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La generación X enfrenta mayores riesgos de cáncer que los boomers 

Las generaciones más jóvenes se ven más afectadas por 17 tipos de cáncer que sus predecesoras.


spinner image Ilustración de una célula cancerígena.
Getty Images

Las tendencias del cáncer en EE.UU. están cambiando, y se acumula la investigación que presenta una imagen preocupante para la generación X y las que le siguen. 

Los miembros de la generación X —adultos nacidos entre 1965 y 1980— tienen más probabilidades de ser diagnosticados con cáncer que las generaciones que los preceden, según encontraron los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer. Publicado en junio en la revista JAMA Network Open, el estudio analizó datos de 3.8 millones de personas en EE.UU. diagnosticadas con cáncer invasivo entre 1992 y el 2018. Usando modelos, los investigadores descubrieron que cuando los adultos de la generación X cumplan 60 años, serán más propensos a tener cáncer (en inglés) que los baby boomers cuando tenían esa edad.

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Un estudio publicado el 31 de julio en The Lancet Public Health halló que la generación X y los milénicos tienen un mayor riesgo de padecer 17 de 34 tipos de cáncer (en inglés) en comparación con las generaciones anteriores, incluidos nueve cánceres que habían ido disminuyendo en los adultos mayores.

17 tipos de cáncer en aumento entre las generaciones más jóvenes   

Según un estudio publicado en The Lancet Public Health, los investigadores hallaron que, en comparación con las generaciones mayores, la generación X y los milénicos en EE.UU. tienen un mayor riesgo de padecer estos cánceres:   

  • Colorrectal
  • Cuerpo uterino
  • Vesícula biliar
  • Riñón y pelvis renal
  • Páncreas
  • Mieloma
  • Gástrico no cardíaco, un tipo de cáncer de estómago
  • Leucemia 
  • Testículo
  • Cáncer gástrico cardíaco, un tipo de cáncer de estómago
  • Intestino delgado
  • Receptor de estrógeno positivo mamario
  • Ovario
  • Hígado (en mujeres)
  • Oral y faringe no asociados al VPH (en mujeres)
  • Ano (en hombres)
  • Sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de sangre (en hombres)

Sorprendentemente, los investigadores, liderados por un equipo de la Sociedad Americana contra el Cáncer, descubrieron que los adultos nacidos alrededor de 1990 tienen dos o tres veces más probabilidades de sufrir cánceres de páncreas, riñón, hígado (en mujeres) e intestino delgado que los adultos nacidos alrededor de 1955. Los adultos más jóvenes también están viendo un aumento en la mortalidad por cinco tipos diferentes de cáncer, incluidos el de hígado (en mujeres), uterino, de vesícula biliar, testicular y colorrectal, según reveló el estudio.

“Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de un mayor riesgo de cáncer en las generaciones posteriores a los baby boomers”, dijo en un comunicado Hyuna Sung, coautora del estudio de Lancet y científica sénior de vigilancia y ciencia de equidad en salud de la Sociedad Americana contra el Cáncer.

¿Qué está impulsando el aumento del cáncer?

Aunque estamos reconociendo tendencias de cáncer asociadas con años de nacimiento, “aún no tenemos una explicación clara de por qué estas tasas están aumentando”, dice Sung.

Eso no quiere decir que no haya pistas, y muchos expertos en cáncer señalan el aumento de las tasas de obesidad y exposiciones ambientales como dos posibilidades.

1. El aumento de las tasas de obesidad. La genética subyacente puede contribuir al riesgo de cáncer, explica Sanjay Shete, epidemiólogo genético del Texas MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas en Houston. “Pero no creo que eso haya sido lo que cambió” en las últimas décadas, dice.

“Lo que definitivamente ha cambiado es nuestra falta de actividad física y el aumento de las tasas de obesidad, además de la disponibilidad de comida rápida que no estaba tan frecuentemente disponible para los baby boomers y la generación silenciosa. Y creo que probablemente esa sea la razón principal por la que estamos observando un aumento en la incidencia de cáncer en la población más joven”. 

Las tasas de obesidad en EE.UU. han aumentado enormemente en las últimas décadas, subiendo de alrededor del 13% en 1980 al 42% para el 2020. Menos de un cuarto de los adultos en EE.UU. realizan la cantidad recomendada de actividad física, según muestran los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

¿Qué tiene que ver esto con el cáncer? Según el Instituto Nacional del Cáncer, hay “evidencia sólida” de que los niveles más altos de actividad física están vinculados a menores riesgos de cáncer. Y los CDC han relacionado 13 tipos de cáncer con la obesidad:

  • Cáncer de mama (en mujeres)
  • Cáncer de colon y recto
  • Cáncer de endometrio (también llamado cáncer de útero)
  • Cáncer de esófago
  • Cáncer de vesícula biliar
  • Cáncer de estómago
  • Cáncer de riñón
  • Cáncer de hígado
  • Cáncer de ovario
  • Cáncer de páncreas
  • Cáncer de tiroides
  • Meningioma (un tipo de cáncer cerebral)
  • Mieloma múltiple
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Tener sobrepeso puede aumentar el riesgo de varios otros cánceres, incluidos el linfoma no Hodgkin; el cáncer de boca, garganta y laringe; y formas agresivas de cáncer de próstata, dice la Sociedad Americana contra el Cáncer.

“Cuando observas esta lista de cánceres relacionados con la obesidad, verás una fuerte superposición” con los cánceres que están aumentando entre la generación X, dice la Dra. Urvi A. Shah, hematóloga-oncóloga del Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York.

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Shah, una especialista en mieloma múltiple, dice que se ha pensado que el cáncer de médula ósea es una enfermedad que afecta principalmente a la población mayor. “Esa sigue siendo la mayoría de los casos”, dice, “pero también estamos empezando a ver pacientes más jóvenes en la clínica, lo cual nos sorprende, y realmente no lo esperábamos”.

2. El sueño, el medio ambiente y el microbioma. La obesidad no es la única explicación. Muchos adultos diagnosticados con cáncer son físicamente activos y no tienen sobrepeso, lo que indica que hay otros factores en juego.

Los científicos sugieren que el mal sueño y la exposición a químicos y contaminantes en el medio ambiente pueden contribuir al aumento de las tasas de cáncer entre los adultos jóvenes. Los autores de Lancet señalan “la posible participación de un microbioma alterado, dados los cambios sustanciales en los patrones dietéticos y el uso de antibióticos en particular en las últimas décadas”.  

El microbioma intestinal se refiere a los millones de millones de bacterias, hongos y otros organismos que viven en el intestino grueso. Según la investigación acumulada, esta comunidad de bacterias desempeña un papel crítico en la salud general del cuerpo, por lo que mantenerla feliz es clave.

Una dieta alta en fibra es una forma de hacer eso, dicen los investigadores. Algunos estudios estiman que hasta el 95% de las personas en el país no consumen suficiente fibra en su dieta, que es de 25 a 30 gramos al día de fuentes de alimentos, no de suplementos.

“El microbioma se alimenta directamente de fibras. Entonces, si no le das suficiente fibra, no tienes un microbioma saludable”, explica Shah. Agregar 1 taza de frijoles, que tiene 15 gramos de fibra, a tu dieta diaria puede ayudar a aumentar tu consumo, dice. “No debemos minimizar el efecto o la importancia de la fibra”.

El microbioma también puede ser alterado por exposiciones ambientales y contaminantes, así como por el alcohol, el tabaco, los antibióticos, e incluso el estrés.  

Reducir tus riesgos de cáncer

Ahmedin Jemal, vicepresidente sénior de la Sociedad Americana contra el Cáncer y coautor del estudio de Lancet, dice que los datos resaltan una “necesidad crítica” de identificar y abordar los factores que alimentan las tendencias de las generaciones X y del milenio. 

“Sin intervenciones eficaces a nivel de población, y mientras el riesgo elevado en las generaciones más jóvenes permanece a medida que las personas envejecen, podría ocurrir un aumento general en la carga del cáncer en el futuro, deteniendo o revirtiendo décadas de progreso contra la enfermedad”, dijo Jemal en un comunicado.

La investigación sobre las causas del aumento de las tasas de cáncer continúa, pero los médicos y científicos dicen que hay varias cosas que las personas después de cumplir 40 y 50 años pueden hacer para ayudar a reducir sus riesgos.

  • Comer más plantas. No te limites a aumentar la cantidad que comes, aumenta la variedad: intenta consumir unos 30 tipos diferentes de plantas cada semana, dice Shah, refiriéndose a estudios que muestran que una dieta diversificada mejora la salud del microbioma. Ese número puede parecer intimidante, pero si comes bayas con tu desayuno, legumbres con tu almuerzo, nueces para una merienda y una mezcla de verduras con la cena, ya estás bien encaminado.
    “Si simplemente haces un guiso con varios tipos de frijoles o un curry con muchas verduras, ya estás obteniendo cinco o diez en esa única comida”, dice Shah. Incorporar alimentos fermentados —como el yogur, el kimchi y el chucrut, por ejemplo— también puede ayudar al intestino, añade Shah.
  • Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados. La mayor parte de la dieta estadounidense (más del 60%) se compone de alimentos ultraprocesados: refrigerios envasados, cenas congeladas y comida rápida. Estudios han relacionado una dieta alta en estos alimentos, que carecen fibra y otros nutrientes, con un mayor riesgo de algunos cánceres. Las carnes procesadas, en particular, se consideran carcinógenos, o sustancias que pueden aumentar el riesgo de cáncer, por lo que los expertos en cáncer recomiendan restringirlas tanto como sea posible.
  • Limitar el alcohol. Están surgiendo más investigaciones sobre los impactos del alcohol en la salud. Según los CDC, beber alcohol aumenta tu riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos el de boca y garganta, esófago, colon y recto, hígado y mama (en mujeres). Beber alcohol ha sido visto durante mucho tiempo como una actividad socialmente aceptable, dice Shete, “pero creo que cuantos más datos obtenemos, nos damos cuenta de que ... el consumo de alcohol debería disminuir sustancialmente”.
  • Mantenerse físicamente activo. Mantenerte activo a medida que envejeces reduce el riesgo de padecer al menos ocho tipos de cáncer, según los CDC, incluidos el cáncer de mama, de colon y de riñón. ¿Por qué? El ejercicio puede ayudar a prevenir altos niveles de insulina e inflamación, que están asociados con el surgimiento del cáncer, explica el Instituto Nacional del Cáncer. Mantenerse activo también puede mejorar el sistema inmunitario y el sistema digestivo, que han sido vinculados con un menor riesgo de cáncer.

Dejar de fumar, protegerte del sol y vacunarte contra infecciones virales que causan cáncer también puede ayudar a reducir los riesgos.

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