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Lo que debes saber sobre el cuidado de heridas y la piel de los ancianos

Tratamientos para cortes y quemaduras que los cuidadores pueden proporcionar en casa


spinner image Un enfermero coloca un vendaje sobre el brazo de un hombre blanco.
Science Photo Library/Getty Images

Si cuidas de un adulto mayor, probablemente hayas notado una diferencia entre su piel y la tuya: la suya es más fina, más suelta y más delicada.

"La piel de las personas mayores es más propensa a cortaduras, desgarros y moretones debido a que es más delgada y tiene menos colágeno y elasticidad”, dice la Dra. Shoshana Marmon, profesora adjunta en el Departamento de Dermatología del New York Medical College en Valhalla, Nueva York. "A medida que envejecemos, los vasos sanguíneos se vuelven más frágiles y los moretones se forman más fácilmente. Además, las heridas tardan más en sanar debido a la renovación celular más lenta y al suministro de sangre reducido".

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Cómo cuidar las cortaduras

Aunque te puedas sentir indeciso sobre cómo tratar heridas en la delicada piel de los ancianos, el tratamiento para cortes menores es prácticamente el mismo que sería para tu propia piel o la piel de tu hijo, dicen los dermatólogos.

Cortes profundos, laceraciones largas y heridas que no dejan de sangrar necesitan atención médica. Llama a tu médico o acude a la sala de emergencias si te preocupa.

Para lesiones menores y superficiales, comienza con estos conceptos básicos de primeros auxilios.

Limpia la lesión suavemente con agua y un jabón suave. Si la herida está en un lugar que es difícil de mantener bajo el grifo o quieres ser extracuidadoso, prueba un limpiador de heridas, como una solución salina suave en un atomizador. Puedes encontrarlos sin receta en las farmacias.

Detén cualquier sangrado. Usa una gasa o pañuelo y aplica presión suave para detener el sangrado. Si tu ser querido está tomando anticoagulantes, podría tardar un poco más en parar. Si no puedes detener el sangrado, llama a tu médico o ve directamente a un centro de atención urgente o a una sala de emergencias.

Reemplaza la barrera cutánea. "Ponte un buen emoliente espeso, algo grasoso", dice el Dr. Danilo del Campo, un dermatólogo que ve pacientes en la Chicago Skin Clinic. En la mayoría de los casos, dice, una pomada antibiótica no es necesaria. Lo que necesitas es una gota de un ungüento espeso, como vaselina, para crear una barrera protectora sobre la herida.

Vendaje. Aquí es donde podrías hacer las cosas un poco diferente para un adulto mayor de lo que harías para ti mismo, dice del Campo, "En los adultos mayores, opto por [una cobertura para heridas] que tenga un poco más de presión que solo una curita suelta. En casa... solo pon un pedacito extra de tejido, servilleta limpia o gasa médica debajo de la curita". Este relleno adicional hará que la venda se ajuste más apretada y mantendrá un poco de presión sobre la lesión.

Cómo manejar las rasgaduras de piel

La piel más vieja es más propensa a rasgarse. La piel se separa y puede abrirse en una línea recta, muy parecido a los desgarres en las telas o el papel.

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Limpia. Como con cualquier corte, primero límpialo suavemente bajo agua corriente. Luego, junta nuevamente la piel con cuidado.

Ayuda a la curación. Marmon recomienda usar un hidrogel para rasgaduras de piel. Estos están disponibles sin receta en las farmacias. Mantienen las heridas hidratadas, aceleran la curación y ayudan con el dolor.

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Protege. No pongas una curita sobre la piel desgarrada. Después de aplicar un hidrogel, cubre la rasgadura con un vendaje no absorbente y que no se pegue, como una gasa, y asegúralo con cinta de primeros auxilios.

Las quemaduras

La piel de tu ser querido puede volverse menos sensible al tacto, presión, vibración, calor y frío. Tocar una superficie caliente puede que no desencadene una reacción a tiempo para evitar una lesión.

Mientras la quemadura no cubra un área grande, puedes tratar la mayoría de las quemaduras de primer grado por tu cuenta en casa.

¿Cómo puedes identificar que se trata de una quemadura de primer grado? El área está roja y se vuelve blanca cuando la presionas, como una quemadura de sol leve. Las quemaduras de primer grado son secas y no tienen ampollas.

Las quemaduras de segundo grado tienen ampollas, pero si la quemadura es muy pequeña y las ampollas permanecen intactas, lo que protege contra la infección, también está bien tratarlas en casa.

Las quemaduras de tercer grado son una emergencia médica. Si la piel está blanca o quemada, ve a la sala de emergencias lo más pronto posible.

Deberías buscar atención médica si notas que:

  • La quemadura cubre un área mayor a tres pulgadas de ancho
  • Las ampollas están rotas
  • La herida está húmeda o supurando
  • La piel es blanca o negra, en lugar de roja
  • Tu ser querido informa que siente entumecimiento en lugar de dolor

Primeros auxilios para quemaduras menores

Para quemaduras de primer grado y pequeñas quemaduras de segundo grado, sigue estos pasos.

Tranquilízate. Corre el agua fría (no helada) sobre la quemadura o sumérgela en un baño frío durante cinco minutos.

Aplica una capa protectora. Una vez que hayas secado suavemente la piel, hay muchas lociones refrescantes y calmantes para quemaduras que puedes aplicar. Está bien usarlos, pero al igual que con un corte, la clave aquí es una capa protectora similar a la gelatina. "Cuanto más gruesa, mejor", dice del Campo.

La vaselina es otra opción, pero si tu ser querido no tiene alergias a las abejas o a la miel, del Campo recomienda miel de grado médico, que puedes encontrar en las farmacias.

"No es el tipo de miel corriente que encuentras en el supermercado", explica. "El grado médico se somete a radiación gamma para matar cualquier espora o cosa anormal". Estimula la curación. Tiene muchas enzimas antibacterianas y estimula el crecimiento de la piel.

Cubre. Al igual que con las raspaduras en la piel, no quieres poner una curita adhesiva sobre una quemadura. Después de aplicar miel o ungüento a la quemadura, cúbrela con un vendaje que no absorba ni se pegue, como una gasa, y asegúralo con cinta de primeros auxilios.

Conoce las señales de infección

Para cortes, rasgaduras y quemaduras, cambia el vendaje todos los días para mantenerlo limpio. Vigila la herida para asegurarte de que está mejorando, no empeorando.

"Las señales de que [deberías buscar] atención médica incluyen dolor persistente o empeoramiento, enrojecimiento, hinchazón, pus o un olor fétido; sangrado excesivo que no se detiene. Las heridas grandes o profundas, las quemaduras con ampollas, o los moretones que se expanden también son preocupantes", dice Marmon.

También deberías hablar con tu médico si la curación es inusualmente lenta o si desarrollas fiebre.

 

Deepak Patel, M.D., FAAFP, FACSM, CIC, es un médico de medicina familiar del Rush Copley Medical Group en Aurora y Yorkville Ill., y profesor asistente en Rush University Medical College.

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