Vida Sana
| Las vacunas contra la COVID-19 se han considerado milagrosas, pero para algunas personas que tienen enfermedades que debilitan el sistema inmunitario, las vacunas pueden no ser una salvación. Esto se debe a que las vacunas tal vez no les proporcionen suficientes anticuerpos para combatir el nuevo coronavirus.
Un sistema inmunitario saludable a menudo se compara con un poderoso ejército que ataca infecciones y otras enfermedades. Sin embargo, en el país hay al menos diez millones de personas que tienen sistemas inmunitarios comprometidos, muchas debido a una enfermedad que las obliga a tomar medicamentos antiinflamatorios o fármacos similares. Este grupo incluye pacientes de trasplantes de órganos a quienes se les recetan diversos medicamentos para prevenir el rechazo de los nuevos órganos, pacientes que padecen cáncer y personas con lupus, esclerosis múltiple, artritis reumatoide y VIH o sida.
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Para ellos, esa vulnerabilidad podría quebrantar la promesa de que las vacunas que ahora se aplican a millones de personas en todo el país producirán inmunidad y liberación de la COVID-19 para todos.
En general, los médicos que tratan a pacientes con estas enfermedades les recomiendan que se vacunen contra la COVID-19 porque tener cierta protección es mejor que no tener ninguna. Sin embargo, los expertos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sugieren que las personas que padecen estas enfermedades consulten con su proveedor de atención médica antes de vacunarse.
Los CDC también recomiendan que, incluso después de vacunarse, las personas que tienen un sistema inmunitario comprometido deberían considerar seguir tomando precauciones contra la COVID-19, como usar mascarilla y mantenerse a seis pies de distancia de las personas con quienes no conviven. Los médicos también recomiendan que quienes padecen estas enfermedades les pidan a sus familiares y amigos que se vacunen.
1. Trasplantes
En el 2020 se efectuaron 39,000 trasplantes de órganos, y los trasplantes de riñón encabezan la lista.
Por lo general, las personas que reciben órganos toman medicamentos que evitan que el sistema inmunitario entre en guerra contra el órgano donado. “Si el sistema inmunitario es demasiado activo, ataca al nuevo órgano”, advierte Peter Chin-Hong, profesor de Medicina en UC San Francisco y director del Programa de Enfermedades Infecciosas en Huéspedes Inmunodeficientes de la universidad.
Esos mismos fármacos parecen debilitar los anticuerpos que produce la vacuna. De hecho, un estudio de mayo del 2021 (en inglés) de 658 receptores de trasplante reveló que el 46% no tenían anticuerpos después de recibir dos dosis de la vacuna contra la COVID-19.
El estudio, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University en Baltimore, ha sido objeto de gran atención por parte de los receptores de trasplantes, según los expertos. Señalaron que estos resultados no los sorprendieron.
Es por eso que, con frecuencia, los médicos que efectúan trasplantes intentan planificar con anticipación y vacunar a los pacientes antes de la operación, advirtió el Dr. Joseph G. Timpone, jefe de sección de servicios de trasplante e inmunodeficiencia en el MedStar Georgetown University Hospital en Washington D.C.
Los receptores de órganos deberían vacunarse, al igual que los miembros de su hogar y los cuidadores, según una carta del 2 de junio de 24 grupos que representan a los profesionales de la medicina del trasplante.
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