Vida Sana
| No prestarle atención al azúcar en la sangre puede llevar a mucho más que números altos en la báscula del baño. Hay una larga lista de complicaciones médicas causadas por los altos niveles de glucosa, entre ellas, daño a los nervios de las manos y los pies, daño a los riñones, enfermedades cardíacas y derrame cerebral. Y además están los ojos: las personas con diabetes (de tipo 1 o tipo 2) corren el riesgo de sufrir una enfermedad llamada retinopatía diabética, en la cual los niveles permanentemente elevados de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos de la retina, que es la capa delgada de tejido ubicada en la parte posterior del ojo.
La retinopatía diabética es engañosa. En sus etapas iniciales tal vez ni sepas que la tienes, pero a medida que empeora, la vista se ve afectada y puede fluctuar entre clara y borrosa. Puedes ver barras o puntos flotantes en tu campo visual, tener mala visión nocturna, ver áreas oscuras o ciegas o percibir los colores como si estuvieran desteñidos. Si no se controla, puede causar la pérdida de la vista. De hecho, la retinopatía diabética es la causa más frecuente de pérdida de la vista en las personas con diabetes, y la causa más común de nuevos casos de ceguera en los adultos de 20 a 74 años.
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Esta es una razón más para aprender todo lo que puedas sobre esta enfermedad alarmante, pero prevenible.
Cómo evoluciona la enfermedad
La etapa inicial de la enfermedad se llama retinopatía diabética no proliferativa (RDNP) y es su forma más frecuente. En la RDNP, hay vasos sanguíneos diminutos que filtran sangre u otros líquidos a la retina, lo que hace que esta se inflame y se produzcan cambios en la vista. La RDNP algunas veces puede desencadenar un trastorno conocido como edema macular, en el que la zona del centro de la retina (responsable de la visión frontal) comienza a inflamarse a causa de la acumulación de líquido y se engrosa. La vista puede ponerse más borrosa o desenfocada. Si no se trata, el edema macular crónico puede causar daños irreversibles.
A medida que la RDNP evoluciona, los vasos sanguíneos dañados se cierran y pierden la capacidad de canalizar la sangre a la retina, la cual deja de recibir el oxígeno que necesita para desempeñar su función.
Esto lleva a la etapa más avanzada —y peligrosa— de la enfermedad conocida como retinopatía diabética proliferativa (RDP), en la que comienzan a aparecer nuevos vasos sanguíneos en la parte interior de la retina pero no se desarrollan de forma adecuada. “Suelen ser muy frágiles y pueden estallar”, afirma el Dr. Rahul Khurana, profesor clínico asociado de oftalmología en University of California San Francisco Medical Center y vocero de la American Academy of Ophthalmology. “Si el ojo se llena de sangre, se puede perder la vista en un instante, puede ser algo muy abrupto.” (Imagínate que se echara un colorante para alimentos oscuro en un vaso transparente lleno de agua.)
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