Vida Sana
| Puede comenzar con una sofocante sensación de miedo que crece cada vez más. Quizás hiperventiles y sientas que tu corazón va a estallar. Podrías comenzar a sentir una sensación de irrealidad y desastre inminente
Así es como algunas personas describen los síntomas de un ataque de pánico.
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El Instituto Nacional de Salud Mental estima que alrededor del 5% de los adultos (en inglés) en Estados Unidos experimentan un trastorno de pánico al menos una vez en su vida.
Este trastorno a veces incluye ataques de pánico: oleadas de ansiedad que empiezan abruptamente, a menudo sin aviso. Y aunque duran poco tiempo —usualmente alcanzan su punto máximo en 10 minutos y desaparecen en media hora—, tienen un efecto muy fuerte.
Los síntomas incluyen palpitaciones, sudor, temblores, dificultad para respirar, dolor en el pecho, sensación de ahogo, náuseas, mareos, entumecimiento o escalofríos y oleadas de frío o calor.
En casos extremos, quienes sufren estos ataques pueden reportar una experiencia extracorporal o una sensación intensa e inexplicable de temor. Algunos se dirigen rápidamente a la sala de emergencias, convencidos de que están sufriendo un ataque al corazón, se están volviendo locos o se están muriendo.
"La descripción más elocuente que he escuchado fue de un paciente", dice el Dr. Philip Muskin, profesor de Psiquiatría en el Irving Medical Center de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. "'Imagina que estás sentado solo en tu casa. Está anocheciendo y la habitación empieza a oscurecer. De pronto, sientes que una mano se desliza por tu garganta. Eso es un ataque de pánico'".
Qué desencadena un ataque
Uno de los aspectos más aterradores de estos episodios es la imprevisibilidad. Pueden ocurrir en cualquier lugar, a cualquier hora, e incluso pueden despertarte de un sueño profundo. Puedes sentirlos cuando estás perfectamente tranquilo o cuando tienes mucho estrés —por ejemplo, cuando sientes la presión de cuidar de uno de tus padres o tienes demasiado trabajo en la oficina—. Un cambio, quizás una mudanza grande, también puede causar una reacción muy ansiosa de lucha o huida.
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