Vida Sana
| Aunque estés evitando contraer COVID-19 con el distanciamiento social y el uso de una mascarilla, la pandemia puede estar afectando tu salud de otras maneras. Por ejemplo, muchos no están participando en su clase habitual de yoga o acondicionamiento físico. Para otros, el miedo a enfermarse, la ausencia de sus familiares y amigos, y los cambios imprevistos en su estilo de vida están produciendo un gran aumento del nivel de estrés.
Cuando se trata de tu salud, nada de esto es insignificante. “El estrés se expresa en todos los órganos del cuerpo, y en general de una manera desfavorable”, señala el dermatólogo David J. Leffell, jefe de Cirugía Dermatológica y Oncología Cutánea en la Facultad de Medicina de Yale.
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Al igual que nuestros primeros antepasados, los seres humanos estamos programados para entrar en acción cuando enfrentamos una amenaza (imagina un tigre que gruñe), y nuestro cuerpo ha evolucionado para liberar una serie de hormonas que nos ayudan a enfrentarlo o a escapar: la respuesta de lucha o huida. “La adrenalina, el cortisol y la norepinefrina activan el organismo para que actúe frente a una amenaza real o percibida”, explica Melanie Greenberg, psicóloga clínica en Mill Valley, California, y autora del libro The Stress-Proof Brain: Master Your Emotional Response to Stress Using Mindfulness and Neuroplasticity.
El problema ocurre cuando el estado de activación es continuo. Un alto nivel de hormonas liberadas por el estrés puede producir una gran cantidad de problemas de salud, como dolores de cabeza, ataques cardíacos, aumento de peso, trastornos digestivos, erupciones cutáneas, molestias y dolores generalizados e incluso envejecimiento prematuro. El estrés también puede acortar los telómeros, las tapas en los extremos de las cadenas de ADN que protegen a los cromosomas para que no se dañen, señala Greenberg. “Con el tiempo, se pueden deshilachar, casi como los cordones de los zapatos, y el estrés puede acelerar ese desgaste”, explica.
Aquí es donde tal vez ahora veas los efectos relacionados con la COVID-19 que deben preocuparte:
El corazón y la circulación
La alta presión arterial es la preocupación inminente de los cardiólogos que observan los efectos del estrés en los pacientes. A su vez, la hipertensión hace que los vasos sanguíneos se vuelvan más rígidos y más propensos a la inflamación.
Además, “si el alto nivel de estrés es constante, se desactiva el proceso normal de restablecimiento de los vasos sanguíneos debido a que el cuerpo tiene que responder a la amenaza”, explica Tomas H. Ayala, cardiólogo de Mercy Medical Center, en Baltimore. “No tiene tiempo para reponerse”.
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