Vida Sana
Cuando la fiebre de su hija subió a 106 grados, Suzie Braymen supo que tenía que llevarla al hospital, pero Sydney tuvo una convulsión en el camino, perdió el conocimiento y se puso azul.
"Entré directamente a una estación de bomberos y toqué insistentemente la bocina. Allí la revivieron y la llevaron el resto del camino hasta el hospital", recuerda. "Fueron al menos dos semanas de pesadilla, dos semanas sin saber. Y verla tan enferma... nunca he visto a nadie tan enfermo".
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
En el 2009, las dos hijas de Braymen, que entonces tenían 20 y 17 años, se enfermaron por un brote de E. coli que estuvo vinculado a una masa de galletas que se retiró del mercado. Aunque Melody se recuperó con relativa facilidad, Sydney, que tiene parálisis cerebral, luchó por su vida y perdió un riñón.
Sus experiencias ponen de relieve los peligros de las enfermedades transmitidas por alimentos y la gran importancia del sistema estadounidense de retirar alimentos del mercado. Ese sistema está otra vez en el centro de atención debido al brote de listeria de este verano, rastreado hasta fiambres cortados, que causó nueve muertes y la hospitalización de todas las personas infectadas de las que se tuvo conocimiento. El brote generó una advertencia temporal del Gobierno de no comprar ninguna carne cortada en los mostradores de embutidos hasta que los funcionarios de salud pública pudieran identificar la fuente. La investigación todavía continúa.
"Alimentar al público masivo conlleva la gran responsabilidad de tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de cada producto alimenticio que se produce", dice Mitzi Baum, directora ejecutiva de Stop Foodborne Illness, un grupo sin fines de lucro. "Cuando estas prácticas básicas se omiten o se escatiman, son los consumidores quienes pagan el precio final con su vida".
¿Cómo se llega al retiro de los alimentos?
Los retiros de alimentos ocurren cuando surgen problemas de seguridad, tales como alérgenos ocultos, patógenos peligrosos, etiquetas incorrectas o incluso objetos extraños. A pesar de los esfuerzos de los fabricantes de alimentos y de los reguladores para proteger a los consumidores, el sistema no es infalible. De hecho, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente una de cada seis personas en Estados Unidos contrae una enfermedad transmitida por alimentos cada año.
Un problema importante dentro de la cadena de producción de alimentos de hoy en día proviene de la gran velocidad con que se modifica la fabricación, con la introducción de más ingredientes, el recorrido de mayores distancias y el aumento de los alimentos listos para el consumo, dice Darin Detwiler, profesor adjunto en la Universidad Northeastern y exasesor de seguridad alimentaria de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
"La velocidad a la que cambian el comportamiento de los consumidores, el comercio minorista, la producción de alimentos, las tecnologías asociadas con los alimentos... es mucho más rápida que los cambios en las políticas", dice.
Retirar del mercado un producto con múltiples ingredientes es mucho más complicado que retirar un producto de un solo ingrediente. ¿Maníes? Eso es manejable. ¿Pero una lasaña hecha con docenas de ingredientes, donde cualquiera podría ser el culpable? Eso es algo totalmente diferente.
“Hace unos 10 años hubo un gran brote de salmonela con el maní, y hubo que retirar del mercado más de 3,900 tipos diferentes de productos porque contenían maní, como maní en polvo, maní molido, tipos de harina... La gente no tenía idea de que el motivo del retiro era el contenido de maní. Por eso es que se vuelve mucho más complicado", dice Detwiler.
¿Están aumentando los patógenos transmitidos por alimentos?
Los adultos mayores, especialmente aquellos cuyo sistema inmunitario está debilitado, son particularmente vulnerables a las enfermedades transmitidas por alimentos. Eso se debe a que, a medida que envejecemos, el sistema inmunitario y los órganos son menos eficientes para reconocer y eliminar los gérmenes dañinos. Las enfermedades crónicas, como la diabetes, y los medicamentos que debilitan el sistema inmunitario aumentan el riesgo. Además, con la edad se reduce el ácido del estómago, que es importante para matar gérmenes y reducir el riesgo de enfermedad, dicen los CDC.
Esto contribuye a un total estimado de 48 millones de infecciones por enfermedades transmitidas por alimentos cada año en Estados Unidos, con 128,000 hospitalizaciones y 3,000 muertes, según datos de los CDC correspondientes al 2018.
Estas estimaciones podrían ser bajas, ya que muchas personas se recuperan sin atención médica y no se les realizan pruebas para detectar enfermedades transmitidas por los alimentos.
También te puede interesar
Evita los mayores riesgos para tu salud
Estas son las amenazas más mortales para las personas de entre 50 y 60 años y cómo evitar que te ocurran.
Intoxicación alimentaria o virus estomacal: descifra tus síntomas
Cómo difieren y cuándo consultar a un médico.
¿Necesitas lavar las frutas y verduras?
Lo que debes y no debes hacer al limpiar las frutas y verduras antes de comerlas o cocinarlas.