Vida Sana
La mayoría de nosotras tenemos un bolso bueno para todo que llevamos a todas partes y que casi nunca limpiamos. Algunas veces no es lo suficientemente grande (o no es del tamaño o la forma correctos) para todo y añadimos un bolso más para cargar a diario. Cargamos demasiado y nos colgamos un bolso que no les hace ningún favor a los hombros, la espalda ni la postura, sin mencionar el estilo. Así es como debes comenzar de nuevo:
1. Pesa tu bolso actual con todo su contenido
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Párate en la báscula con él y luego sin él. ¿No te habías dado cuenta de que estabas cargando el peso de una bola de boliche? Carga dos bolsos a la vez (como hacemos muchas de nosotras) y el problema es doble. Esto no es un entrenamiento, es un peligro para la salud que puede dañar la postura y la simetría corporales, y causar dolor de cuello, espalda y hombros, incluso dolores de cabeza. Intentemos encontrar un nuevo “bolso ideal” que funcione para nuestras necesidades y nuestro cuerpo.
2. Saca todo
Pon todo el contenido del bolso sobre la cama. ¿Te acuerdas de cuando todo lo que cargabas eran las llaves, el celular, la billetera un par de gafas sexys de sol, un pañuelo, mentas y un lápiz labial? Bien, todavía no eres Mary Poppins. Regresa al plan original y añade unas pocas cositas: una base compacta con SPF 30, un desinfectante miniatura para manos, un pastillero para viajes, un portahilo dental desechable y un cargador portátil. Esconde la sombrilla, la botella de agua, el juego de maquillaje de tamaño regular y el cepillo de pelo, la cinta métrica, el quita pelusa, los pañitos, el champú seco, la crema de manos, el desodorante, el par de zapatos de más, la bufanda, las curitas y la ropa deportiva en un bolso permanente en la parte trasera de tu vehículo o en tu escritorio.
3. Mantén las proporciones del bolso elegantes y chic
Este es el consejo de una editora de moda: entre más cerca del cuerpo quede el bolso y entre más alto quede en el cuerpo, menos volumen y amplitud le añade a la figura. Sin importar que tu nuevo bolso sea de hombro, de mano, satchel o de correa larga, asegúrate de que se pliegue bien bajo el brazo con una “caída” (la longitud de la correa desde la parte superior del hombro hasta la abertura del bolso) que no sea demasiado baja. El bolso debe quedar entre el abdomen y la cadera, no colgar a nivel de los muslos (incluso los bolsos cruzados, aunque uno que quede a través del abdomen puede camuflarlo y ser seguro).
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