Vida Sana
| Millones de personas que recibieron un diagnóstico de COVID-19 en el último año han informado de síntomas nuevos o persistentes —y, en algunos casos, poco comunes— mucho tiempo después del contagio inicial. De hecho, este fenómeno ha sido tan frecuente que se han establecido clínicas en todo el país para estudiarlo y ayudar a quienes lo padecen a recuperarse.
A continuación te decimos lo que se sabe hasta la fecha acerca de la "COVID-19 prolongada" y lo que todavía esperamos aprender.
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Puede ocurrir incluso en casos leves de COVID-19
Cuando los docentes de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de George Washington (GW) University lanzaron su clínica de recuperación de COVID-19 a fines del verano pasado, lo hicieron teniendo en cuenta a los pacientes hospitalizados, sabiendo que el camino a la recuperación probablemente sería más largo para quienes padecieron casos graves. Sin embargo, los fundadores de la clínica no previeron que las personas con casos leves o moderados de la enfermedad tuvieran posteriormente problemas "igual de profundos", afirma Monica Lypson, profesora de Medicina en GW y codirectora de su clínica de recuperación de COVID-19.
Síntomas comunes de la COVID-19 prolongada
- Cansancio o fatiga
- Dificultad para pensar o concentrarse (también conocida como "neblina mental")
- Dolor de cabeza
- Pérdida del olfato o del gusto
- Mareos al ponerse de pie
- Latidos rápidos o fuertes del corazón
- Dolor de pecho
- Dificultad para respirar o falta de aire
- Tos
- Dolor muscular o en las articulaciones
- Depresión o ansiedad
- Fiebre
- Síntomas que empeoran luego de realizar actividades físicas o mentales
Fuente: CDC
"La mayoría de nuestros pacientes actuales nunca ingresaron al hospital", dice Lypson.
La clínica de GW no es la única que registra este fenómeno. Jennifer Possick, directora médica del programa de recuperación posterior a la COVID-19 de Yale University, observa una tendencia similar. Y Greg Vanichkachorn, especialista de Mayo Clinic, se suma a estas observaciones.
"Si bien algunos de nuestros pacientes tuvieron casos graves de la enfermedad o incluso estuvieron internados [en cuidados intensivos], de ninguna manera se puede decir que ellos constituyen una mayoría de nuestros casos", dice Vanichkachorn, un especialista en medicina ocupacional que dirige el programa de rehabilitación de actividades de Mayo Clinic.
Varias investigaciones avalan lo que han observado los profesionales de la salud: que el virus puede seguir mostrando secuelas en personas que apenas habían sentido los efectos de la infección en su etapa inicial. Por ejemplo, según un informe publicado en julio del 2020 (en inglés) por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el 20% de las personas previamente sanas de entre 18 y 34 años que tuvieron COVID-19, pero no ingresaron al hospital, aún no habían vuelto a su estado normal de salud entre dos y tres semanas después de haber dado positivo en una prueba de detección de coronavirus.
Un grupo de investigadores suecos descubrió que el 26% de los profesionales de salud jóvenes que habían estado sanos antes de padecer casos leves de COVID-19 presentaron por lo menos un síntoma moderado o grave durante un mínimo de dos meses después de la infección, mientras que el 11% tuvieron al menos un síntoma que duró ocho meses. Asimismo, otra investigación (cuyos resultados están pendientes de publicación) reveló que el 27% de las personas con COVID-19 que nunca ingresaron al hospital informaron de síntomas persistentes después de 60 días.
La COVID-19 prolongada no es infrecuente
Es difícil precisar exactamente cuántas personas padecen síntomas nuevos o persistentes después de una infección de coronavirus, señala Mark Avdalovic, especialista en enfermedades pulmonares y cuidados críticos en University of California Davis Health. Pero se trata de un tema que los investigadores buscan entender más a fondo.
Uno de los primeros estudios publicados sobre la COVID-19 prolongada reveló que más del 87% de 143 pacientes hospitalizados con COVID-19 informaron de al menos un síntoma persistente luego de su diagnóstico inicial. Sin embargo, otros informes indican que la proporción de pacientes afectados es probablemente mucho más pequeña. Según una encuesta realizada en el Reino Unido, el 13.7% de más de 20,000 participantes que habían dado positivo en una prueba de COVID-19 siguieron presentando síntomas durante al menos 12 semanas después de haberse contagiado. Otros expertos estiman que aproximadamente el 10% de las personas que tuvieron COVID-19 padecen síntomas persistentes.
Según Possick, desde que se lanzó el programa de recuperación pos-COVID-19 el verano pasado, ella y sus colegas han visto "mucho tráfico": casi 500 pacientes hasta la fecha. Pero "esa cifra sigue siendo muy pequeña" si se tiene en cuenta que más de 32 millones de personas en Estados Unidos han dado positivo en pruebas de COVID-19 y que muchas de ellas podrían estar lidiando con síntomas persistentes.
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