Vida Sana
Ahora, que varias posibles vacunas contra el coronavirus están pasando a la tercera y última fase de los ensayos clínicos, los investigadores están intensificando sus esfuerzos para asegurar que los adultos mayores estén bien representados entre las decenas de miles de voluntarios que se preparan para probar las diversas vacunas. Pero aumentar la participación de la población que envejece puede ser un desafío para estos estudios.
Históricamente, la participación de los adultos mayores en los ensayos clínicos, en general, no ha llenado las expectativas en cuanto a lo que los expertos consideran ideal. Y a pesar de los recientes esfuerzos por mejorar la representación, "sigue siendo un problema constante", dice Lindsay Clarke, vicepresidenta de Educación de Salud y Activismo de la organización sin fines de lucro Alliance for Aging Research, sobre todo, al tener en cuenta que los adultos mayores toman más medicamentos recetados que los más jóvenes y tienen más probabilidades de padecer una enfermedad o dolencia que podría beneficiarse de terapias de vanguardia.
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A veces son las barreras personales las que impiden que los adultos mayores participen: una discapacidad o la falta de transporte pueden dificultar que un individuo asista al lugar del ensayo. En otras ocasiones, el diseño del estudio en sí mismo obstaculiza a los adultos mayores debido a las restricciones de edad, las enfermedades subyacentes o el uso de ciertos medicamentos. En cualquier caso, una representación inadecuada en las investigaciones médicas puede tener graves consecuencias.
"Cuando no tenemos los datos de los ensayos clínicos o no estamos involucrando a las poblaciones relevantes, entonces los médicos terminan teniendo que adivinar cuál es la dosis correcta para su paciente, cuáles pueden ser los posibles efectos secundarios y cuáles pueden ser las posibles interacciones con otros medicamentos que puedan estar tomando", dice Clarke.
Si bien es evidente que se necesitan adultos mayores en los ensayos clínicos, también es importante que las personas comprendan los riesgos y beneficios de participar. Si estás pensando en participar en un ensayo clínico, aquí tienes algunas ventajas y desventajas a considerar.
Ventaja: podrías ser uno de los primeros en recibir un nuevo medicamento o terapia.
Para muchas enfermedades, ya sea la COVID-19 o la enfermedad de Alzheimer, los investigadores continúan buscando terapias que puedan ayudar a prevenir una enfermedad o disminuir su gravedad. Y los participantes en los ensayos clínicos "pueden tener acceso a una nueva ciencia realmente emocionante a la que otros aún no tienen acceso", dice Clarke.
Tu participación en un ensayo también permite a los investigadores estudiar cómo funcionarán estos medicamentos, dispositivos o procedimientos de vanguardia para diferentes edades, etnias y antecedentes.
"Si un medicamento solo ha sido probado en personas más jóvenes, entonces, ¿cómo se sabe que también funcionará bien [en un adulto mayor]?", dice el Dr. Raymond Yung, profesor de Medicina Geriátrica de University of Michigan y director adjunto de investigación en el Ann Arbor Geriatric Research Education and Clinical Center del Departamento de Asuntos de Veteranos.
Por ejemplo, las vacunas: el Dr. Eric Topol, experto en ensayos clínicos y fundador del Scripps Research Translational Institute, dice que "hay una diferencia muy marcada en la respuesta del sistema inmunitario a medida que envejecemos". Por lo tanto, la prueba de las vacunas en los adultos mayores es clave para comprender la eficacia del medicamento una vez que esté disponible para el público.
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