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10 maneras de hacer que los nietos se interesen en la jardinería

Dejar a un lado la perfección y apelar a sus sentidos te ayudará a estrechar lazos con tus nietos a través de las plantas y flores.


spinner image Abuela y nieto regando las plantas del jardín
Getty Images

Mark Dwyer ha sido jardinero toda su vida, pero últimamente tiene un ayudante: su nieto de 2 años, Miles.

"Está empezando a interesarse por la actividad", dice Dwyer, de 53 años, que vive en Janesville, Wisconsin, y es el encargado del jardín de 3 acres del Edgerton Hospital Healing Garden. Hasta ahora, Miles se encarga de unas cuantas plantas de interior (entre ellas una echeveria a la que ha apodado Tarimba) y de un contenedor para plantas de bajo crecimiento en el jardín de Dwyer.

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Dwyer es partidario de animar a los adultos a impulsar a los niños de todas las edades a la jardinería. Se aprende de los éxitos y los fracasos y se crea un vínculo con los abuelos, dice Dwyer, antiguo director de horticultura del Rotary Botanical Gardens de Janesville.  

"Nunca rem no cree jardineros para toda la vida, eso de verdad establece ese vínculo para toda la vida". 

Si estás listo para compartir tu propio interés por la jardinería o simplemente quieres divertirte haciendo horticultura con los niños de tu vida, aquí tienes algunas formas de motivarlos a pasar más tiempo en el jardín.

1. Abandona las expectativas y ensúciate las manos

Olvídate de las normas y del objetivo de la perfección, dice Jason Skipton, director ejecutivo de Growing Gardens, una organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo comunitario y la sostenibilidad en Portland, Oregón, que ayuda a propietarios de viviendas y escuelas a crear huertos. Deja que los niños escarben en la tierra, recojan flores, busquen lombrices o hagan lo que sea que los haga feliz de estar al aire libre, dicen él y otros . Deja que elijan las plantas en el vivero, aunque no estés seguro de que sea una buena elección. La jardinería es cuestión de experiencia y experimentación. 

"El jardín no debe ser un lugar como cualquier otro de nuestro mundo", dice Skipton. "Vas a la escuela, te formas en una fila, te sientas en tu pupitre; el jardín debería ser lo contrario de eso".

spinner image Verduras recién cosechadas
GETTY IMAGES

2. Define "jardinería" como quieras

Puedes iniciar a los niños en la horticultura a través de un huerto, un parterre de plantas perennes, un rincón de mariposas, una maceta de cactus, una planta de interior infalible (por ejemplo, un filodendro), una enredadera o incluso una excursión al jardín botánico local.

La jardinera y escritora Sharon Lovejoy, de San Luis Obispo, California, sugiere empezar por la cocina. Lovejoy, de 78 años, abuela de cinco nietos y autora de varios libros, entre ellos Roots, Shoots, Buckets & Boots y Camp Granny, dice que puedes probar su "huerto basura", en el que se cultivan hortalizas como hojas de zanahoria y batatas. Para cultivar un tallo de zanahoria, basta con cortar la parte superior de la zanahoria, dejando unos dos centímetros de zanahoria por debajo de donde emergen las hojas, y colocarla en un platillo con agua sin sumergir la parte superior. Brotarán raíces por debajo y follaje por encima. Para cultivar una batata, clávala con tres o cuatro palillos y suspéndela en un tarro o un jarrón estrecho. Llena con agua hasta aproximadamente un tercio o la mitad de la batata. Colócala en una ventana soleada y en pocos días empezarán a brotar raíces y, con el tiempo, una hermosa enredadera.

"Es jardinería de interiores y son cosas que podrían tirarse a la basura, pero que siguen teniendo fuerza vital", dice Lovejoy. "Y es muy importante que los niños aprendan a conocer esa fuerza vital. No van a cortar un árbol o herir algo si se dan cuenta de que tiene fuerza vital".

3. Apelar a los sentidos de los niños y a su corta capacidad de atención

Enfócate en el sabor, el color, el olor... y el crecimiento rápido, dicen los expertos. Considera: capuchinas y caléndulas vistosas (y comestibles); girasoles de altura espectacular; rábanos y col rizada de maduración rápida; refrigerios como guisantes, tomates cherry y fresas; hierbas aromáticas; y productos de larga temporada como los arándanos azules. Y no olvides el sentido del tacto. "¿Qué se siente al tocar la oreja de cordero?",  dice Kathy Barry, educadora juvenil de Growing Gardens, al hablar de la Stachys byzantina, una planta perenne de hojas aterciopeladas.

Además, no tengas miedo de introducir a los niños a los sabores extremos, como el ácido del ruibarbo, dice Skipton. Piensa en ello como los dulces Sour Patch Kids. Además, a Skipton le gusta la sorpresa de un contenedor de papas. "Es casi como una búsqueda del tesoro en la que no sabes realmente cuántas vas a cosechar", dice. 

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4. Haz que la recompensa sea apta para los niños

Lovejoy sugiere un huerto de pizza: un huerto organizado en porciones triangulares como una pizza, con tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, hierbas aromáticas y ajo. Añade algunas caléndulas comestibles como ingredientes divertidos. "Lo realmente maravilloso es que pueden cultivar esas cosas en una maceta, en un medio barril grande", dice Lovejoy.

O, si tienes espacio, planta una parcela de 10 por 10 de girasoles gigantes y campanillas para crear un espacio donde jugar al escondite, tomar el té o simplemente pasar el rato. 

¿Plantar en interiores? ¡Amplía los límites! Lovejoy aún recuerda el boniato de su abuela, que se enroscaba 30 pies alrededor de la casa.

5. Sé consciente de la seguridad en el jardín

Elige plantas adecuadas para los niños, dice Barry. Por ejemplo, las bayas de saúco no son seguras para comer crudas, a pesar de lo divertido que resulta recolectarlas, dice.

Ten en cuenta los productos químicos que utilizas y la manera en que los niños pueden entrar en contacto con ellos. Dejar demasiada fruta en el suelo puede atraer avispas y abejas. Y ten en cuenta la seguridad de los elementos del jardín. "Si tienes una fuente de agua, un estanque o lo que sea, ¿qué aspecto tiene para los niños pequeños? ¿Cómo garantizas la seguridad?", comenta.

spinner image Un niño y una niña plantando semillas
Getty Images

6. Empieza con herramientas pequeñas y luego sube de categoría

Hay muchas opciones de herramientas y guantes para manos pequeñas, pero los niños acabarán queriendo los de verdad, dice Barry. 

"Puedo dar las herramientas pequeñas a un grupo de alumnos, pero te garantizo que van a querer acercarse y usar la carretilla, o la pala más grande, porque están imitando tu comportamiento. Así que, definitivamente, [tenemos] herramientas para los más pequeños que son de su tamaño y más fáciles de navegar, pero también les damos oportunidades para mostrarles lo que hace esta herramienta más grande, y cómo usarla con seguridad". 

7. Piensa en la educación, no en la confrontación

En lugar de advertirles, deja que los niños experimenten, por ejemplo, intentando llevar una regadera llena, sugiere Skipton.

"Podemos tener una conversación sobre el volumen, la capacidad y la física, y hacer que sea una oportunidad más orgánica para probar y equivocarse, en lugar de decir: 'Ves, te dije que era demasiado pesado'", dice. Si a tu nieto le gusta mucho la horticultura, busca otros mentores a través de los programas educativos de los centros de naturaleza y jardines botánicos locales o de un programa 4-H de tu zona.

8. Usa tus palabras con sabiduría

"No digas: 'vamos a salir a trabajar en el jardín'", dice Lovejoy. "Vas a salir a jugar al jardín. O, vamos a salir; vamos a ver qué pasa en el jardín y a tocar u oler esa planta y a probar esa flor comestible".   También puedes fijarte un objetivo, como cultivar algo juntos para una receta familiar favorita o donar productos a un banco de alimentos.

9. No te frustres con los adolescentes por perder el interés

Dwyer admite que no tiene una solución fácil para mantener a los adolescentes ocupados en el huerto, pero no hay que desesperarse: todo es cuestión de pensar a largo plazo, dice.

"Nuestras dos hijas perdieron el interés a los 13 años. No es que dijeran: 'Lo odio, no quiero hacerlo'. Simplemente se distrajeron con todo lo demás de la vida. Y lo interesante ahora es que ambas volvieron a la jardinería. Creo que la respuesta es establecer la conexión a temprana edad y darles la libertad de que participen a medida que determinen".

10. Aprovecha este momento intergeneracional

La jardinería puede ayudar a abuelos y nietos a compartir el legado y el orgullo familiares, así como a disipar estereotipos y animar a los nietos a conocer mejor a las generaciones mayores. También hace que todos salgan al aire libre y se alejen de las pantallas, dice Matt Kaplan, profesor de Programas Intergeneracionales y Envejecimiento en el Departamento de Economía Agrícola, Sociología y Educación de la Universidad Estatal de Pensilvania. "Despierta la curiosidad y entra en el modo de descubrimiento de los niños", dice. "Aprende de ellos; aprende sobre sus vidas. Los jóvenes lo entienden muy bien. Y se acoplan cuando tienen la oportunidad de conocer a sus abuelos como personas geniales, no solo como personas mayores". 

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