Vida Sana
En la excelente película del 2007 The Savages, Laura Linney interpreta a Wendy Savage, una mujer de mediana edad, soltera y luchadora que, junto con su hermano (Philip Seymour Hoffman), inesperadamente se ve obligada a desempeñar el papel de cuidadora familiar de su padre con demencia. En un principio, Wendy es ineficaz y un poco desordenada. Hasta ese momento, su trabajo y sus relaciones interpersonales se habían perjudicado por sus inseguridades e indecisión. Ahora se siente superada por sus responsabilidades para con su padre. Pero en esta historia inspiradora acerca de la transformación personal a través de la superación de la adversidad, descubre sus propias capacidades como organizadora y defensora y, a través del cuidado, gana una confianza interna que se traslada a todas las demás facetas de su vida.
¿Es verosímil este cuento de hadas de Hollywood? Para las personas sumisas, las inseguras y las que titubean, la perspectiva de interactuar con los médicos, administrar medicamentos y calmar a un ser querido confundido y agitado es intimidante. Tienen dudas sobre sus conocimientos médicos, su fuerza física y su fortaleza emocional. Esa falta de confianza las pone nerviosas y crea sus propios efectos negativos. Sus seres queridos reaccionan a ese nerviosismo y se vuelven ansiosos, lo que hace aún más difícil ayudarlos. Otros miembros de la familia también perciben la aprensión de estos cuidadores y comienzan a dudar de ellos, lo que hace que se sientan aún menos seguros de sí mismos.
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Pero en la vida real, muchas personas crecen de alguna manera con el papel de cuidador. Aprenden a hacer cosas que nunca soñaron que fueran capaces de hacer. Superan crisis tras crisis y lentamente ganan confianza en su propia determinación y competencia. Aprenden a hablar de manera directa y autoritaria con los médicos, auxiliares de salud en el hogar y representantes de compañías de seguros, y se enfrentan a los miembros de la familia que creen que lo saben todo. Se vuelven personas más fuertes, más duras y mejores cuando terminan los cuidados.
¿Cómo pueden los cuidadores familiares lograr tal transformación personal y un final feliz como en las películas? Aquí presentamos algunas ideas:
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