Vida Sana
Jim White es un ingeniero al que le encantaba su trabajo, hasta que fue ascendido a mando intermedio y empezó a odiar levantarse por la mañana e ir a la oficina.
Así pues, White empezó a ahorrar. Mucho. Él y su esposa ahorraban el 60% de sus ingresos. Dejaron de comprar autos nuevos o ropa de última moda, comían en restaurantes con menos frecuencia y guardaban los ingresos adicionales de las propiedades que alquilaban. Y en el 2018 se jubiló, a los 43 años.
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“Hemos visto tantas cosas y hemos estado juntos en tantos sitios maravillosos; nunca habríamos podido hacer eso de otro modo”, dice White, que se mudó con su familia durante un año a Panamá y pudo pasar más tiempo con su hija.
White forma parte de un movimiento comunitario, pero de rápido crecimiento denominado “independencia financiera, jubilación anticipada” o FIRE, que predica la vida austera y el ahorro extremo.
Aunque existe desde hace tres décadas, FIRE se ha visto impulsado por algunos de los mismos factores que alimentaron la gran renuncia: la conciencia de muchas personas de que su trabajo no les satisface.
Sin embargo, en lugar de buscar otros trabajos, FIRE requiere paciencia para acumular ahorros y adelantar su jubilación o liberar tiempo para seguir caminos que les parezcan más gratificantes.
No es solo la insatisfacción laboral generalizada lo que ha alimentado silenciosamente este movimiento. Fue el mercado alcista de los últimos años lo que estimuló el ahorro para la jubilación. Sin embargo, la desaceleración económica que siguió y la elevada inflación también son recordatorios de los riesgos de la jubilación anticipada.
Hasta los entusiastas como White, que ahora produce un blog sobre el FIRE llamado Route to Retire, se preguntan: “Aunque ahorramos una buena cantidad de dinero para cubrir nuestros gastos durante el resto de nuestras vidas, ¿fue suficiente?”.
Eso no significa que los expertos financieros desaconsejen el razonamiento que hay detrás de FIRE. Al contrario, dicen que según el Center for Retirement Research, es un gran ejemplo a seguir en una época en que la mitad de las personas en el país ahorran una parte muy reducida de sus ingresos para cuando dejen de trabajar —el National Institute on Retirement Security calcula que los que no están suficientemente preparados representan una proporción aún mayor: el 92%—.
“Si con ello se logra que las personas ahorren más para la jubilación, es estupendo”, dice Andrew Biggs, excomisionado adjunto principal de la Administración del Seguro Social que ahora es investigador principal del conservador American Enterprise Institute.
Algunas advertencias
Aunque se cree que se originó con el libro de 1992 Your Money or Your Life, que predicaba ir más despacio por la vida y valorar el tiempo por encima de la búsqueda de cosas materiales, la idea que se convertiría en FIRE (el nombre y su acrónimo vinieron después) no la promueven asociaciones nacionales ni empresas financieras, sino un grupo alternativo de influentes, blogueros y devotos que hacen proselitismo con videos de YouTube, libros de autoayuda, grupos de encuentro y retiros de fin de semana.
Por lo general, plantea ahorrar por lo menos 25 veces el monto de los gastos anuales, momento en el que una persona supuestamente tendrá el dinero suficiente para dejar de trabajar a tiempo completo, jubilarse o dedicarse a alguna otra pasión. Después, según FIRE, no se debe gastar más del 4% de esos ahorros al año.