Vida Sana
| Es la temporada de salir al sol: toma una toalla playera, ponte protector solar y ordena una buena bebida con una sombrillita. Pero antes de entrar al agua —ya sea en una piscina, un lago o el océano—, ponte gafas para nadar.
¿No tienes un par? Entonces, deberías mantener los ojos cerrados cuando nades bajo el agua.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Exponer los ojos a la suciedad que puede haber debajo del agua aumenta el riesgo de una variedad de problemas de salud. Algunos son relativamente benignos: por ejemplo, si mantienes los ojos abiertos en la piscina durante demasiado tiempo, pueden enrojecerse e irritarse. Pero también hay efectos más graves, como un mayor riesgo de infecciones transmitidas por el agua, en especial si usas lentes de contacto bajo el agua (¡no lo hagas!) o si has recibido tratamiento por cataratas.
1. Los lagos, ríos y océanos conllevan riesgos de infecciones
“Si nadas en agua que no está tratada con cloro, como un río o un lago, tienes un mayor riesgo de contraer una infección ocular”, dice Robert C. Layman, optometrista de Ohio y presidente de la American Optometric Association.
Signos de una infección ocular
¿Te preocupan los ojos en el agua? Estos son los síntomas típicos de una infección ocular:
- Enrojecimiento
- Dolor
- Descarga amarillenta o con aspecto mucoso
- Problemas de visión
- Sensibilidad a la luz
- Hinchazón
- Lagrimeo excesivo
- Sensación de que hay algo en el ojo
Fuente: Cleveland Clinic
Las bacterias pueden infectar un ojo irritado, lo que lleva a “una infección grave que pone en peligro la vista, comúnmente llamada úlcera corneal”, agrega. Se trata de una llaga abierta en la córnea que puede causar dolor intenso y producir ceguera si no se trata.
Un parásito en particular —llamado Acanthamoeba, que se encuentra en lagos, ríos, pantanos y océanos, pero también puede estar en piscinas y jacuzzis— puede causar estragos en los ojos y un tipo raro pero devastador de infección llamada queratitis por Acanthamoeba, explica Layman.
Es clave detectarla temprano, ya que se puede tratar con medicamentos recetados. Sin embargo, los casos más graves pueden requerir un trasplante de córnea; incluso puede causar ceguera o requerir la extirpación quirúrgica del ojo, agrega Layman. Las personas que usan lentes de contacto son las que tienen mayor riesgo de contraer este tipo de infección.
2. Las piscinas también tienen peligros ocultos
Sin embargo, las piscinas —incluso las que están desinfectadas de manera adecuada— también pueden presentar riesgos para los ojos abiertos. Las sustancias químicas mismas —cloro, bromo— pueden causar irritación y enrojecimiento, además de que no eliminan todos los contaminantes.
También te puede interesar
Gérmenes en la piscina: guía básica para nadadores
El cloro mata casi todos los patógenos, pero los bañistas deben protegerse de las bacterias que acechan bajo la superficie.
5 cosas que debes saber antes de ir a la piscina este verano
Consejos de expertos sobre la seguridad en las piscinas a medida que la pandemia de coronavirus se disipa.
Los 10 principales problemas de la vista relacionados con la edad
La detección temprana puede hacer que sigas viendo con claridad.