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Guía para los jubilados sobre cómo sobrevivir a una recesión

Las contracciones económicas son inevitables, para eso te mostramos cómo proteger tus ahorros jubilatorios.


spinner image Ilustración de un barco de papel rojo navegando en una gráfica estadística en medio de una tormenta
ISTOCK / GETTY IMAGES

¿Estados Unidos está en recesión? Los medios de comunicación están llenos de especulaciones tras la reciente caída en picada del mercado de valores, pero el árbitro oficial de las recesiones, la National Bureau of Economic Research (NBER), dice que es demasiado pronto para saberlo.

Pero tarde o temprano, la economía caerá en una recesión, porque esa es su naturaleza: después del auge viene la caída. En el caso de muchos jubilados, el mayor desafío es la volatilidad de las inversiones que por lo general acompaña a una recesión. Para las personas que aún no están listas para jubilarse, la mayor preocupación tiende a ser perder su trabajo. Sin embargo, si sabes qué esperar en una recesión, sabrás cómo sobrevivirla. Veamos qué son las recesiones y cómo superarlas.

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¿Qué es una recesión?

La mayoría de los jubilados han vivido varias recesiones y saben que no es una situación agradable. Por lo general, una recesión se describe como “dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo”. En otras palabras, el producto interno bruto (PIB), ajustado a la inflación, tiene que disminuir durante al menos seis meses. Sin embargo, esa no es una descripción demasiado precisa.

La NBER es una organización privada sin fines de lucro integrada por investigadores económicos. Su Comité de Investigación del Ciclo Económico (Business Cycle Dating Committee), el marcador oficial de las recesiones, utiliza varios indicadores para determinar cuándo comienza y termina una recesión. El PIB es solo uno de esos indicadores. El comité también sopesa las tendencias de empleo, la producción industrial y las ventas minoristas, entre otros factores.

La definición amplia de recesión de la NBER es que es “una disminución significativa de la actividad económica que se extiende a toda la economía y que dura más de unos pocos meses”. En términos prácticos, una recesión es un período de aumento del desempleo, quiebras empresariales y dificultades económicas generales. Una recesión no se define únicamente por los altibajos del mercado de valores.

Desde 1857, Estados Unidos ha tenido 34 recesiones, con una duración media de 17 meses, según la NBER. Las recesiones han sido menos frecuentes y más breves desde 1945, con una duración media de 10.3 meses. La recesión de 1873 fue el epítome de la miseria: duró 65 meses.

¿Qué causa una recesión?

La recesión suele ser causada por un sobrecalentamiento de la economía. La creciente demanda de bienes supera la capacidad de la industria para producirlos, lo que, a su vez, da lugar a un aumento de los precios. El bajo nivel de desempleo significa que los trabajadores pueden exigir salarios más altos, lo que provoca un mayor sobrecalentamiento de la economía.

¿Cómo se convierte esto en una recesión? La alta demanda de los consumidores en una economía en plena expansión suele traducirse en tasas de interés más altas. El aumento de las tasas significa que las empresas tienen que gastar más para pedir dinero prestado, lo que reduce las ganancias corporativas. Para los jubilados, las tasas hipotecarias más altas dificultan la venta de una casa, y las tasas de las tarjetas de crédito y los préstamos para automóviles se vuelven más caras. Si las empresas y los consumidores sienten que la economía se está desacelerando, reducen el gasto y, finalmente, la economía deja de expandirse. La inflación se enfría y, a veces, la economía cae en recesión, como sucedió en 1981, por ejemplo.

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A veces, una economía sobrecalentada conduce a enormes aumentos en los activos financieros: las acciones en 1929, las acciones tecnológicas en 2000 y los precios de la vivienda en 2006.

En otras ocasiones, las recesiones se desencadenan por acontecimientos inesperados, como el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020, que desencadenó la recesión más corta registrada y una de las más agudas. El PIB se contrajo al ritmo trimestral más rápido de la historia en Estados Unidos. “Nos quedamos sin trabajo”, dice Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics. 

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Lo más importante para los jubilados y prejubilados es que una recesión significa que los mercados financieros a menudo se desmoronan, lo que obliga a las personas a retrasar la jubilación (o volver al trabajo) en reacción a la disminución de sus ahorros. Durante la Gran Depresión, los precios de las acciones se desplomaron un 86%  y no se recuperaron hasta 1954. Más de 9,000 bancos quebraron, 4,000 solo en 1933, porque el gobierno federal no garantizaba los depósitos bancarios como lo hace ahora.

¿Recesión o depresión?

El viejo chiste entre economistas es que una recesión es cuando alguien que conoces se queda sin trabajo; una depresión es cuando te despiden a ti. (Ahora sabes por qué los economistas no se dedican a hacer improvisación cómica).

En general, la diferencia es una cuestión de grado. Una depresión es el oso pardo del mundo económico. En la Gran Depresión, el desempleo subió a casi el 25%. En la Gran Recesión de 2007-2009, el desempleo aumentó al 10% y el PIB cayó un 4.3%, ajustado a la inflación. La recesión más reciente, provocada por la pandemia de COVID-19, ha sido la más grave desde la Gran Depresión, aunque fue mucho más corta. En solo dos meses, el PIB se desplomó un 19.2%  y el desempleo se disparó al 14.7%, un máximo histórico.

Otra cosa: como la Gran Depresión fue tan terrible, los economistas prácticamente han dejado de usar la palabra “depresión”. “Hemos ideado términos más específicos para los grandes acontecimientos de la historia, y por eso creo que la palabra ‘depresión’ se ha reservado en gran medida, al menos hasta ahora, para la Gran Depresión”, dice Mike Englund, economista jefe de Action Economics, una firma consultora de Boulder, Colorado.

“Con el colapso de la vivienda a principios de este siglo, acuñamos el término ‘Gran Recesión’”, dice Englund. “Si tenemos otro gran acontecimiento económico adverso, creo que los medios de comunicación tienen un gran incentivo para inventar un nuevo nombre ingenioso”.

¿Tendremos otra recesión?

Absolutamente. Algún día. Pero la economía estadounidense no está actualmente en recesión.

En respuesta a los preocupantes niveles de inflación, la Reserva Federal suele aumentar las tasas de interés a corto plazo para desacelerar la economía y, al menos oficialmente, intenta mantener a Estados Unidos fuera de la recesión. Sin embargo, a veces una recesión es la única manera de controlar la inflación, como aprendió el país en la recesión de 1981-1982, cuando la Reserva Federal, bajo la dirección de Paul Volcker, elevó las tasas de interés a corto plazo al 15%.

Más recientemente, Jerome Powell, el actual presidente de la Reserva Federal, encabezó una serie de alzas de tasas en 2022 y 2023 para frenar el aumento de los precios. La táctica tuvo éxito en controlar la inflación. Ahora, con el debilitamiento del mercado laboral y la desaceleración de la economía, se espera ampliamente que Powell cambie de marcha y comience a recortar la tasa de referencia de la Reserva Federal en septiembre.

Una cosa es segura: tarde o temprano, la economía entrará en recesión y, si estás jubilado (o planeas jubilarte pronto), debes estar preparado para ello.

Cómo puedes prepararte para la recesión si eres jubilado o estas ahorrando para tu jubilación

1. Ahorra. “Evita el riesgo si cree que una recesión está a la vuelta de la esquina”, dice John Lonski, presidente de Thru the Cycle, una firma de asesoría de inversiones. El mayor riesgo para los prejubilados es perder su empleo. Si trabajas, asegúrate de tener un fondo de emergencia al que puedas recurrir si dejas de cobrar un sueldo. Los planificadores financieros suelen recomendar que tengas entre tres y seis meses de gastos en tu fondo de emergencia.

2. Paga las deudas. El dinero que ahorres en intereses puedes usarlo para crear tu fondo de emergencia. Y, en igualdad de condiciones, pagar una tarjeta de crédito que cobra un interés del 16% es lo mismo que ganar un 16%  por tu dinero.

3. Manténga una reserva de dinero en efectivo. Los jubilados que retiran fondos de sus ahorros deben mantener el equivalente de un año de gastos en efectivo en su cuenta de jubilación (si no estás haciendo retiros, generalmente es mejor esperar a que pase). Los mercados bajistas en acciones suelen durar alrededor de un año. No conviene vender acciones cuando el mercado está cayendo a menos que no haya otra opción. Si tus acciones bajan un 10% y retiras un 5%, tu cartera de acciones bajará un 15%.

4. Protégete. La mayoría de las opciones en efectivo pagan poco o nada en intereses. Los fondos mutuos del mercado monetario, una opción en efectivo típica en las cuentas de corretaje, actualmente pagan un 1.41% en intereses, informa la Corporación Federal de Seguros de Depósitos. Eso no es mucho, pero es mejor que una pérdida del 20 al 30% en acciones en un mercado bajista. Si retiras efectivo de tu cuenta de jubilación durante un mercado bajista, les dará tiempo a tus otras inversiones más riesgosas para recuperarse.

5. No desesperes. Tarde o temprano, te sentirás tentado a comprar acciones mientras parezcan baratas. Tómate tu tiempo para volver a comprar. Ten en cuenta que cuando el NBER haya declarado oficialmente que ha comenzado una recesión, probablemente ya esté cerca de su fin. Después de todo, los datos económicos suelen estar retrasados, en particular el PIB. La recesión promedio dura unos 10 meses y el NBER normalmente necesita unos nueve meses para recopilar todos los datos que necesita para declarar que ha comenzado una recesión.

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