Vida Sana
Seamos honestos, hay ciertas cosas sobre nuestro cuerpo de las que preferiríamos no hablar. Hablar con tu médico sobre la incontinencia o el intestino permeable, los problemas en el dormitorio o los malos olores corporales puede sentirse increíblemente incómodo.
Pero debes hacerlo de todos modos, dice el Dr. Louis Papa, médico de atención primaria y profesor de Medicina Clínica en la Universidad de Rochester.
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La alternativa —vivir con una enfermedad embarazosa en vez de tratarla— es peor. También es importante hablar con tu médico porque los síntomas embarazosos a veces pueden indicar un problema de salud más grave.
Sea cual sea tu preocupación, tu médico probablemente ya lo ha visto antes y sabe cómo ayudar, dice Papa.
“Es una de esas cosas en las que muchas veces las personas se sienten aliviadas”, después de que finalmente comparten sus preocupaciones con su médico, dice.
Estos son algunos de los síntomas que pueden parecer vergonzosos y lo que debes saber sobre cada uno:
1. Intestino permeable
¿Alguna vez has terminado accidentalmente con un poco de heces en la ropa interior cuando pensabas que solo tenías flatulencias? Es un momento vergonzoso. Pero los escapes del intestino, o la incontinencia fecal, les sucede a casi todas las personas en algún momento u otro.
No importa qué tan mortificante parezca, debes hablar con un proveedor de atención médica si sucede con frecuencia, porque a veces hay una causa neurológica o fisiológica, como un tumor.
Tienes un mayor riesgo de incontinencia fecal a medida que envejeces porque los músculos alrededor del ano y el piso pélvico no funcionan tan bien, dice Papa.
El problema es más común en las mujeres porque el parto puede causar daño a los nervios y músculos de la región pélvica. Según las investigaciones, aproximadamente 1 de cada 5 mujeres mayores de 45 años experimentan incontinencia fecal.
Lo que puedes hacer: come más fibra o toma un suplemento de fibra y evita los alimentos picantes, grasos o grasosos y los productos lácteos. La cafeína, el alcohol y los alimentos con edulcorantes artificiales también pueden empeorar el problema. Usa una almohadilla o toallita protectora en caso de accidentes.
Lo que tu médico puede hacer: recetar medicamentos, fisioterapia o ejercicios para fortalecer los músculos del piso de la pelvis. Otros tratamientos incluyen inyecciones de agentes de aumento, estimulación nerviosa, terapia de radiofrecuencia o un dispositivo similar a un globo que se inserta en la vagina para ayudar a mantener el recto cerrado. Es posible que se necesite una cirugía para corregir el prolapso rectal o el daño del esfínter.
2. Sudoración excesiva
Si las palmas de las manos siempre te sudan o tienes grandes manchas húmedas en las axilas sin importar la temperatura, puedes tener una enfermedad llamada hiperhidrosis, que es sudoración excesiva.
La hiperhidrosis por lo general no es grave, pero un proveedor de atención médica debe examinarla porque a veces puede ser una señal de un problema subyacente como diabetes, un problema de tiroides o enfermedad hepática o renal, dice el Dr. John Wolf, profesor de Dermatología en la Facultad de Medicina Baylor. La sudoración excesiva también puede ser un efecto secundario de los medicamentos.
Lo que puedes probar: aplica un antitranspirante de grado clínico por la noche, reduce la cafeína y los alimentos picantes y usa telas transpirables como el algodón. Prueba la meditación, el yoga o la terapia para reducir el estrés, ya que la ansiedad puede estimular en exceso las glándulas sudoríparas. Las almohadillas para el sudor pueden proteger la ropa de las manchas en las axilas.
Lo que puede hacer un médico: recetar medicamentos o un antitranspirante recetado. Otros tratamientos incluyen inyecciones de bótox o un procedimiento llamado iontoforesis que pasa una corriente eléctrica débil a través de la piel. En casos graves, la cirugía puede extirpar las glándulas sudoríparas.
3. Olor corporal
La sudoración excesiva y el olor corporal están estrechamente relacionados, pero puedes padecer uno sin el otro, dice Wolf. Por lo general, el olor se produce cuando el sudor entra en contacto con bacterias en la piel.
Con el olor corporal, “a menudo no sabes que lo tienes hasta que alguien te lo dice”, dice Wolf. “Si crees que tienes un problema, tal vez tengas que preguntarle a tu cónyuge y amigos”.
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