Vida Sana
Si bien los científicos siguen buscando tratamientos efectivos con fármacos para combatir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias afines, los investigadores han descubierto que una herramienta relativamente sencilla podría retrasar el deterioro lento en los adultos mayores con problemas de memoria o razonamiento: el ejercicio físico.
En un estudio clínico controlado y aleatorio, se dividieron en dos grupos a casi 300 adultos sedentarios con deterioro cognitivo leve, un trastorno caracterizado por la pérdida de la memoria y confusión que suele ser el precursor de la demencia: la mitad realizó ejercicios aeróbicos y la otra mitad incorporó rutinas de estiramiento y ejercicios para el equilibrio.
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Ambos grupos practicaron ejercicio cuatro días por semana durante alrededor de 30 a 40 minutos por día y la mitad de las sesiones fueron supervisadas por entrenadores personales. Al cabo de 12 meses, los participantes del estudio tanto del grupo de ejercicios aeróbicos como del grupo de estiramiento no mostraron signos de deterioro cognitivo, lo cual es atípico considerando su condición. Con el fin de comparar, los investigadores hallaron que en otro grupo de estudio, los adultos mayores con deterioro cognitivo leve que no realizaron una intervención con ejercicios mostraron un deterioro cognitivo significativo a lo largo de los 12 meses. Los resultados se presentaron en la Conferencia Internacional de la Alzheimer’s Association en San Diego el 2 de agosto.
“Estamos muy entusiasmados con estos resultados porque creo que esta intervención y el tipo de ejercicio que estamos viendo que puede proteger contra el deterioro cognitivo es accesible para todos y adaptable al público”, señala Laura Baker, directora asociada del Alzheimer's Disease Research Center de Wake Forest University y principal investigadora del estudio EXERT.
EXERT es el estudio más largo y extenso hasta la fecha en examinar el impacto del ejercicio físico en el deterioro cognitivo leve, y los investigadores dicen que el mayor “volumen” de ejercicios puede haber generado más beneficios para el cerebro, independientemente de la intensidad. Es más, hubo un aspecto de socialización tanto en el grupo de ejercicios intensos como en el grupo de ejercicios más moderados “que puede haber contribuido a esta protección”, explican los autores del estudio. Las investigaciones han demostrado que mantener las actividades sociales puede ser un beneficio para el cerebro y puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
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