y lleva una cazadora o una chaqueta a la mano.
Varias exposiciones interactivas te ayudan a comprender las fuerzas físicas involucradas en la elevación y propulsión del aeroplano. Acércate a un panel con tres palancas para experimentar los tres ejes de control del avión —alabeo, cabeceo y guiñada— que afectan, respectivamente, cómo los aviones se ladean de un lado a otro, suben y bajan, y giran a la izquierda o derecha. Conforme experimentas con las palancas, estas controlan las pequeñas figuras de avión para que giren, se balanceen o cambien de inclinación, según las fuerzas que se apliquen.
La famosa fotografía del despegue de los hermanos desde estas costas te lleva a la siguiente galería —Flight Room (sala de vuelo)—, donde una réplica a escala real de su innovadora creación, que dio origen al mundo de la aviación, es el foco de todas las miradas. Justo al lado, puedes ver la máquina de coser del siglo XIX que usaron para coser la tela para las alas.
Con el tema “Hacer posible lo imposible”, la exposición presenta a los famosos hermanos, no solo como mentes brillantes, sino también como personas comunes que compartían el sueño de crear una máquina que pudiera volar. “Parte de lo que el museo espera mostrar es que Wilbur y Orville trabajaron muy duro; regresaban aquí una y otra vez, resolvían problemas y se rehusaban a darse por vencidos”, dice Elizabeth Hudick, guardaparques supervisora del museo. “Y eso, más que cualquier otra cosa, fue el motivo de su éxito”.
El museo también es un centro de visitantes para el Monumento Nacional de los Hermanos Wright, que incluye un terreno de 428 acres y un monumento de granito de 60 pies de altura que conmemora a los hermanos y su hazaña. Después de recorrer el museo, toma una de las caminatas de 30 minutos guiadas por guardaparques por los jardines para ver una réplica de los edificios originales del campamento de 1903 de los aviadores y una roca con una placa conmemorativa (Flight Boulder), que marca el punto desde donde despegó el planeador, pasando así a los anales de la historia.
Consejo de los guardaparques: en la sala de exposición Exhibit Hall, asegúrate de mirar hacia el techo para ver toda una lección de historia de la aviación en las alturas. Verás una serie de aeronaves de metal, empezando con planeadores sencillos y progresando hasta el moderno transbordador espacial. “El público suele perderse eso”, dice Hudick. “Normalmente es algo que observan solo en su segunda o tercera visita”.
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