Vida Sana
Siempre es desconcertante cuando fallece alguien que conoces. Sí, sentimos el dolor. Sin embargo, cuando alguien fallece de forma prematura, también es natural buscar claves sobre nuestra propia salud. ¿Cuál fue la causa de su muerte? ¿Tenía mucho sobrepeso, había fumado toda la vida? ¿Era prácticamente... como yo?
Así que puedes imaginar mi sorpresa al enterarme de que un hombre al que conocía desde la escuela primaria había muerto a causa de una enfermedad hepática. Yo no le había prestado mucha atención al hígado; dados mis antecedentes familiares, siempre me he preocupado más por el corazón y el cerebro. Pero ¿y si he estado ignorando los órganos que no debía? ¿Con qué frecuencia tengo en cuenta el hígado o, incluso, la vesícula biliar, los pulmones, los intestinos o el estómago?
Quizá la muerte de mi amigo fue una señal de alerta sobre mi propia salud. Tenía que tomarme en serio el resto de los órganos. ¿Qué podía hacer para prolongar su vida y, al mismo tiempo, la mía? Me propuse entablar estas difíciles conversaciones. Fue como la película Fantastic Voyage, pero con un aire a My Dinner With André. Esto es lo que aprendí.
El hígado
La recepción del organismo
Hígado: ¿En qué puedo ayudarte?
Yo: Oh, lo siento, solo estaba...
H: ¡Alto ahí! Nadie tiene acceso al interior del cuerpo sin pasar por mí. Ni alimentos, ni alcohol, ni medicamentos, nadie. [Me mira de arriba abajo]. Bueno, no pareces ser muy tóxico.
¿Eres el guardián aquí?
H: [Pone los ojos en blanco]. Sí, me encargo de la recepción mientras desempeño más de 500 tareas diferentes. Elimino las toxinas de la sangre, produzco bilis para digerir la grasa, almaceno azúcar para obtener energía, convierto la glucosa excedente en glucógeno y produzco proteínas para el plasma. Sin embargo, el cerebro se lleva todo el mérito. Parte del cerebro de Einstein se encuentra en un museo. ¿Pero su hígado? No. Ahora bien, te garantizo que sin el hígado, que le proporcionaba glucosa al cerebro, Einstein no habría podido imaginar la teoría de la relatividad.
¿Cómo puedo ayudar, aparte de consumir menos alcohol?
H: Bueno, intenta no beber como si fueras un poeta de la generación “Beat” de los años 50. Pero ese bistec con queso tampoco me favorece en absoluto. Para cuidar mi salud, tienes que vigilar el peso y el colesterol. Pide al médico que te haga la prueba de la hepatitis C aunque no tengas síntomas. Consume alimentos con alto contenido de fibra, como cereales integrales, frutas y verduras. Haz ejercicio.
De acuerdo. Así que, básicamente, no te gusta nada divertido.
H: Quizá, si tuviera un día libre. A ver, puedes comerte ese bistec con queso de vez en cuando, pero no lo conviertas en algo habitual. Bebe unos cuantos cócteles durante la semana, pero procura no tomarlos todos a la vez. Imagina que el organismo es un hotel de lujo y que nadie puede subir sin que yo verifique sus credenciales. Lo único que te pido es que no invites a todos tus amigos más revoltosos en la misma noche. No tengo tantas manos.
Técnicamente no tienes manos.
H: Oye, eres tú quien conversa con un órgano antropomórfico.
¿Cómo podemos saber si estás sobrecargado? ¿Esa es la causa de las manchas de la edad?
H: No, eso es un mito. En realidad, esas manchas son solo imperfecciones de la piel causadas por el daño solar. ¡Nada que ver conmigo! Si quieres detectar síntomas de cirrosis o hígado graso, presta atención a signos como hinchazón de piernas y tobillos, ictericia, dolor abdominal, fatiga intensa, orina oscura o aliento rancio.
¿Aliento rancio?
H: Sí. Si tienes una buena higiene bucal, pero tu aliento sigue oliendo a huevos podridos y a ajo, significa que no estoy bien. Y no siempre será tan obvio, sobre todo al principio de la enfermedad hepática. No es mala idea hacerte una prueba de la función hepática como parte del panel metabólico anual. No esperes a que yo empiece a repiquetear en la caja torácica en señal de protesta para saber si algo anda mal.
Los pulmones
Los órganos más activos
Yo: Hola. Me pregunto si podría...
Pulmón derecho: No hay tiempo para hablar. Estoy muy ocupado. ¡Respiramos 17,000 veces por día! ¡Seis millones de respiraciones al año! Espera, se avecina una tos. [La sala retumba como si hubiera un terremoto].
¡Caramba! ¿Estoy enfermo?
Pulmón izquierdo: No, es perfectamente normal toser de vez en cuando durante el día, a menos que seas fumador. Fumar sigue siendo la causa principal de muerte evitable en el país. Y ni hablar de los cigarrillos electrónicos. Además, hay otras amenazas que incluyen la contaminación atmosférica, el humo de segunda mano y el radón. Tu mejor defensa es un buen ataque.
¿Qué significa eso?
PD: ¡Respira! Cualquier actividad que nos llene de oxígeno nos ayudará a mantenernos sanos. Da un paseo a ritmo ligero. Canta con la radio. Infla un globo. O simplemente ríe. La risa elimina todo el aire viciado para que podamos inhalar más oxígeno puro. ¿Quieres oír un chiste? ¿Sabes lo que hizo el ladrón de pulmones? [Pausa dramática]. ¡Me dejó sin aliento!
PI: Lo siento, tenemos que seguir trabajando. [Susurra al pulmón derecho]. Lo hablaremos más tarde.
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