Vida Sana
Dos años atrás, el 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente la pandemia de COVID-19, y la vida tal como la conocíamos cambió en un instante. Los países impusieron confinamientos, las escuelas dictaron clases en línea, los cines dejaron de operar, los lugares de trabajo cerraron y los hospitales se vieron desbordados por enfermos.
Ahora sabemos mucho más sobre el virus causante de la COVID-19 y cómo protegernos de sus peores consecuencias: contamos con vacunas que salvan vidas y tratamientos eficaces contra la enfermedad, y sabemos que la buena ventilación, el uso de mascarillas de calidad y varios pies de distanciamiento pueden ayudar a minimizar la propagación del virus.
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Aun así, la COVID-19 continúa afectando la vida diaria de muchas personas, especialmente de quienes han perdido a un ser querido o continúan luchando con la carga física y mental impuesta por la pandemia.
Este es un panorama numérico del impacto que el coronavirus ha tenido en la población del país en los últimos dos años, basado en datos recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otros expertos.
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Ambas épocas comparten similitudes, y los expertos afirman que hoy podemos aplicar algunas lecciones del pasado.