Haz que tu rutina de ejercicios sea más divertida
La esquiadora Suzy Chaffee lleva su propio ritmo.
In English | Mi cuerpo de "baby boomer" está en la mejor forma de toda mi vida. No estoy tan fuerte como estaba cuando hice la carrera de descenso en las Olimpiadas de 1968 en Grenoble, y cuando más tarde era campeona mundial del esquí libre. Pero en los más de 40 años desde entonces, he aprendido mucho sobre el acondicionamiento físico y la nutrición para poder mantenerme en forma de manera eficaz y agradable con mi propio régimen.
Vivo en una calle que llamo "Everest" en Puerto Vallarta, México, y me mantengo en forma corriendo cuesta arriba por los cerros del barrio con mi perro, San Francisco. Correr cuesta arriba minimiza la presión en las rodillas, caderas y espalda. Te da un entrenamiento rápido al subir en poco tiempo tu ritmo cardíaco y fatigar las piernas y pulmones. También sostengo piedras o pesas livianas para hacer entrenamientos de fortaleza mientras bailo Zumba (una clase de baile aeróbico) en un parque cercano a mi hogar. Disfruto de la salsa latina en las clases de la Zumba.
Como la flexibilidad es la clave para la juventud, durante la noche, antes de dormir, hago de 10 a 15 ejercicios de enrollamiento ("roll-ups") en la cama. Me balanceo hacia adelante y hacia atrás con el fin de ganar impulso y que mis piernas vayan encima de mi cabeza, y termino en una posición suave de yoga. Agrego flexiones y círculos de piernas —que se hacen con frecuencia en entrenamientos de Pilates— que tonifican mis piernas y las articulaciones de mi cadera mientras también fortifican mis abdominales.
La mayoría de mis ejercicios tienen doble beneficio, especialmente el "trashercizing", el ejercicio mientras recojo la basura. Desde que me mudé aquí hace cinco años, recojo las botellas y las bolsas de plástico tiradas en la calle mientras camino con mi perro. Al hacer arremetidas de lado a lado o sentadillas mientras las levanto, tonifico mis nalgas también. Les explico a los observadores curiosos, "Estoy manteniendo nuestro paraíso de Vallarta". Les digo a mis amigos, "Así se consiguen las nalgas de Jennifer López".
El esquiar me enseñó temprano sobre los efectos que las lesiones tienen sobre el cuerpo. Disloqué mi cadera en la Copa Mundial de carreras de esquiar en Vail, Colorado, en 1967 cuando tenía solo 20 años. Había llovido la noche anterior y se formó un bulto peligroso en la pista. No me lo advirtieron y sufrí un choque espectacular, que se transmitió en el Wide World of Sports de ABC. La clínica local no podía volver a colocar mi cadera en su cavidad, y me tuvieron que llevar a Denver. Las consecuencias aparecieron 37 años después, cuando, en el 2004, tuve una cirugía de reemplazo de cadera a los 57 años. Afortunadamente, no necesito reemplazar la otra cadera, gracias a la nanotecnología.
Le digo a las personas que hagan ejercicios en cualquier forma que les haga sentir bien. Muchas veces es lo que soñaban como niños. De niña, yo era bailarina, y tenía fantasías de bajar montañas bailando con esquíes. Entonces, después de las Olimpiadas de 1968, ayudé a inventar la parte del ballet en el esquí libre. Todos tenemos talentos únicos. Devolvérselos a la humanidad es la clave para mantener la salud mental y permanecer jóvenes y felices.
— Relatado a Jon Saraceno
Chaffee, 68, era capitana del Equipo Olímpico Femenino de Esquiar estadounidense en 1968, y es tricampeona en la modalidad de estilo libre. Es cofundadora de la Fundación del Equipo Olímpico de Nativos Estadounidenses.
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