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¿Perderé la memoria?

La autora de "The Second Fifty" revela lo que debes saber sobre el deterioro cognitivo y cómo reducir tu riesgo de desarrollarlo.


spinner image Ilustración de un cerebro haciendo ejercicio.
Liam Eisenberg

Esto me ha sucedido más de una vez: entro en la cocina, mi mente repasa la lista de tareas y mandados para ese día, abro el refrigerador y me doy cuenta de que he olvidado lo que estaba buscando. Mi primer pensamiento: ¿Estoy perdiendo la cabeza? Después pienso: ¿Es esto una señal de demencia?

Muchas personas tienen experiencias similares. Nuestros cerebros, como nuestros cuerpos, envejecen. Cuando el cerebro es joven y saludable, podemos procesar con rapidez y precisión el lenguaje, formar opiniones, recordar detalles, aprender nuevas habilidades y tomar decisiones. Pero a medida que envejecemos, el proceso biológico ralentiza esa actividad de procesamiento. Es posible que necesitemos un poco más de tiempo y concentración para aprender aptitudes o realizar tareas complejas relacionadas con la memoria o la organización, como hacer el balance de las cuentas bancarias. Todo esto es perfectamente natural, y en la mayoría de los casos, las personas mayores pueden realizar estas tareas sin problemas si disponen de suficiente tiempo.

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En cuanto a los incidentes de olvido anteriormente mencionados, no todos denotan problemas. Los científicos solían creer que cualquier tipo de olvido se debía a un fallo en el funcionamiento del cerebro, pero ahora sabemos que los “olvidos cotidianos” —esos momentos cuando no recordamos lo que buscábamos en el refrigerador o cuando se nos olvida el nombre de un conocido— son un aspecto adaptativo del funcionamiento normal del cerebro. Nuestras células cerebrales tienen mecanismos que no solo promueven la memoria, sino también la eliminación de la memoria, un acto de equilibrio esencial para la salud cognitiva.

En cambio, otras habilidades mentales mejoran con la edad. Incluso cuando no encontramos las palabras adecuadas, nuestra comprensión del significado y la conexión entre las ideas puede mejorar. Podemos seguir desarrollando nuestro vocabulario y nuestras habilidades de razonamiento verbal:  nuestra capacidad de comprender conceptos expresados a través del lenguaje y de pensar de manera constructiva y lógica.

spinner image Debra Whitman
Cortesía de ALISSA RANDALL

En otras palabras, los cambios cognitivos son naturales, pero el deterioro cognitivo está lejos de ser inevitable: alrededor de la mitad de los adultos en el país creen que probablemente desarrollarán demencia, cuando solo alrededor del 15% de las personas entre 75 y 79 años experimentan incluso un leve deterioro cognitivo. Es más, nuestras posibilidades de padecer ­demencia han disminuido. El porcentaje de personas de 70 años o más con demencia se redujo de un 13% en el 2011 a un 10% en el 2019, posiblemente debido a­ mejoras en la nutrición y la atención médica,­ la educación y el estilo de vida.

Pero la demencia es una realidad para muchas personas, y es importante aprender a distinguir entre los cambios cognitivos normales y los tipos de deterioro que deberían preocuparnos. Los médicos definen el deterioro cognitivo leve como los problemas de memoria y dificultades para pensar que tienen un impacto menor en la vida diaria, por ejemplo, perder las llaves con mayor frecuencia o necesitar concentrarse más para realizar tareas habituales. Puede ser beneficioso usar herramientas simples como ganchos para las llaves junto a la entrada, agendas para planificar actividades y listas de tareas, y los síntomas a veces no evolucionan o incluso mejoran con el tiempo. Pero alrededor de un tercio de las personas con deterioro cognitivo leve desarrollarán demencia en un plazo de cinco años, por lo que es importante que te comuniques regularmente con tu médico.

La demencia es un término genérico que se utiliza para describir un deterioro significativo del pensamiento, la memoria y el razonamiento. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en las personas mayores de 65 años y representa del 60 al 80% de todos los casos. El Alzheimer tiende a desarrollarse gradualmente, empieza con problemas menores de olvido y evoluciona a problemas con la memoria y el razonamiento que afectan el funcionamiento diario. (Perder las llaves del auto en la casa es un hecho común, pero perderte mientras conduces a casa por una ruta que usas habitualmente puede ser motivo de preocupación.) Con el tiempo, las personas comienzan a exhibir cambios de humor, mayor confusión y pérdida de la memoria. Pueden mostrarse inquietos y empezar a deambular. Por último, las personas que padecen demencia grave ya no son capaces de comunicarse de manera coherente, y necesitan ayuda con todos los aspectos del cuidado personal.

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La enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia no siguen la misma trayectoria. Algunos pacientes se deterioran rápidamente, mientras que otros permanecen animados, activos e involucrados en actividades sociales durante años.

Incluso si no te preocupa la salud cerebral, es una buena idea hacerte una evaluación cognitiva para tener un punto de referencia y poder comparar los cambios que tú u otras personas noten.

A los 50 años, me hice una evaluación en línea (en inglés) a través de la plataforma Staying Sharp de AARP, que me permitió compararme con otras mujeres de mi misma edad y de un nivel de educación similar. Obtuve un buen resultado, pero mis calificaciones no fueron perfectas en todas las áreas. La ventaja es que puedo volver a tomar la prueba y hacer un seguimiento de los cambios con el tiempo.

También puedes someterte a una evaluación cognitiva en el consultorio de un médico como parte de tus visitas anuales de bienestar cubiertas por Medicare. Si tú o tu médico están preocupados, el médico puede verificar si hay otros trastornos que podrían estar causando síntomas similares a la demencia temprana y que sean tratables,  como las enfermedades de la tiroides, una deficiencia de vitamina B12, la depresión y la apnea del sueño. Tu médico o farmacéutico debería revisar tus medicamentos recetados: algunos medicamentos recetados comunes, así como somníferos de venta libre, pueden tener efectos secundarios que causan confusión, afectan la memoria o empeoran los síntomas de los problemas cognitivos existentes.

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El Centro de Recursos para la Salud Cerebral de AARP ofrece consejos, herramientas e información.

  • El programa Staying Sharp (en inglés) incluye una evaluación en línea de tu capacidad de razonamiento, memoria y atención.
  • Consejos sobre la dieta, el ejercicio, el sueño y más.
  • Información sobre la demencia, los derrames cerebrales y otras enfermedades del cerebro, y las últimas noticias sobre la salud cerebral.

Tu médico puede programar una evaluación más completa con un especialista, quien tal vez realice una resonancia magnética (MRI), una tomografía computarizada (CT) o una tomografía por emisión de positrones (PET) que podría revelar tumores, derrames cerebrales u otros problemas que pueden causar demencia.

Muchas personas con las que he hablado opinan que, como no hay una cura para la demencia, tiene poco sentido obtener un diagnóstico temprano. Pero el deterioro cognitivo o la demencia no diagnosticados pueden ser una fuente de estrés e incertidumbre constantes, y causar estragos en el trabajo y las relaciones. Y un diagnóstico puede brindar beneficios importantes. El Dr. Jason Karlawish, codirector del Penn Memory Center y autor de The Problem of Alzheimer's, me explicó que el diagnóstico temprano ayuda a las personas a comprender los cambios que están experimentando, ofrece la posibilidad de comenzar tratamientos que podrían ayudar con los síntomas o incluso participar en ensayos clínicos de nuevas terapias. Una ventaja importante es que permite a las personas tomar decisiones informadas sobre su futuro y poner un plan en marcha.

Muchas personas viven solas y no tienen redes de cuidadores ya establecidas. El diagnóstico, dijo Karlawish, es un catalizador para las conversaciones que debemos tener: "¿Quién me ayudará en los próximos meses y años para que pueda permanecer seguro, socialmente activo e involucrado?"

Es importante tener en cuenta que tu capacidad no disminuye el día que te diagnostican. Muchas personas continúan viviendo vidas significativas durante años después de un diagnóstico. Conocí a Terrie Montgomery por Zoom en el 2022, siete años después de que descubriera que tenía la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano. Terrie me dijo que comenzó a preocuparse cuando notó que olvidaba las contraseñas en el trabajo. Un día, mientras conducía, se encontró en un cruce de ferrocarril. Por un momento, no supo qué hacer y entró en pánico. Después de su diagnóstico, Terrie se convirtió en activista y,  junto con otros dos afroamericanos que tienen demencia, cofundó Black Dementia Minds (que forma parte del National Council of Dementia Minds). Se mantuvo activa a pesar de la actitud de su médico.

"El médico me dijo que mi enfermedad era terminal, que no había cura", explicó Terrie. "No me animó con palabras como: 'Puedes vivir con esta enfermedad'. Solo porque recibas este diagnóstico no significa que vayas a morir mañana. Tienes que vivir. Y yo quería vivir". 

Terrie dijo que, si fuera médica y tuviera que dar un diagnóstico de demencia, diría: "Tienes Alzheimer. Pero tenemos recursos. Hemos avanzado mucho. Cuando salgas de aquí hoy piensa en las cosas que puedes hacer. Ponte en contacto con un equipo de apoyo. Empieza a hacer las cosas que has postergado. Empieza a vivir".

spinner image libro The ­Second Fifty
W. W. Norton & Company

Ya sea que tengamos la mente aguda o nos preocupe el deterioro cognitivo, podemos hacer muchas cosas para apoyar la salud cerebral y reducir el riesgo de demencia entre un 15 a un 33%. Adoptar hábitos saludables, incluso en la etapa avanzada de la vida, puede marcar la diferencia. Por lo tanto, mientras esperamos la llegada de tratamientos médicos más eficaces, toma medidas donde sea posible: establece tu capacidad cognitiva inicial, aprende a reconocer los signos preocupantes, adopta hábitos para mejorar la salud cerebral y habla con tu médico si estás preocupado.

Este artículo se ha adaptado con la autorización de The Second Fifty: Answers to the 7 Big Questions of Midlife and Beyond de AARP, por Debra Whitman (WW Norton & Company, septiembre del 2024), una guía para el envejecimiento saludable en un Estados Unidos cambiante. El 100% de las regalías pagadas a AARP por la venta de este libro apoyan el trabajo benéfico de AARP Foundation.

 The ­Second Fifty está disponible en aarp.org/Bulletin50 (en inglés)  o en cualquier lugar donde se vendan libros.

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