Vida Sana
¿Alguna vez has notado que te duelen más las articulaciones cuando empieza a bajar la temperatura?
No eres el único. Algunos estudios y encuestas demuestran que las personas que padecen la forma más común de artritis —conocida como osteoartritis, que afecta a casi 33 millones de adultos en el país— sienten más dolor en las articulaciones cuando hace frío. La razón no es simple.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Aquí te explicamos por qué las articulaciones pueden doler más con el frío y lo que puedes hacer para aliviar las molestias.
Disminución de la presión atmosférica y la actividad física
Uno de los motivos del aumento del dolor estacional puede guardar relación con el cambio de la presión barométrica, es decir, la medida de la presión del aire en la atmósfera.
Cuando hace calor, la presión barométrica es alta; cuando hace frío, la presión baja. Y cuando esto ocurre, “puede provocar la expansión del tejido que rodea la articulación (músculos, tendones, etc.), lo que aumenta la presión en el espacio reducido de la articulación”, explica el Dr. Michael M. Kheir, profesor clínico adjunto de Cirugía Ortopédica en la Universidad de Míchigan. La consecuencia puede ser el dolor articular.
El nivel de actividad puede aumentar el dolor y la rigidez de las articulaciones. Los estudios revelan que cuando baja la temperatura, también baja el nivel de actividad física.
“Cuando hace frío, nos movemos menos, sobre todo si hay nieve y hielo”, explica Tamara King, profesora de Fisiología en la Universidad de Nueva Inglaterra, en Maine. “Existen muchas investigaciones que demuestran que al aumentar el comportamiento sedentario, tiende a aumentar el dolor, sobre todo el dolor crónico. Y, desde luego, el dolor articular es uno de esos síntomas”.
Puede parecer contradictorio, pero el ejercicio frecuente es una de las estrategias más eficaces para tratar el dolor que produce la artritis. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la actividad física puede ayudar a los adultos que padecen artritis a disminuir el dolor y mejorar la funcionalidad en aproximadamente un 40%.