Vida Sana
| Todo comenzó con un dolor persistente en la mandíbula. Eileen R., una redactora de solicitudes de subsidios que vive en Dallas, había ido a varios dentistas, quienes sugirieron que el dolor se debía a un diente malo o, tal vez, a un trastorno de la articulación temporomandibular. Pero ninguno pudo ubicar con exactitud lo que le causaba molestias. Cuando ella mencionó las migrañas que también tenía, un dentista la envió a consultar a un reumatólogo.
Infecciones de las vías urinarias
Pasaron unos cuantos años de consultas con varios especialistas, y Eileen eventualmente encontró a Scott Zashin, un reumatólogo de Dallas. Él la diagnosticó con fibromialgia, una enfermedad en la cual el cerebro se vuelve demasiado sensible a las señales del dolor en todo el cuerpo, a menudo acompañado por un agotamiento constante. “No te causa la muerte; solo hace que estés incómodo; más que incomodidad, puede ser un dolor fuertísimo”, dice Eileen, de 72 años, quien ahora está jubilada. Lo siente en las caderas, el cuello y los dedos de las manos. “Te quita la energía”, agrega. “No puedes hacer nada. Es un agotamiento muy profundo”.
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Culebrilla (herpes zóster)
Las enfermedades que siempre se ven en las noticias (y para las cuales los famosos recaudan fondos) son las del corazón, el cáncer, el VIH y otras enfermedades potencialmente mortales. Pero hay millones de personas en Estados Unidos como Eileen, que padecen problemas de salud, tanto agudos como graves, que no conllevan riesgo de muerte —solo arruinan la vida—. Aquí resumimos algunos de los peores y revelamos los nuevos tratamientos que de verdad marcan una diferencia.
Hiperplasia prostática benigna
Mujeres, bienvenidas a la versión 2.0 de las infecciones de las vías urinarias. Se parecen mucho a las fastidiosas infecciones de tu juventud, agravadas por la falta de estrógeno. Eso hace que la vagina se vuelva menos ácida, lo que permite que aparezcan más bacterias que causan infecciones, explica Mary Jane Minkin, ginecóloga y profesora de medicina en la Facultad de Medicina de Yale. Al mismo tiempo, las mucosas de la vejiga y de la vagina se vuelven más finas, lo que facilita el proceso para las infames bacterias que están listas para invadir, dice.
Gota
Lo que hace que te retuerzas de dolor cuando tienes una infección de las vías urinarias es que sientes con frecuencia ganas de orinar junto con dolor o ardor al orinar.
Fibromialgia
Contraataca con estrógeno
Si después de la menopausia te dan infecciones de las vías urinarias una y otra vez, es probable que necesites un tratamiento para devolver el estrógeno a la vagina; esto lleva a que se desarrollen más bacterias buenas ahí y mejora la salud de los tejidos de la vejiga. Muchos medicamentos de estrógeno ayudan con la resequedad vaginal: píldoras, óvulos vaginales, una crema o un anillo. Imvexxy es un nuevo óvulo vaginal sin aplicador que te colocas en la vagina; se disuelve y libera estradiol, un estrógeno. La dosis de cuatro microgramos contiene menos estrógeno que otros tratamientos disponibles en el mercado. Pero no permitas que te asuste el estrógeno en los productos para la vagina; poco de la hormona de estos medicamentos se absorbe en el torrente sanguíneo, según Minkin.
Este sarpullido doloroso y con ampollas aparece en un lado del cuerpo (por lo general en una sola hilera) o en la cara. La culebrilla aparece cuando se reactiva el virus de la varicela-zóster, que permanece latente en el cuerpo después de haber tenido varicela, según el internista William Schaffner, profesor de medicina preventiva en Vanderbilt University Medical Center en Nashville, Tennessee. Una de cada tres personas tendrá la culebrilla en algún momento.
Hasta una brisa que toque la zona afectada puede causar un dolor insoportable. Aunque las ampollas y las costras por lo general duran entre dos y cuatro semanas, el dolor puede persistir por semanas o meses después. “El virus avanza por todas las fibras nerviosas y las deteriora y las destroza”, dice Schaffner. Esas fibras nerviosas dañadas entonces emiten señales del dolor.
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