Vida Sana
Tal vez siempre soñaste con pintar o aprender a tejer. Quizá te lamentas de no haber aprendido nunca un segundo idioma. La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para aprender, a pesar de lo que dice ese dicho anticuado sobre los perros viejos y los trucos nuevos.
Aprender una habilidad es más que entretenimiento. Es algo que promueve las conexiones y el surgimiento de nuevas ideas y mantiene el cerebro ágil. Las investigaciones demuestran que los estudiantes mayores pueden adquirir conocimientos nuevos con bastante facilidad si se encuentran en el entorno educativo apropiado y cuentan con apoyo. Un estudio del 2019 (en inglés) publicado en The Journals of Gerontology halló que los adultos de entre 58 y 86 años que tomaron clases 15 horas por semana para aprender habilidades diversas —como español, dibujo o fotografía— no solo adquirieron nuevos conocimientos, sino que, después de tan solo un mes y medio, también mejoraron su función cognitiva e igualaron el nivel de los adultos 30 años más jóvenes.
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Por lo que no debe atemorizarte la idea de probar a hacer cerámica, incluso si siempre has tenido más orientación hacia las matemáticas. O de expandir tu conocimiento del cosmos con una clase de astronomía en línea, aunque hayan pasado décadas desde tu última clase de ciencia. Puedes adquirir muchos conocimientos nuevos en forma gratuita o con muy bajo costo si aprovechas los recursos que ofrece tu comunidad.
¿Estás listo para alimentar a tu estudiante interno sin gastar un dineral? A continuación, te mostramos cómo hacerlo.
1. Inscríbete en un programa de aprendizaje de por vida
Muchas universidades e instituciones de enseñanza superior ofrecen cursos y talleres gratuitos (que no otorgan créditos académicos) como parte de sus programas de aprendizaje de por vida para estudiantes de 50 años o más. En algunos de ellos, los adultos mayores incluso tienen acceso gratuito o a bajo costo a clases que otorgan créditos académicos, lo que te permite procurar un título, si lo deseas. La Beca Donovan de la Universidad de Kentucky, por ejemplo, cubre la matrícula regular y los cargos del curso para los residentes de Kentucky de 65 años o más.
Jeffrey Jones, un maestro de recursos de Matemáticas y Tecnología jubilado, de 73 años y residente en Lexington, Kentucky, utilizó el beneficio de la Beca Donovan para estudiar su primer amor: teoría y composición musical. Jones ha completado varias composiciones para orquesta de cámara, una de las cuales fue interpretada profesionalmente. “Comencé a tomar estas clases porque quería aprender a escribir música. Quería entrenar el oído, y eso iba a ser suficiente para mí”, dice Jones. “No tenía idea de que podía haber un canal para que otros escucharan mi obra”.