Vida Sana
Evita un infarto
Desde la antigüedad, el ajo ha sido considerado un aliado de la salud cardiaca. Eso es porque la alicina, el compuesto que le da ese sabor único a este vegetal, puede reducir la probabilidad de sufrir un ataque cardiaco. Para disfrutar de este beneficio debes ingerir el ajo crudo y picado en vez de suplementos, polvos o cápsulas de ajo.
Protege tus arterias
Varios estudios médicos revelan que el consumir ajo crudo puede ayudar a disminuir los efectos de la aterosclerosis, o sea el endurecimiento de las arterias. Esto es debido a que el ajo puede hacer que las arterias se estrechen y se mantengan flexibles, proceso que se va perdiendo con el envejecimiento.
Combate la hipertensión
El poder curativo del ajo no se limita al corazón y las arterias, este alimento milagroso también es eficaz en tratar la hipertensión. Estudios revelan que el ajo puede ayudar a bajar la presión sanguínea hasta en un 8%, logrando así evitar un infarto o derrame cerebral.
Reduce el colesterol
Aunque no ayuda a reducir el colesterol ‘malo’, estudios revelan que el ajo crudo es muy poderoso cuando se trata de bajar el colesterol total. También reduce los niveles de triglicéridos en la sangre, según estudios realizados por el Institute of Toxicology de Shandong University en China.
Evita coágulos de sangre
¿Deseas evitar coágulos de sangre? Asegúrate de incluir bastante ajo crudo en tu dieta. Según estudios, el ajo ayuda a evitar que las plaquetas se peguen, fortalece los vasos sanguíneos y promueve la buena circulación. Esto se debe a que el ajo es rico en alicina (un compuesto liberado cuando el ajo se corta) y vitamina B.
Previene el cáncer
Según el Instituto Nacional del Cáncer el aumentar el consumo de ajo podría prevenir cáncer de colon, estómago, páncreas, esófago, próstata y mama. Algunos estudios revelan que los riesgo de padecer cáncer de la próstata y cáncer pancreático, en particular, se puede reducir hasta por un 50% al aumentar el consumo de ajo.