Vida Sana
| Los más de 15,000 hogares de ancianos del país han reportado sus índices más bajos de infecciones y muertes por COVID-19 desde que el Gobierno federal comenzó a exigir que presentaran estadísticas de COVID-19, revela un nuevo análisis de datos federales que llevó a cabo AARP.
Durante el período de cuatro semanas que finalizó el 21 de marzo, murieron cerca de 2,000 residentes —o casi 1 de cada 500— a causa de la COVID-19. Es, por mucho, el índice de mortalidad mensual más bajo que se ha registrado, según el análisis. La cifra representa menos de la mitad del anterior índice más bajo, que se registró en el otoño. También representa una disminución del 90% desde el pico de muertes del invierno entre mediados de diciembre y mediados de enero, durante el cual el virus se cobró la vida de más de 20,000 residentes, o casi 1 de cada 50.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Durante la pandemia han muerto por COVID-19 más de 182,000 residentes y miembros del personal de centros de cuidados a largo plazo, incluidos los que se residen en hogares de ancianos y centros de vida asistida. Esta cifra representa un tercio de todas las muertes por coronavirus en Estados Unidos. Más de 131,000 de las personas fallecidas eran residentes de hogares de ancianos, según el análisis de AARP.
Las recientes disminuciones parecen deberse a una combinación de los altos niveles de inmunidad colectiva natural entre las comunidades de hogares de ancianos debido a los brotes generalizados del último año, la aplicación de restricciones más estrictas por parte de estados y condados durante las oleadas invernales y la marcada aceptación de las vacunas contra la COVID-19 entre los residentes. Un programa federal —que incluye la participación de CVS, Walgreens y otras cadenas de farmacias para ofrecer la vacuna en más de 63,000 centros de cuidados a largo plazo en el país— ha completado más del 99% de las clínicas en los hogares de ancianos.
Las nuevas cifras representan un “progreso importante”, dice Megan O'Reilly, vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales, Salud Federal y Familia de AARP, después de un “año profundamente preocupante y devastador para los centros de cuidados a largo plazo”.
Sin embargo, las trágicas pérdidas que causó la pandemia entre los residentes y el personal de los centros de cuidados a largo plazo ponen de manifiesto la necesidad de continuar las tareas de apoyo y reforma de estos centros, agrega O'Reilly. “La pandemia ha demostrado que tenemos retos inherentes en nuestro sistema de cuidados a largo plazo —con la dotación de personal y el control de infecciones— y estos problemas necesitan soluciones más duraderas”, señala. “La tendencia es favorable, pero aún no estamos fuera de peligro”.
Disminuciones pronunciadas
Las infecciones por COVID-19 entre los residentes siguieron una tendencia similar a la disminución del índice de mortalidad, con un resultado positivo en la prueba de detección del virus en menos de 1 de cada 200 residentes, según el análisis. Esa cifra representa una disminución del 96% con respecto al índice máximo de infección entre mediados de noviembre y mediados de diciembre, cuando se infectaron más de 1 de cada 10 residentes. El índice más reciente de casos de residentes es cerca de una quinta parte del nivel del índice más bajo anterior, que se registró en junio del 2020.
También te puede interesar