Vida Sana
Hace cuatro años, la Dra. Rebecca Chopp, ahora de 72 años, de Broomfield, Colorado, llevaba una vida plena como esposa, madre, ministra, teóloga y pastora en la Universidad de Denver. En un chequeo anual de rutina, ella mencionó pequeños cambios a su médico: siempre había tenido malos hábitos de sueño, pero ahora dormía muchas horas; su agenda social para la universidad era rigurosa, pero últimamente había comenzado a sentirse menos emocionada de estar en grandes multitudes; y recientemente se había perdido de camino a una cita. Chopp lo había atribuido al estrés y a su ajetreada vida, pero todo cambió cuando su médico le recomendó un examen de deterioro cognitivo, lo que condujo a un diagnóstico de Alzheimer.
Al principio, la noticia se sintió como una sentencia de muerte, dejando a Chopp y a su esposo, Fred Thibodeau, de 76 años, tambaleándose. Había casos de demencia en la familia de Chopp. Creciendo en una granja en Kansas, recordaba vívidamente tanto a su abuela como a su madre al final de sus vidas luchando con los devastadores efectos del Alzheimer. El neurólogo con el que se reunió la pareja le dijo a Chopp que no sería capaz de alimentarse o vestirse sola en tres años.
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"Llegamos a casa después de ese diagnóstico, y Fred y yo lloramos y lloramos. Siempre he hecho las cosas por mí misma y la idea de perder mi independencia era aterradora”, escribe Chopp en su libro Still Me – Accepting Alzheimer's Without Losing Yourself. Es un libro de memorias, combinado con investigación, ciencia y un modelo sobre cómo vivir con esta enfermedad, mientras se intenta evitar que progrese. Su mensaje principal: "Todos nosotros necesitamos negarnos a rendirnos hasta el final".
Chopp se metió de lleno en el diagnóstico del Alzheimer con el rigor de una académica. Hay nueva evidencia, incluido un informe en la revista Alzheimer's Research & Therapy, que muestra que los cambios intensivos en el estilo de vida, incluidos la dieta, el ejercicio y la reducción del estrés, pueden reducir los síntomas del deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer temprana. Chopp estaba decidida a que el libro le permitiera a los pacientes y cuidadores encontrar esperanza, vivir con alegría y luchar contra esta enfermedad crónica, a pesar de saber que eventualmente perderán todo.
Vive una larga y mejor vida
Cuando Chopp y Thibodeau buscaron una segunda opinión, escucharon las mismas frías declaraciones de lo que Chopp "no" podría hacer. Pero fue el tercer neurólogo, con el trato adecuado y una buena dosis de empatía, quien les ayudó a ambos a mantener la puerta abierta para la esperanza. El médico aconsejó a la pareja, "vivir con alegría", y los puso en camino para aprender todo lo que pudieran sobre cómo ayudar a frenar el avance de esta insidiosa enfermedad, que afecta a más de 6.7 millones de personas en Estados Unidos y a un estimado de 11 millones de cuidadores no remunerados.
"Cuanto más aprendía sobre la enfermedad de Alzheimer, más descubría que podía experimentar alegría y luchar duro para mantenerme bien", escribe Chopp. Desde ese momento, ella estaba decidida a hacer todo lo posible para "seguir siendo yo". "El conocimiento es poder, y esta enfermedad, cuando se diagnostica temprano, puede desarrollarse lentamente".
Casi todos los investigadores, neurólogos y neuropsicólogos le dijeron a Chopp que si pudiera reducir el estrés en su vida, probablemente viviría mejor y más tiempo. Ann-Charlotte Granholm-Bentley, de 65 años, profesora en el Departamento de Neurocirugía de la Universidad de Colorado y exdirectora del Knoebel Institute for Healthy Aging de la Universidad de Denver, fue una de las primeras personas que buscó Chopp.
"No entres en pánico", aconseja Granholm-Bentley. "Mide lo que quieres en tu vida, vive con esa información por un tiempo y no sientas que tienes que tomar decisiones de inmediato". Ella también enfatiza la importancia de tener un buen médico. "Si no estás contento con la forma en que tu neurólogo te habla, busca uno que trate mejor a sus pacientes".
Haz cambios en tu estilo de vida
"Cuando alguien recibe un diagnóstico de Alzheimer, recomiendo que escriban una lista de las cosas que creen que pueden cambiar y las cosas que no pueden o no están dispuestos a cambiar", aconseja Granholm-Bentley. "Estos serán cambios que afectarán su situación laboral, dieta y red social. Hay mucho que puedes hacer".
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