Vida Sana
| Si la crisis de los opioides ofreció un ejemplo excelente de cómo no tratar el dolor crónico, los avances en el campo de la neurociencia están ayudando a entender cómo encontrar soluciones de manera segura. A medida que las investigaciones se enfocan en usar estudios del cerebro —o programas de reconocimiento facial— para distinguir el aspecto de los dolores debilitantes, es cada vez más claro que la estrategia para tratar el dolor debe depender de cada caso individual y ser menos generalizada.
De acuerdo a docenas de entrevistas con especialistas en el dolor, sabemos que los mejores métodos actuales combinan una variedad de tratamientos como, por ejemplo, mezclas de varios tipos de medicamentos, ejercicio y terapia cognitiva. El objetivo de esta última opción es reconfigurar las señales de dolor que, de otro modo, estarían en alerta, lo que causaría un sufrimiento innecesario a todas horas. Para ayudar a encontrar las mejores soluciones para ti, las historias a continuación explican cómo remediar las migrañas, los dolores de espalda y el dolor que se presenta tras una cirugía, entre otros. Empezaremos por considerar cómo el entender más sobre lo que ocurre en el cerebro cuando sientes dolor te puede ayudar a controlarlo.
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