Vida Sana
Antes de ingresar en un hospital para someterte a una operación o a otro procedimiento, probablemente pienses en lo que debes hacer (o no hacer) y lo que debes llevar (o no llevar) para optimizar tu comodidad, tu seguridad y los resultados del tratamiento. Todo eso está muy bien, pero surge otra consideración que tal vez se te escape: tomar precauciones para evitar el delirio durante tu estadía, es decir, el cambio repentino de razonamiento, de estado de ánimo o de conducta.
Es cierto que el delirio puede aparecer a cualquier edad, pero es más común entre los adultos mayores. Según un informe recién publicado del Global Council on Brain Health (GCBH, (Consejo mundial sobre la salud cerebral) (en inglés), en Estados Unidos, el delirio afecta hasta al 50% de las personas mayores de 65 años después de una hospitalización.
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Por suerte, el trastorno se puede prevenir hasta en un 40% de los casos. Sin embargo, “actualmente, cuando los pacientes mayores se someten a una operación, no les informamos que el delirio o el deterioro cognitivo posoperatorio es una posible complicación”, señala el Dr. Roderic Eckenhoff, profesor de la cátedra Austin Lamont en Anestesiología y subdirector de Investigación y Desarrollo del Profesorado de la Facultad de Medicina de University of Pennsylvania. Hay un movimiento para hacer que esta notificación sea obligatoria y a recomendar que los pacientes tomen medidas simples para disminuir el riesgo de padecer delirio y proteger la salud cerebral durante mucho tiempo.
Prepárate para la operación como si te estuvieras entrenando para un evento deportivo por medio del desarrollo de la resistencia y de la fortaleza física y mental.
Mientras tanto, esto es lo que deberías hacer.
Antes de ir al hospital
Los proveedores de atención médica recomiendan cada vez más la prehabilitación para todas las hospitalizaciones planificadas, que es básicamente como la rehabilitación, pero en este caso se realiza antes de un procedimiento quirúrgico y no después. La idea es prepararte para la operación como si te estuvieras entrenando para un evento deportivo por medio del desarrollo de la resistencia y la fortaleza física y mental. “Existe un vínculo entre la salud física y la salud cognitiva: si mejora la actividad cardiovascular, puede mejorar la salud cognitiva”, indica Eckenhoff.
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