Vida Sana
Cuando a Donna, la esposa de Jaime Tovalin, le diagnosticaron por primera vez enfermedad renal crónica, él recuerda haberle dicho: "Si tenemos que ir a la luna, iremos a la luna para solucionar esto".
La pareja no llegó tan lejos, pero para que Donna recibiera los mejores cuidados, se trasladaron a Texas, tras dejar la ciudad natal de Jaime en México, donde habían planeado formar una familia. En el 2004, ella se sometió a un trasplante, con un riñón donado por una hermana. Hoy el matrimonio vive en Cypress, Texas, y cada vez que los resultados de las pruebas de sangre de Donna, que ahora tiene 53 años, muestran que su riñón sigue funcionando, "lo seguimos celebrando", dice Jaime, de 60 años.
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La mayoría de los cuidadores de personas con enfermedad renal crónica no tendrán que trasladarse de un país a otro. Pero muchos se enfrentarán a caminos largos y difíciles, sobre todo si la enfermedad de sus seres queridos se convierte en insuficiencia renal.
Los cuidadores que no conocen la enfermedad renal pueden sentirse aliviados al saber que "la mayoría de las personas no progresan a etapas más avanzadas", que requieren trasplante o diálisis, afirma la Dra. Holly Kramer, nefróloga (especialista en riñones) y profesora de Ciencias de la Salud Pública y Medicina de la Universidad de Loyola Chicago, en Maywood (Illinois).
Pero dado que los riñones dañados pueden tener un gran impacto en la salud general y la calidad de vida de tu ser querido, proporcionarle la mejor atención posible puede suponer una gran diferencia, afirman ella y otros expertos.
Esto es lo que los cuidadores deben saber y lo que pueden hacer.
Informarse sobre la enfermedad renal crónica
La principal función de los riñones es filtrar el agua sobrante y los desechos de la sangre para producir orina. También equilibran los niveles sanguíneos de sales y minerales, como el calcio, el potasio y el fósforo, y producen hormonas que ayudan a controlar la presión arterial y a fabricar glóbulos rojos, según el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK).
Los riñones dañados pueden no funcionar tan bien como deberían. Cuando el daño dura tres meses o más, se habla de enfermedad renal crónica o ERC.
La Fundación Nacional del Riñón, un grupo de defensa sin fines de lucro, afirma que la mayoría de las personas con ERC no lo saben.
La enfermedad renal crónica puede tener muchas causas. Donna, por ejemplo, padece de enfermedad renal debido a un trastorno genético. También pueden provocarla infecciones graves, intoxicaciones y enfermedades autoinmunes como el lupus. Pero la mayoría de los casos de ERC en Estados Unidos están relacionados con la diabetes y la hipertensión.
"Alrededor del 40% de las personas con diabetes desarrollarán una enfermedad renal a lo largo de su vida", afirma Kramer. Los niveles elevados de azúcar en sangre pueden dañar directamente los riñones, dice.
El riesgo de padecer ERC también aumenta si se sufre de presión arterial alta (hipertensión), aunque existe cierto debate sobre si es una causa directa de la ERC o "más bien una consecuencia", afirma el Dr. Kirk Campbell, nefrólogo, presidente electo de la Fundación Nacional del Riñón y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinai (Nueva York).
Si tu ser querido padece de enfermedad renal crónica, es importante conocer la causa, dice Campbell, para que pueda recibir el tratamiento adecuado.
Comprender las pruebas, el diagnóstico y las etapas
La ERC se diagnostica y se controla mediante análisis sencillos de sangre y orina. El principal análisis de sangre, la tasa de filtración glomerular estimada (eGFR), muestra lo bien que los riñones limpian la sangre. El principal análisis de orina, el cociente albúmina-creatinina (uACR), muestra si se tiene una proteína llamada albúmina en la orina. En las personas sanas, la proteína está en la sangre, pero no en la orina.
En función de los resultados de esas pruebas, la ERC puede encontrarse en una etapa inicial (1 y 2), en una etapa de moderada a grave (3 y 4) o en la etapa de insuficiencia renal (5).
Por desgracia, muchas personas que llegan a la etapa 5 nunca han recibido un tratamiento adecuado antes de llegar a ese punto, afirma Campbell.
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