Vida Sana
Cuando entré a la habitación de tratamiento de la sala de emergencias, noté dos cosas: primero, había varios familiares que rodeaban de manera defensiva a una persona pequeña en la cama. Y segundo, parecían hostiles.
Entonces reconocí a la paciente, una señora mayor diminuta que había ingresado al hospital varias semanas antes por una fractura fuerte de la muñeca que sufrió al caerse en su porche cubierto de hielo.
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Consejos para una visita a la sala de emergencias:
- Entiende que tal vez tengas que luchar para que internen a tu ser querido en el hospital.
- Presta atención a los cambios físicos y emocionales. Fragilidad, deterioro de la memoria, agotamiento y falta de apetito son comunes entre los pacientes que hace poco acudieron a la sala de emergencias.
- Exige que proporcionen más atención. Programa una cita de seguimiento para poco después de que al paciente lo den de alta de la sala de emergencias.
- Encuentra a los especialistas adecuados. Algunos hospitales ahora ofrecen unidades de “cuidados críticos para adultos mayores” que tienen disponibles especialistas.
Había pensado en ella con cariño como “Ma”, como le decía su familia. Su vivacidad y actitud amable me recordaban a mi propia madre, quien, hasta que se cayó cuando tenía noventa y tantos años, también había tenido una mente aguda, había sido activa y había vivido plena e independientemente en su propio hogar.
Ma sonrió, me reconoció y se acordó de mi nombre. Su saludo hizo que la familia pareciera menos hostil, pero las dudas de ellos sobre su bienestar pronto fueron obvias:
“Ma estaba bien antes de la caída y la hospitalización, pero ahora está otra vez aquí”.
Lo que no dijeron pero quedó claro fue: “¿Alguien hizo algo mal?”.
La muñeca estaba sanando, pero su historia clínica decía “fiebre, debilidad”, y ese era su aspecto. Le diagnostiqué rápido una infección importante de las vías urinarias y deshidratación. Tendríamos que hospitalizarla otra vez.
Y, desafortunadamente, yo necesitaba tener una conversación seria con su familia sobre el síndrome poshospitalario y la verdadera posibilidad de que Ma quizás no volvería a ser igual.
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