Vida Sana
Casi 6 millones de personas en Estados Unidos viven con la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, un número que se espera aumente rápidamente en los próximos 30 años a medida que la población de adultos mayores de 65 años crece. Pero la investigación presentada el primer día de la Conferencia Internacional 2019 de la Alzheimer's Association (en inglés) sugiere que llevar un estilo de vida saludable —comer bien, hacer ejercicio, no fumar y participar en actividades cognitivamente estimulantes— puede reducir significativamente este riesgo, incluso entre personas con una predisposición genética a la enfermedad.
Los resultados de estos estudios confirman los anteriores, sobre todo los de un estudio del 2017 de la revista médica Lancet que encontró que aproximadamente un tercio de todos los factores de riesgo de demencia, como la obesidad, la presión arterial alta y la depresión, pueden modificarse.
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"Pero lo que es alentador sobre ellos es que los datos son tan sólidos" y provienen de "estudios longitudinales con muestras de gran tamaño", dice el Dr. Gary Small, profesor de Parlow-Solomon y especialista en envejecimiento en la David Geffen School of Medicine de la UCLA. “Esta investigación también nos empodera, porque muestra que realmente podemos hacer una diferencia positiva con el estilo de vida. No se trata solo de nuestros genes heredados, sino que también tiene que ver con las decisiones que tomamos todos los días, como comer o no otra porción de verduras o guardar espacio para un pedazo grande de pastel de manzana".
El primer estudio analizó cinco factores de un estilo de vida saludable —una dieta nutritiva, hacer ejercicio por lo menos 150 minutos a la semana, no fumar, limitar el consumo de alcohol y participar en actividades cognitivamente estimulantes (como leer periódicos, jugar a las cartas o visitar bibliotecas y museos)— y examinó cómo estos reducen el riesgo del mal de Alzheimer. Las personas que se adhirieron a por lo menos cuatro de estos hábitos saludables tuvieron una disminución del 60% en el riesgo, e incluso aquellos que siguieron dos o tres hábitos tuvieron una disminución del 37% en el riesgo en comparación con quienes siguieron solo uno o no adoptaron ninguno. "Si bien esperábamos encontrar un efecto protector de las conductas relacionadas con el estilo de vida, me sorprendió su magnitud", dice el Dr. Klodian Dhana, autor del estudio y profesor adjunto en el Departamento de Medicina Interna del Rush University Medical Center en Chicago.
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