Vida Sana
La pandemia de la COVID-19 ha estado acompañada de una propagación en paralelo de las estafas del coronavirus, de las cuales muchas tienen como blanco a los adultos mayores del país.
Hasta mediados de junio, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) había recibido más de 754,000 quejas de los consumidores relacionadas con la COVID-19 y los pagos de estímulo desde que comenzó la pandemia. El 72% acerca de fraudes o robo de identidad. Estas estafas les cuestan a los consumidores $827.6 millones, con una pérdida promedio de $426.
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Los criminales están usando una variedad de herramientas para cometer fraudes —como correos electrónicos y mensajes de texto que tratan de obtener tu información personal (fraude conocido como phishing), llamadas automatizadas, mensajes falsos en las redes sociales, esquemas de impostores y más— y siguiendo muy de cerca las noticias para adaptar sus mensajes y tácticas cuando surgen nuevas noticias sobre temas médicos o económicos.
Por ejemplo, en medio de la creciente demanda de pruebas para detectar la COVID-19, impulsada por el aumento de la variante ómicron, los funcionarios estatales y locales advierten a los consumidores sobre los estafadores que venden pruebas rápidas para realizarse el hogar en línea o incluso casa por casa, o cobran por las pruebas que se administran gratis en consultorios médicos y departamentos de salud pública.
Aquí algunos otros tipos de fraudes relacionados con el coronavirus a los que tienes que estar atento.
Pruebas y curas falsas
Mientras que la demanda por pruebas de COVID-19 se dispara en paralelo a la propagación de la variante ómicron, los funcionarios de salud y de aplicación de la ley federales, estatales y locales han emitido una gran cantidad de advertencias sobre estafas que involucran tanto pruebas rápidas vendidas para uso doméstico como pruebas más precisas administradas por profesionales de la salud. .
Las autoridades de varios estados informaron que los estafadores están instalando clínicas de prueba falsas o se hacen pasar por trabajadores de la salud para acercarse a las personas que esperan en largas filas en sitios legítimos. En ambos casos, los estafadores ofrecen acceso rápido a pruebas falsas o no aprobadas, recopilando información personal, financiera o médica que pueden usar en el robo de identidad o estafas de seguros de salud.
Una alerta del Better Business Bureau (en inglés) de enero destaca otra estafa común: llamadas automáticas que dirigen a los consumidores a clínicas falsas o sitios web de suministros médicos que recopilan información personal o números de tarjetas de crédito con el pretexto de ofrecer kits de pruebas difíciles de encontrar.
Las propuestas de ventas de remedios falsos han sido una estafa principal desde el comienzo de la pandemia y no han disminuido, incluso con las vacunas y los tratamientos aprobados por el gobierno federal ahora disponibles. La FTC y la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) han enviado docenas de advertencias a las empresas que venden productos no aprobados que afirman que pueden curar o prevenir el COVID-19.
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