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Cómo tomar el control de los sofocos

La soya, el ejercicio y un nuevo tipo de medicamentos pueden ayudar con este síntoma, a menudo prolongado, de la menopausia.


spinner image Pastillas para tratamiento hormonal para mujeres
MARSBARS/GETTY IMAGES

 

Si estás en la menopausia y recibes consejos de tu madre, de una amiga mayor o hasta de un médico que no está al día con los cambios en este campo, tal vez estés recibiendo información bastante anticuada. ¿Quieres una pista de que estás mal informada? Crees que los sofocos desaparecerán en uno o dos años, o que los tratamientos hormonales que se usan para ellos son muy peligrosos.

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Es cierto que los sofocos no son un problema duradero para todas y, sin duda, hay algunas mujeres a las que les conviene evitar las hormonas. Sin embargo, la investigación (en inglés) actual revela que este molesto síntoma perimenopáusico o menopáusico dura, en promedio, unos siete años, aunque puede durar más en algunas mujeres. Los estudios también sugieren que la terapia hormonal es relativamente segura y eficaz para casi todas las mujeres, especialmente para las mayores de 50 años, dice la Dra. Stephanie Faubion, directora médica de la North American Menopause Society.

"Muchos médicos no tienen la información actualizada y por eso están preocupados", dice, y añade que un estudio en particular, llamado 'Women's Health Initiative' (Iniciativa de salud de la mujer) influyó en la manera de pensar de una generación de médicos.

En el 2002, los investigadores interrumpieron una parte de ese estudio tras descubrir un pequeño aumento del riesgo de cáncer de mama y de enfermedades cardiovasculares entre las mujeres que recibían terapia hormonal. Como resultado, multitudes de mujeres menopáusicas dejaron de usar hormonas y muchos médicos se mostraron poco dispuestos a recetarlas. Sin embargo, en el 2007, análisis adicionales de los datos revelaron que algunos de los riesgos se habían exagerado y que la terapia hormonal podría ser beneficiosa para la salud de las mujeres mayores de 50 años.

Tanto si te interesa probar las hormonas como si no, el hecho es que los sofocos suelen ser duraderos, potencialmente debilitantes y no tienes que vivir con ellos necesariamente.

Qué hay detrás de un sofoco (o de años de ellos)

Los expertos todavía investigan las causas exactas de los sofocos, pero saben, a grandes rasgos, que se trata de la disminución de estrógenos y del impacto que eso tiene en el hipotálamo, que actúa como termostato interno. El hipotálamo controla tu "zona termoneutral", que es el rango de temperatura en el que no tiemblas ni sudas. Los expertos creen que la transición menopáusica eleva ligeramente la temperatura basal del cuerpo y reduce la zona termoneutral, de modo que es fácil pasar de estar cómoda a estar acalorada en un instante.

Durante un sofoco, la cara, el cuello y el pecho pueden sentirse calientes o enrojecer, quizá el corazón lata más rápido y, sí, vas a sudar, porque así es como el cuerpo se enfría.

Por muy desagradables que sean, también hay pruebas recientes de que los sofocos pueden ser una mala noticia para tu salud. Una investigación (en inglés) publicada en Journal of the American Heart Association a principios de este año reveló que las mujeres que los experimentaban con mayor frecuencia a los 40 o principios de los 50 años eran más propensas a sufrir un ataque al corazón, un derrame cerebral u otro evento cardiovascular grave en las dos décadas siguientes. Todavía no está claro si el tratamiento de los sofocos sería protector, dice Faubion.

Aun así, no cabe duda de que los sofocos son perturbadores e incómodos. Esto es lo que los expertos recomiendan como las actuales opciones para controlarlos.

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​​1. Cambios en el estilo de vida

"Lo primero y más importante es empezar con cambios en el estilo de vida y el comportamiento", dice la doctora Alyssa Dweck, profesora adjunta de Obstetricia y Ginecología del New York Medical College.

Con frecuencia, ella les aconseja a sus pacientes que prueben la dieta mediterránea, ya que existen datos de que las mujeres que siguen este plan de alimentación saludable tienen menos probabilidades de sufrir sofocos y sudores nocturnos (sofocos que se producen mientras duermes).

También hay razones para creer que comer más soya puede ser beneficioso. Un pequeño estudio reciente (en inglés), publicado en la revista Menopause, descubrió que las mujeres que comían una dieta vegana que incluía media taza de soya al día presentaban una reducción significativa de los sofocos. Algunas participantes llegaron a descubrir que el síntoma había desaparecido.

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Aunque no tengas planes de cambiar tu dieta, ten cuidado con los desencadenantes habituales de los sofocos, como la cafeína, el alcohol y los alimentos picantes, dice Dweck. Mientras tanto, procura hacer mucho ejercicio, practicar técnicas de reducción del estrés y proteger tu sueño; las investigaciones sugieren que estas medidas pueden reducir la intensidad y la frecuencia de los sofocos.

Para reducir las posibilidades de tener sudores nocturnos, mantén tu habitación "tan fría como lo puedas tolerar", dice la Dra. Mary Jane Minkin, profesora clínica de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción de la Facultad de Medicina de Yale.

2. Terapia hormonal

Es la regla de oro porque funciona. La North American Menopause Society dice que la terapia hormonal es el tratamiento más eficaz contra los sofocos y que la relación riesgo-beneficio es más favorable para las mujeres menores de 60 años o dentro de los 10 años siguientes al inicio de la menopausia.

Te sorprenderá saber que las hormonas están totalmente prohibidas para muy pocas mujeres, dice Minkin, aunque con frecuencia se aconseja que no las usen quienes han tenido un cáncer de mama de origen hormonal o un coágulo sanguíneo grave. Si no estás segura de ser una buena candidata, tu médico —que idealmente sería un profesional clínico certificado en menopausia— puede ayudarte a sopesar los pros y los contras.

Si decides usar hormonas, aléjate de la variedad bioidéntica compuesta, que se mezcla de forma personalizada para cada paciente en una farmacia para fórmulas magistrales. Estas fórmulas no están reguladas de la misma manera que los medicamentos recetados habituales, por lo que la calidad, la fiabilidad y hasta la dosis pueden estar mal, advierte Faubion.

La terapia hormonal aprobada por la FDA para los síntomas de la menopausia por lo general se presenta en forma de pastilla o de parche. Ambos son relativamente fiables, dice Minkin, aunque los parches suponen un riesgo ligeramente más bajo de formación de coágulos. (Si usas las pastillas, dice, el riesgo de tener un coágulo de sangre es aproximadamente de 2 entre 1,000).

Hace años se les aconsejaba a las mujeres que utilizaban la terapia hormonal que tomaran la dosis más pequeña durante el menor tiempo posible, pero esa ya no es la norma. "Lo que decimos ahora es 'toma la dosis adecuada durante el tiempo adecuado'", dice Faubion. Tu médico y tú pueden decidir cuándo es el momento de reducir la dosis.

Si estás en la perimenopausia, puedes optar por un método anticonceptivo de baja dosis, que también ayuda con los sofocos, dice Minkin. Otra ventaja es que los anticonceptivos orales igualarán los periodos menstruales irregulares o los eliminarán y te ayudarán a evitar un embarazo sorpresa.

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3. Medicamentos no hormonales

Además, hay varios medicamentos recetados no hormonales que pueden ayudar, al menos la mitad de las veces. (En cambio, la terapia hormonal ayuda a aliviar los sofocos entre el 90 y el 95% de las veces, según Faubion).

Oficialmente, la paroxetina (Brisdelle), un antidepresivo de la clase ISRS, es el único medicamento no hormonal aprobado por la FDA para los sofocos. Pero los médicos dicen que otros antidepresivos, como el citalopram (Celexa) y el escitalopram (Lexapro), pueden funcionar igual de bien.

El oxybutynin, un medicamento creado originalmente para la incontinencia, se utiliza a veces de forma no autorizada para aliviar los sofocos, al igual que la gabapentina, un medicamento anticonvulsivo.

4. Remedios a base de hierbas

¿Prefieres un método más natural? En primer lugar, ten en cuenta que lo natural no siempre equivale a lo más seguro, dice Minkin. Dicho esto, hay algunos remedios a base de hierbas que, según los médicos, pueden ser beneficiosos. Entre ellos se encuentra Remifemin, que contiene cimífuga y se fabrica y se utiliza a menudo en Alemania, donde los suplementos a base de hierbas están estrictamente regulados; y Relizen, que contiene un extracto de polen y que a menudo recomiendan los oncólogos en Francia, señala Minkin.

Otro suplemento de hierbas que vale la pena considerar es Equelle, dice Minkin. Se trata de un producto a base de soya, por lo que contiene estrógenos débiles de origen vegetal. Se introdujo originalmente en Japón antes de llegar a Estados Unidos.

Si te decides por la vía de las hierbas, es conveniente que consultes a tu médico para asegurarte de que un determinado suplemento no interferirá con otros suplementos o medicamentos que estés tomando. Pero en general, dice Minkin, las opciones mencionadas son relativamente seguras y bien toleradas. Al igual que con las opciones de medicamentos recetados para los sofocos, ella aconseja esperar tres meses para determinar si cierta terapia funciona para ti. 

En el horizonte: una nueva clase de medicamentos

Se está investigando un nuevo tipo de tratamiento no hormonal para los sofocos, los medicamentos KNDy (se pronuncia "candi"), que los expertos en menopausia consideran un posible cambio en las opciones de tratamiento. KNDy, que significa kisspeptina/neuroquinina B/dinorfina, es un grupo de neuronas del hipotálamo, la región del cerebro que controla la regulación de la temperatura. Las investigaciones sugieren que la disminución en los niveles de estrógeno durante la menopausia provoca una sobreestimulación del hipotálamo que, a su vez, provoca los sofocos.

Los medicamentos actúan impidiendo que las señales de KNDy lleguen al hipotálamo. "Bloquean un receptor y en 48 horas los sofocos disminuyen", dice Faubion. Lo más emocionante es que podrían estar listos para la aprobación de la FDA en menos de 2 años.

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