Vida Sana
Yo amo a los animales y le doy mucha importancia al bienestar del planeta. A lo largo de mi vida he intentado convertirme en vegetariana varias veces; pero, por lo pronto, no es para mí. Creo en una nutrición balanceada que no excluya ningún grupo alimenticio.
Sin embargo, eso no significa que tenemos que consumir proteína animal a diario. Por eso me encanta la propuesta de Meatless Monday (Lunes Sin Carne) (en inglés), una iniciativa global que propone reducir en un 15% el consumo de carne con el fin de mejorar nuestra salud y proteger el planeta.
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¿Qué impacto tiene este estilo de vida en la salud de un adulto mayor?
Un estudio del 2018, que evaluó a 2,917 adultos, concluyó que quienes consumen altos niveles de proteína tienen 30% menos probabilidades de padecer de problemas físicos y discapacidad, durante el envejecimiento, en comparación con quienes consumen poca proteína.
La cantidad exacta de proteína a consumir depende de la edad y el peso. Sin embargo, como promedio serían unos 90 gramos al día, repartidos entre las tres comidas.
Pero esto no significa que no podamos participar del Lunes sin Carne. Podemos cumplir con los requerimientos diarios proteicos a través del consumo de proteína vegetal.
La doctora Diane Pérez, columnista de AARP en español, enfatiza que uno de los principales beneficios del Lunes Sin Carne es limitar el consumo de grasa animal.
“Aumenta los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL), también conocidas como colesterol malo. No consumir este tipo de grasa contribuye a reducir el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular”.
Opciones de proteína vegetal
La Dra. Pérez sugiere combinar los alimentos para sacar provecho de los nutrientes.
“Es importante que cuentes con una proteína de buena calidad con todos los aminoácidos esenciales y que sea tan completa como la proteína presente en la carne. Por ejemplo, combinar las legumbres como frijoles, habas o lentejas con cereales, es decir arroz, maíz o avena, entre otros. Una calidad proteica adecuada podría ser un plato de arroz con frijoles, tan común en la dieta latina”, explica.
El dilema de reducir los carbohidratos
A mí me encanta un buen plato de arroz con frijoles, pero es una combinación alta en carbohidratos. Un truco que utilizo es mezclar los frijoles o lentejas con una buena porción de col rizada o espinacas, que también aportan proteína.
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