Vida Sana
El reverendo Jesse Jackson estuvo presente durante la Marcha en Washington por los empleos y la libertad en 1963 cuando el reverendo Martin Luther King Jr. pronunció su discurso “I Have a Dream”. Si bien muchos se han centrado en la parte del “sueño” del discurso de King, las siguientes palabras probablemente resonaron con Jackson: “Nunca estaremos satisfechos mientras a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad con carteles que rezan: ‘Solamente para blancos’”.
Los días de segregación legal están “en el pasado”, dice Jackson, de 81 años, durante una entrevista con AARP aproximadamente dos semanas antes del 60.° aniversario de la Marcha en Washington. “Hemos logrado enormes avances que no retrocederán. Quiero seguir adelante”.
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Avanzar, para Jackson, significa en parte dejar el puesto de director de la Rainbow PUSH Coalition, una organización con sede en Chicago que fundó como resultado de la mentoría de King. En julio, la coalición dijo que Jackson no se estaba jubilando. En cambio, “evolucionará” a un estatus emérito al delegarle sus responsabilidades al reverendo Frederick Haynes III. La decisión de Jackson, dice la declaración, “es el resultado de su continuo trayecto con la enfermedad de Parkinson”.
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta el movimiento. Los síntomas incluyen arrastrar los pies al caminar, temblores en las manos, postura encorvada y deterioro cognitivo.
Es cierto que Jackson, quien en su época más joven medía 6 pies y 3 pulgadas de altura, no deja que la enfermedad lo detenga. Pero lo ha ralentizado.
A medida que se enciende la cámara de video en una habitación del Loretto Hospital en Chicago, donde Jackson se había unido a trabajadores en huelga en sus últimos esfuerzos por resolver una negociación de contratos, el reverendo se acerca a la pantalla en su silla de ruedas. Un asistente lo ha llevado a la habitación. Otra persona le ajusta el micrófono. Conocido por su estruendosa voz que ha electrificado a las multitudes, hoy habla con voz suave y a veces difícil de oír, pero deja algo claro: “Tengo la capacidad y la voluntad de luchar”.
“Estaré con él por un tiempo”, agrega Jackson sobre trabajar junto a Haynes.
“Su mente es tan ágil que no puedes jubilarte con una mente como esa”, dice Haynes.
Haynes, de 62 años, ha sido pastor principal de Friendship-West Baptist Church en Dallas durante 40 años. “Así que, teniendo eso en cuenta, continuamos beneficiándonos de su sabiduría, su brillantez y sus ideas proféticas”, agrega.
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