Vida Sana
El problema
¿Cómo rompes un mal hábito monetario que persiste? Gail O’Donnell, de 54 años, representante de cuentas de una agencia de seguros, y su esposo Danny, de 60 años, supervisor de capacitación, residentes de Nueva Jersey, han tenido deudas de tarjetas de crédito por más de la mitad de sus 27 años de matrimonio. Han refinanciado su hipoteca dos veces, sacando efectivo de la transacción para pagar sus tarjetas. Y volvieron a cargar esas tarjetas dos veces. El problema tenía agravantes: Gail a menudo sentía que no tenía la ayuda de Danny. “Él es el derrochador, y yo soy la tacaña”, me escribió. Ahora, sin embargo, él estaba dispuesto a trabajar en el problema, y ella estaba ansiosa por abordarlo.
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El consejo
En el 2022, los saldos de las tarjetas de crédito aumentaron a $986,000 millones, un récord. Alrededor de $70,000 de esa deuda era de los O’Donnell. Gail y Danny necesitaban una estrategia de recuperación para liberar dinero y pagar deudas. Pero su desafío también era emocional. Para escapar de su ciclo de deuda, los O’Donnell tuvieron que entender por qué se comportaban de esa manera con el dinero. Mi plan para ellos:
Paso 1: Lo más urgente primero
Algo a favor de los O’Donnell es que ambos tenían buenos ingresos. Pero esto no se reflejaba en los ahorros: no tenían un fondo de emergencias ni hacían aportaciones a cuentas de jubilación. No tenían idea a dónde iba a parar su dinero. Cuando les pedí que comenzaran a hacer un seguimiento de sus gastos, la comida surgió como uno de los principales culpables. Habían gastado $1,600 en comida tan solo en el mes anterior; más de $50 al día. “Hablamos de la cena a las 5 p.m., cuando ambos nos estamos muriendo de hambre, luego vamos al [supermercado] o salimos”, dijo Gail. También les gustaba gastar en sus dos hijos, ambos en sus 20 años. (Eso es típico; una nueva encuesta de Bankrate encontró que el 68% de los padres de hijos adultos hicieron sacrificios financieros en nombre de sus hijos). Les presenté a Gail y Danny consejos sobre la planificación de comidas: compra una vez a la semana, adquiere productos no perecederos con descuento y usa las sobras de esta noche como el almuerzo de mañana. También los inicié en un plan de repago de deudas, haciendo que pagaran primero las tarjetas de crédito con el interés más alto y sugiriéndoles que buscaran una tarjeta con una oferta de transferencia de saldo del 0%.