Vida Sana
Para mí, manejar las actividades cotidianas es una gran labor debido a mis enfermedades crónicas.
Todos los días siento fatiga y dolores abrumadores. Algunos días, lucho contra infecciones bacterianas o un malestar estomacal debido a mis enfermedades: la inmunodeficiencia común variable (CVID), la enfermedad de Crohn (enlaces en inglés) y la artritis.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Cada 21 días, recibo infusiones de plasma para reponer mis anticuerpos. Tomo abundantes cantidades de antibióticos, analgésicos y pastillas para calmar el tracto digestivo.
Es extremadamente difícil explicar cómo es mi vida a familiares y amigos. A veces, debo hacer menos un día porque sé que el día siguiente estaré más ocupada y tendré más actividades por hacer.
En esas ocasiones, uso la teoría de las cucharas.
Una noche en el 2003, cuando Christine Miserandino era estudiante universitaria, estaba con su compañera de cuarto en una cena cuando tomó su medicamento para el lupus. Como yo, Miserandino es una de cada seis personas en Estados Unidos (en inglés) que viven con una enfermedad crónica.
La excompañera de habitación y mejor amiga de Miserandino preguntó cómo era vivir con lupus.
Puedes suscribirte aquí a AARP Experience Counts, un boletín electrónico gratuito que se publica dos veces al mes. Si tienes algún comentario o sugerencia para un artículo, comunícate con nosotros aquí (enlaces en inglés).
“Ella me acompañó a los médicos, me vio caminar con un bastón y vomitar en el baño”, escribió Miserandino en su blog, “But You Don’t Look Sick” (en inglés). “Ella me había visto llorar del dolor; ¿qué más debía saber?”
Miserandino hizo todo lo posible para explicarle a su amiga lo frustrante y agotador que era tratar de mantenerse al día con sus compañeros mientras luchaba con su enfermedad.
Fue entonces cuando se le ocurrió la teoría de las cucharas (en inglés).
Agarrando cucharas de mesas cercanas, Miserandino explicó que cada cuchara representa una cantidad de energía para cada tarea diaria. Cada cuchara ayuda a una persona a presupuestar la cantidad de energía que puede gastar en un día. Estos son algunos ejemplos de mi hoja de gastos:
Ducharme = 1 cuchara
Secarme el cabello = 1 cuchara
Ponerme maquillaje = 1 cuchara
También te puede interesar
Estilos de vida que fomentan la longevidad
Estas actividades podrían aumentar tu esperanza de vida. ¿Estás dispuesto a probarlas?
9 enfermedades que imitan la depresión
Los síntomas comunes pueden hacer que las personas parezcan deprimidas.
Nuevos beneficios de Medicare para personas con enfermedades crónicas
Lo que debes considerar si tienes diabetes o enfermedades crónicas del corazón, de los riñones o de otro tipo.