Vida Sana
Mark S. King ha pasado la mayoría de sus años contando su vida con el VIH. Al residente de Atlanta se le diagnosticó el virus de inmunodeficiencia humana a los 24 años, durante el pico de la epidemia de sida en 1985. Ahora a los 62 años, ha vivido más tiempo con el VIH que sin él.
Según la Kaiser Family Foundation (en inglés), los primeros casos de lo que se llamaría SIDA se reportaron en Estados Unidos en junio de 1981. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi 1.2 millones de personas en Estados Unidos vivían con el VIH a fines del 2019.
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“Soy un ser de 62 años que está atravesando los riegos de la vejez, que está enamorado y tiene una historia personal que es la trayectoria del VIH”, dijo King.
Los amigos le dijeron que no se hiciera la prueba de detección porque no había ningún medicamento para tratar el VIH y las repercusiones parecían graves: pérdida de empleo, del apoyo familiar y de la vivienda. Lo metieron a escondidas en el consultorio de un médico después de horas para que pudiera hacerse la prueba, “porque no quería que esa prueba apareciera en sus registros médicos. Temíamos perder el seguro solo por hacernos la prueba”.
Vio los resultados de la prueba como algo que le podía decir si estaría vivo en un par de años.
“[Él] me había dicho que “sabía que iba a ser VIH positivo incluso antes de hacerse la prueba”, dijo Charles Green, amigo de King de largo tiempo.
En vez de interiorizarlo, según Green dijo que lo hacían la mayoría de los hombres homosexuales en ese momento, King se puso manos a la obra.
“Empezamos organizaciones”, dijo King. “Empezamos grupos de apoyo. Les dijimos [a los Institutos Nacionales de la Salud] que se pusieran a trabajar y comenzaran a llevar a cabo ensayos clínicos de medicamentos porque no teníamos cuatro años para esperar mientras algo pasaba por un proceso”.
King finalmente escribió sus experiencias. “Yo hablaba sobre los últimos avances como una persona que vivía con el VIH. A medida que pasaron esos años, comencé a escribir columnas sobre cómo vivir con el VIH. Me di cuenta de que estaba aquí para hacer una crónica en tiempo real de lo que estaba sucediendo”.
Dijo que no hizo planes, no creó una cuenta de jubilación ni pensó en su carrera. No fue hasta 1996, dijo, que llegó un medicamento eficaz y ya no había expectativas de muerte. Podría haber dejado de narrar su viaje sobre el VIH, pero decidió continuar.