Vida Sana
Quemadores de grasa
Hay muchos alimentos que ciertamente ayudan a adelgazar o a mantener la figura porque aportan pocas calorías y nos hacen sentir satisfechos por más tiempo. Pero entre ellos hay algunos que no deben faltar en la dieta, ya que favorecen más que otros la reducción de grasa. Estos son algunos de los que aconseja disfrutar la nutricionista y dietista Roció García.
Ajíes picantes
El chile en todas sus variedades: jalapeño, habanero, chipotle y la cayena, comparten una sustancia en común, la capsaicina. Este componente es el que les da su característico sabor picante y hace que, al consumir cualquiera de ellos, aumente la temperatura corporal y se acelere el metabolismo, lo cual ayuda a quemar calorías con mayor rapidez.
Aguacate o palta
Por suerte son cada vez menos las personas que lo eliminan de su dieta por temor a su contenido de grasa relativamente alto. La grasa que contiene el aguacate es mono insaturada, es decir, saludable, y es utilizada por el organismo para producir energía. Además, contiene manoheptulosa, un azúcar que inhibe la secreción de insulina, la hormona en parte responsable de la acumulación de grasa.
Huevos
El huevo es otro alimento que tiene mala reputación, en su caso por el supuesto riesgo de aumentar el colesterol. Sin embargo, el huevo es una excelente fuente de proteínas, ayuda a ganar masa muscular y es rico en vitamina B12, esencial para descomponer las grasas. La clave está en comerlo con moderación.
Frijoles
Los frijoles, incluyendo las lentejas, son otra abundante fuente de proteína y también de fibra, por lo que no solo hacen que nos sintamos llenos con solo comer una pequeña porción, sino que además su alto aporte de hierro contribuye a que el metabolismo trabaje de manera eficiente. Eso sí, evita añadirles tocino u otro tipo de grasa cuando los cocine.
Cereales integrales
El trigo, el arroz integral y la avena son poderosos aliados en la guerra contra el sobrepeso y la acumulación de grasa. Aunque son carbohidratos, aportan fibra y, según explica García, nuestro organismo hace el doble de esfuerzo para digerir los alimentos enteros. En el proceso, quema muchas más calorías que durante la digestión de alimentos refinados.